Lado B
Liga Mx: una muerte lenta y dolorosa
La Liga se convirtió en una calca del México en que vivimos, uno lleno de violencia, desigualdad, falta de solidaridad y nula respuesta de las autoridades
Por Lado B @ladobemx
22 de octubre, 2019
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Foto: Club Deportivo Veracruz

Emilio Coca
@cocabrón

Dicen que el futbol es un reflejo de la sociedad y este fin de semana la Liga Mexicana demostró que dicha frase es cierta. La Liga se convirtió en una calca del México en que vivimos: lleno de violencia, desigualdad, falta de solidaridad y nula respuesta por parte de las autoridades.

Empecemos con Veracruz. Es un club con 41 partidos sin conseguir la victoria, récord histórico en la liga y próximamente un récord a nivel mundial. Sin embargo, es futbol y puede pasar, pero ¿dónde está lo sorprendente o indignante? Sencillo: prácticamente todos los trabajadores del club han sufrido por ausencia de pagos, algunos desde hace seis meses.

«El adeudo es tan extremo que llega hasta los trabajadores del cuerpo médico, utilería, intendencia, jardinería, entre otros puestos», señaló Carlos Salcido, defensa del club y ex seleccionado nacional.

Como respuesta a esto, los jugadores decidieron tomar cartas en el asunto y amenazaron con suspender la jornada 14 de la Liga Mx, después declararon que no se presentarían a su partido; no obstante, los directivos señalaron que de hacer esto el Veracruz sería desafiliado de la federación mexicana de futbol. Es decir, jugadoras, jugadores, staff, trabajadores de limpieza, cocineros y choferes, se quedarían sin empleo; en el caso de la afición, sin equipo al que alentar.

Al final los jugadores optaron por una protesta, un pequeño acto de rebeldía contra su dueño, Fidel Kuri. Así, se quedaron estáticos durante tres minutos tras el pitazo inicial del partido contra Tigres. ¿Cómo respondieron los regiomontanos? Anotando dos goles.

Ok, lo compro, no es obligación del rival esperar a que el contrincante reaccione, pero un poco de empatía por parte de una de las plantillas más caras del continente no hubiera estado mal. En la batalla del rico contra el pobre, el rico prefirió triunfar a pesar de la situación de su rival.

Sin embargo, esto no acaba simplemente con el accionar de Tigres, la propia afición en el estadio se declaró en contra de sus jugadores argumentando que era una vergüenza la forma de actuar del conjunto jarocho, porque ellos «habían pagado un boleto». Cabe aclarar que tanto los costos (200 – 1,200 pesos) como lo recaudado por la venta de ellos, va para la directiva.

Algunos aficionados justificaron sus reclamos en los altos salarios que reciben los jugadores, pero perdemos de vista un punto muy importante: ¿qué haríamos nosotros si lleváramos seis meses sin cobrar nuestro sueldo? ¿Nos quedaríamos callados o alzaríamos la voz? Al final, somos humanos y tenemos la mala costumbre de comer, eso sin pensar en los gastos como la luz, el agua, gas, renta, transporte, escuela de los hijos, etc.

Pues al parecer, a muchos –incluidos algunos periodistas– les importa más el negocio de la Liga que el bienestar de otras personas, por ello tacharon la acción como «vergonzosa». Porque ya sabemos que en México incomoda más una protesta que los motivos de la misma.

Tras el partido que Veracruz perdió 1-3, Carlos Salcido declaró en rueda de prensa que: «Desde el inicio de esta temporada, las categorías sub-17 y sub-20 sufren condiciones difíciles. Hace dos meses no tienen entrenadores, tienen carencias en realizar los viajes de 13 o 14 horas y mala alimentación».

En el caso de la categoría femenina señaló: «No tienen los servicios básicos […] Tienen un salario parejo de 3 mil 700 pesos mensuales, el cual hace más de dos meses no les cae. Las condiciones en las que se encuentran son indignantes». E indicó que tampoco cuentan con cuerpo médico, nutriólogo, ni con «privacidad a la hora de cambiarse».

Las consecuencias de este partido fueron: ocultar la pobre reacción de la Liga detrás de la acción de Tigres y despertar la ira del dueño del club.

«Hubieran hecho el paro completo, ahí se ve la falta de garra de mi equipo», declaró Kuri Grajales, quien además agregó: «Yo hubiera preferido que parara la Liga; que descienda el equipo».

De igual manera atacó al jugador por la rueda de prensa: «Salcido le quiere meter cosas raras en la cabeza a los jóvenes y al equipo. Él ya va de salida. Su carrera ya acabó, no ahorita, desde hace ya tiempo. No tiene que venir a hacer ese tipo de cosas».

Esta no es la primera vez que un jugador se queja de Kuri, pues en torneos anteriores se levantaron demandas contra él; no obstante, fueron retiradas por amenazas contra quienes las hicieron.

¿Por qué la Liga no hace nada? Este personaje ha agredido a integrantes de la Liga como Edgardo Codesal, asesor de la Comisión de Arbitraje de la FEMEXFUT; se ha burlado de las investigaciones por dobles contratos en la entidad, declarando en ESPN que se iría de vacaciones con el sueldo del ex entrenador; y, peor aún, los ha amenazado con sacar los trapitos sucios de la federación.

Y es que este fin de semana no mató al futbol mexicano, este ha venido en declive desde que se permitió la entrada a un mayor número de extranjeros, bloqueando la creación y el debut de talentos nacionales; desde que se permitió que una casa de apuestas –Caliente– patrocinara a la gran mayoría de equipos y, prácticamente, cualquier transmisión relacionada a la Liga, generando sospechas sobre amaño de partidos; así como desde que se permitió que los equipos de futbol sirvieran para lavado de dinero y que empresas compraran clubes, no olvidemos el caso de Oceanografía con Querétaro.

De igual forma, se permite que personajes con problemas legales pertenezcan al torneo. Como el caso más reciente de Guillermo Álvarez, presidente del Cruz Azul, señalado por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, por un desvío de recursos que alcanza los 191 millones 768 mil pesos a una red de empresas de consultoría, una de las cuales fue declarada por el SAT como compañía con operaciones simuladas.

Entonces, ¿por qué se criticó una protesta de tres minutos, en un partido que dura 90, en lugar de criticar a una competencia y un ente rector que ha permitido todo esto?

Para cerrar, hablemos de lo que sucedió en el Estadio Alfonso Lastras en San Luis Potosí: una pelea entre dos barras, la de Querétaro contra la del Atlético San Luis, que culminó con 33 lesionados y una invasión a la cancha, ya que los aficionados que fueron a disfrutar de un partido de futbol terminaron dentro del campo para evitar un mayor número de lesionados.

No es la primera vez que pasa esto, recordemos cuando los fanáticos del Atlas se agarraron a golpes contra la seguridad del estadio, o cuando la porra del Veracruz agredió tanto a policías como a porras visitantes. Una pequeña muestra de la situación de violencia de nuestro país.

Al final, el futbol considerado como un escape de la realidad, se convirtió en un reflejo de ella. Aun así, seguimos intentando refugiarnos en un deporte que de poco a poco se ha ido transformando en lo mismo de lo que huimos.

*Foto de portada: Club Deportivo Veracruz

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