La propuesta del uniforme neutro sugiere que sin importar el sexo del infante, el uniforme escolar pueda ser usado de manera indistinta; que las niñas puedan usar falda o pantalón, según se sientan más cómodas, y que los niños, además del uso del pantalón, tengan la posibilidad de usar falda, si así lo desean. La medida, como plantea en un principio, no obliga a nadie a vestirse de alguna manera, sólo otorga la libertad de decidir.
En México –salvo algunas ocasiones, cuando por las bajas temperaturas las niñas llegan a usar pantalón sin el menor problema– se acostumbra a que las prendas del uniforme escolar estén estrictamente asignadas de acuerdo al sexo del infante: camisa, pantalón y suéter para los niños; camisa, falda y suéter para las niñas.
El uniforme escolar se comenzó a utilizar en México –en las escuelas públicas– a partir de los años 30, durante el mandato del presidente Lázaro Cárdenas, con la intención de eliminar cualquier distinción por la clase social a la que se pertenecía y para generar un ahorro a los padres de familia.
“El uniforme fue pensado para que no fueran tan evidentes esas diferencias. En esos momentos era lo que buscaba la educación pública. En la parte económica, el uso del uniforme representaba un recurso de ahorro importante, ya que estaba hecho con un material resistente y los padres no tenían que preocuparse por comprar más ropa”, explicó en entrevista para LADO B el doctor en investigación educativa, Rodolfo Cruz Vadillo.
A pesar del propósito que perseguía, Cruz Vadillo señala que el uniforme no ha logrado reivindicar las desigualdades en las instituciones educativas, ya que con el tiempo se estigmatizó, al compararse con los uniformes de las escuelas privadas, y porque mantiene vigentes los estereotipos de género, dejando en desventaja a las niñas.
Para la maestra en Género y Diversidad, Claudia Sandoval Zamorano, el uso obligatorio de la falda para las niñas implica que se limiten en actividades físicas propias de las escuelas como los juegos o los deportes, ya que se ven obligadas a restringir sus movimientos para evitar exponerse ante peligros como el acoso o el hostigamiento por parte de sus compañeros.
“Las niñas deben tener constante cuidado de no exponerse, pues utilizan una falda cuya longitud se limita a cubrir las rodillas, lo que las limita en actividades que requieren activar el cuerpo. En ese sentido, se observa que el uso del espacio en los patios de recreo suele estar dominado por los varones, mientras que las niñas se reúnen en las periferias”.
Por otro lado, Cruz Vadillo mencionó que el uniforme escolar afecta el proceso de construcción de identidad en los infantes y adolescentes, al intentar homogeneizar a quienes lo usan.
“Parece ser que las escuelas muchas veces no responden a las necesidades de los alumnos, están muy alejadas; o si responden lo hacen con una especie de violencia simbólica, es decir, les dicen ‘tú tienes que venir con este uniforme y no entras si no lo traes con estos elementos’”.
“Creo que quedaron atrás las épocas en donde las niñas tenían que traer falda y los niños tenían que traer pantalón, yo creo que eso ya pasó a la historia. Los niños pueden traer falda si quieren y las niñas pueden traer pantalón si quieren, eso es una parte de la equidad, de la igualdad”.
Esa fue la declaración de la jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, en torno al uniforme neutro –nombre con el que fue presentado por la funcionaria– que generó polémica entre algunos sectores de la población hace algunas semanas.
Luego del anuncio hecho por Sheinbaum, personajes públicos y la ciudadanía en general, mostraron su descontento o aprobación respecto al uniforme neutro a través de redes sociales y espacios en los medios de comunicación. Mientras unas personas tachaban de imposición lo mencionado, otras aseguraban que, a pesar de ser un pequeño avance, era muy significativo.
Una de las asociaciones que protestó contra la medida fue la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), que opinó que el uniforme neutro no garantizaba los derechos y oportunidades de las niñas y los niños.
“Consideramos que la igualdad de derechos no se da poniendo falda a los niños y pantalón a las niñas. La igualdad se dará cuando, tanto niños como niñas, tengan las mismas oportunidades para estudiar, para desarrollarse, para jugar, las mismas oportunidades de tener lo mínimo indispensable en sus colegios”, explicó el presidente nacional de la UNPF, Leonardo García, en entrevista para LADO B.
Además de lo mencionado, la Unión Nacional de Padres de Familia consideró esta iniciativa como una imposición a los menores y como una “ideologización de género”.
“Están erotizando a nuestros niños, dicen que están acabando con los ‘estereotipos’ sexuales (de hombre y mujer) y los ‘liberan’ […] El gobierno se está metiendo en tu intimidad, en la de tu familia y está decidiendo por ti la educación sexual para nuestros hijos. Eso es imponer la ideología de género, eso es invadir tus decisiones y corromper a nuestros niños”, escribió la UNPF en un comunicado.
En cuanto a esto, el director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), Juan Martín Pérez García, explicó en entrevista para LADO B que el uso del concepto “ideología de género” es una estrategia internacional que busca desacreditar a grupos y a movimientos que se manifiestan a favor de los derechos humanos.
“Estamos en la era de la posverdad, lo que significa que los conceptos construyen realidades. En el siglo pasado se consideró a la ‘ideología comunista’ como algo inaceptable; esto colocaba a cualquier expresión ‘comunista’ como proscrita a ser perseguida o cuestionada. Los grupos anti-derechos humanos están usando la misma estrategia, utilizan ese lenguaje a su favor”.
En los últimos años, estos grupos han aumentado su presencia en Europa y en América. Según Pérez García es en los países latinoamericanos donde más logros han conseguido; asegura que esto se debe al bajo nivel educativo y al poco desarrollo de los derechos humanos.
Algunas organizaciones como la REDIM o la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX, celebraron la propuesta del uniforme neutro. Nashieli Ramírez, presidenta de la ya mencionada comisión, manifestó en entrevista que “el hecho de que los niños puedan usar falda en la escuela y las niñas pantalón ayuda a acabar con los estereotipos en la sociedad, y a que los niños puedan ser escuchados en sus deseos. Esto rompe con simbolismos que existen actualmente”.
A pesar de estar inconformes con lo que las autoridades correspondientes han hecho, Leonardo García aseguró que en la UNPF estarían dispuestos a aceptar que las niñas usen pantalón sin el menor inconveniente.
“Eso no se discute. De hecho, las niñas han llevado pantalón desde hace 50 años. Incluso, consideramos que lo primordial es salvaguardar su integridad física, y esta medida, que no es nueva, está bien que la implemente el nuevo gobierno”.
Ante esta polarización de opiniones, Rodolfo Cruz Vadillo expresa que fue lamentable que el tema se distorsionara tanto, dejando de lado el sentido inicial de la iniciativa: la comodidad de las niñas.
Explica que esto se debió al mal manejo de información por parte de las autoridades correspondientes, hecho que generó una incorrecta traducción del tema.
“Lo que pasa con la política es que se traduce. Las personas lo tomaron de acuerdo a sus ideas por la falta de información. Se llegó a hablar de ‘ideología de género’ contraponiendo la ‘normalidad’. En ese sentido, lo ‘normal’ también sería parte de una ideología. Las autoridades publican sus comunicados, pero a veces hace falta más información para que estos procesos de traducción se reduzcan y se entiendan mejor”.
Cruz Vadilla mencionó que aunque se habló del tema en los círculos de especialistas, no se le tomó tanta importancia.
“En el sentido de lo educativo se tomó como algo secundario. Hemos estudiado cómo se dan estos procesos de socialización, de aceptación, y sabemos que el que se dé una noticia como estas no cambia las cosas inmediatamente, ni procura un tipo de visión. Fue la sociedad la que levantó la voz, en especial los padres de familia, con una visión conservadora”.
Días después, el titular nacional de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Esteban Moctezuma, dijo que el uniforme neutro estaba enfocado sólo a las niñas.
“La propuesta va dirigida a las niñas. En México, tenemos un problema muy fuerte de feminicidios. Tanto en los foros educativos, como en los grupos de enfoque que hemos tenido, madres y padres de familia, así como las propias estudiantes y niñas, nos han dicho que obligarlas a usar falda las pone en peligro, es incómodo y en invierno tienen frío. Lo que hay ahora es sólo una falsa polémica”, señaló el secretario.
El anuncio se hizo luego de la controversia generada en redes sociales y en medios de comunicación, y de la declaración del presidente López Obrador en su conferencia mañanera en la que decidió no ahondar sobre el tema: “Yo no voy a manifestarme en esta decisión que tomaron en la Ciudad de México porque son temas muy polémicos¨, dijo el mandatario.
En algunos estados del interior de la República también hubo muestras de desacuerdo. En el Estado de México y en Puebla aparecieron mantas sobre puentes peatonales con el mensaje «Gobierno #ConMisHijosNoTeMetas”; dicha etiqueta fue promovida en redes sociales por grupos como el Frente Nacional por la Familia y la UNPF.
En la entidad poblana las mantas aparecieron en puentes de Bulevar Valsequillo y Bulevar 5 de Mayo; en Vía Atlixcáyotl, a la altura de Cúmulo de Virgo y en 11 Sur y periférico.
Asimismo, en Puebla, el secretario de Educación Pública estatal, Miguel Robles Bárcena, aclaró en entrevista que en las instituciones educativas de la entidad no hay ninguna limitante para que el uniforme neutro lo usen de manera indistinta niñas y niños.
“Desde hace unos años el uniforme lo da el gobierno, pero no ha sido limitativo. En algunos casos los colores cambian, pero no hay ninguna prohibición en ningún tipo de temas en eso. Desde hace muchos años hay la libertad en Puebla de que se vistan de cualquier esquema y no tenemos una limitación, hay libertad”, declaró el funcionario.
A pesar de la iniciativa del uniforme neutro, Robles Bárcena mencionó que los uniformes que entrega el gobierno estatal se seguirán basando en los modelos de género tradicionales.
LADO B solicitó una entrevista con el área de Desarrollo Educativo de la SEP estatal para preguntar sobre el futuro de la iniciativa en la entidad y para aclarar algunas dudas sobre el tema, pero el director de comunicación de la dependencia, Engelbert Quiroz, dijo que sería complicado obtenerla porque “el tema no es de aquí; en Puebla tenemos el uniforme gratuito, el uniforme neutro es en la CDMX”.
Desde principios de los años 90, el uso del uniforme escolar ha sido voluntario; ni en los reglamentos de la SEP ni en el Artículo Tercero de la Constitución Política Mexicana se establece que las niñas y los niños requieren de alguna vestimenta específica para ir a la escuela, mucho menos que las niñas usen falda y los niños pantalón.
Incluso, existe un acuerdo entre varias secretarías, entre las que se encuentra la SEP y la Profeco, en que se establece en su artículo 6 que el uniforme escolar no es obligatorio. El acuerdo fue firmado el 28 de febrero de 1992.
La SEP recomienda en sus comunicados previos al inicio de cada ciclo escolar el uso del uniforme, pero aclara que no es un requisito para asistir a clases. Los padres de familia de cada institución son los encargados de acordar cómo y si será usado.
Normalmente, los padres de familia establecen que los uniformes deben ser asignados según el género del niño o de la niña, sin cuestionar lo que implica llevar falda o pantalón. Sin embargo, de acuerdo a la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes en su artículo 116 fracción XII, las autoridades federales y locales están obligadas a “adoptar medidas para la eliminación de usos, costumbres, prácticas culturales, religiosas, estereotipos sexistas o prejuicios que atenten contra la igualdad de niñas, niños y adolescentes por razón de género o que promuevan cualquier tipo de discriminación”.
Al respecto, Cruz Vadillo señaló que la SEP tendría que intervenir en ese proceso, pero en un sentido más práctico, como cuando se comete alguna injusticia, como negar el acceso a las clases por el uso a medias del uniforme o por motivos de apariencia, como el corte de cabello.
“¿Qué va primero: la falda, el pantalón y el cabello o tu educación? Porque tu educación será la que te permitirá construir capacidades para enfrentarte a la vida. Si tú no estás en la educación se te está negando el derecho de construir ciudadanía. Si se pone en la balanza, las demás cuestiones resultan secundarias”.
Para Juan Martín Pérez García el uniforme neutro representa la superación de visiones viejas y un avance en materia de equidad. A pesar de esto, señala que la iniciativa surgida hace unas semanas carece de un mecanismo de implementación, lo que es grave, ya que deja la decisión en manos de las escuelas, hecho que transformaría a la medida en una sugerencia.
“Para el mecanismo de implementación se necesitan tres cosas básicas: amplia difusión entre niñas, niños y adolescentes; destacar que es un derecho, que sin importar la opinión de sus tutores o de los profesores, es su decisión; y que exista un sistema de quejas, en caso de que recibieran algún tipo de hostigamiento”.
Pérez García asegura que el uniforme neutro no tiene que ver con un tema de preferencia sexual, ni de promoción de algún tipo de diversidad, es simplemente un acto de libertad.
Además del uniforme, otro aspecto importante para alcanzar la equidad en los planteles es la revisión de los contenidos, las representaciones y los discursos que se manejan, ya que, asegura Rodolfo Cruz Vadillo, las escuelas aún no son neutras.
«Hay una asimetría entre niñas y niños. Las escuelas reproducen todavía algunas situaciones negativas de la sociedad; a los niños se les dice qué pueden hacer, mientras que a las niñas se les dice qué no pueden hacer».
En las escuelas existe una violencia simbólica contra las niñas, que a pesar de ser más visible en la actualidad, no se ha resuelto. Un ejemplo de ello, menciona el especialista, se encuentra en los libros de texto, en los que se llega a señalar que profesiones como las de médico o arquitecto son para hombres, mientras que las de enfermera o maestra son para mujeres.
Cruz Vadillo asevera que en las escuelas la equidad no se va a dar de la noche a la mañana, pero que el espacio escolar es un buen inicio para la transformación de la sociedad.