Lado B
Billie Jean King
La tenista siempre ha luchado en hacer énfasis en la diferencia de condiciones y prejuicios a los que se ha enfrentado como deportista
Por Mariana Solana Filloy @
21 de mayo, 2019
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Foto tomada de Wikimedia Commons

Mariana Solana Filloy

“Yo quise usar el deporte para provocar un cambio social”

Billie Jean King

La semana pasada me topé con un excelente artículo de The New York Times que se publicó en marzo de este año. El título es “Ocho ocasiones en que las mujeres en el deporte lucharon por la igualdad” y recupera momentos en los que distintas deportistas alzaron la voz para exigir un trato más justo.

Menciona, por ejemplo, a Venus Williams quien, durante varios años, exigió al Comité organizador de Wimbledon que la ganadora del torneo recibiera el mismo premio que el primer lugar varonil. Habla también de Kathrine Switzer, primera corredora del maratón de Boston y de quien les hablaba hace unas semanas; aparecen los equipos nacionales femeniles de fútbol y de hockey de Estados Unidos, quienes han demandado a sus propias federaciones por la falta de apoyos; y otras mujeres más. Los invito a revisarlo, porque además de ayudarnos a conocer grandes historias, nos muestra cómo estas mujeres transformaron y están transformando el mundo del deporte.

Mientras lo leía, decidí que hoy escribiría de una de esas mujeres, la tenista Billie Jean King.

Antes me gustaría decirles que veo este espacio no solo como una columna para estar al tanto de lo que pasa en el deporte femenil y los resultados más recientes, sino también como un espacio para reconocer la historia, los referentes y la transformación del deporte; para reflexionar juntos sobre lo que esto ha implicado para la sociedad así como lo mucho que queda por hacer. Es por esto que elegí a Billie Jean. Quien se interese por el deporte femenil debe conocer su nombre porque ha sido, a lo largo de varias décadas, una de las principales referentes de lucha por un trato justo en el deporte y, muchas veces, fuera de este.

King nació en 1943 en Estados Unidos en una familia deportista, así desde pequeña sus papás la impulsaron a probar distintas actividades. A los 11 años incursionó en el tenis y en muy poco tiempo demostró su talento para este deporte. Con tan sólo 18 años ganó su primer torneo Gran Slam (uno de los torneos más importantes de la Federación Internacional de Tenis), en la categoría dobles femenil junto a Karen Hantze Susman. Durante su trayectoria acumuló 39 títulos de Grand Slam sumando victorias individuales, dobles femenino y mixto.

Desde muy joven reconoció y “se enfureció” –como ella comparte– por la desigualdad que enfrentan las mujeres en el deporte y los prejuicios con las que son vistas. Su posición ante la desigualdad de género en el deporte siempre fue clara, por lo que utilizó los medios de comunicación, sus entrevistas y hasta discursos al ganar torneos para hacer énfasis en la diferencia de condiciones y prejuicios a los que se enfrentaba como deportista.

En 1973, siendo una de las principales figuras del tenis del momento, exigió a la directiva del Abierto de Estados Unidos que los premios para los ganadores del torneo varonil y femenil fueran los mismos. Al recibir una negativa a su petición, decidió no participar en el torneo e invitó a otras jugadoras a hacer lo mismo. Al ver que su movimiento empezaba a tener éxito y al reconocer que su participación era esperada por el público, la directiva decidió aceptar sus condiciones. Así, el Abierto de Estados Unidos se convirtió en el primer torneo Grand Slam con premios igualitarios para hombres y mujeres.

Ese mismo año, King protagonizó uno de los partidos de tenis más vistos de la historia, la denominada “Batalla de los Sexos” en donde se enfrentó a Bobby Riggs.

Riggs se consolidó como una estrella del tenis en los años 40. No sólo fue su habilidad para el deporte lo que lo hizo famoso, su actitud petulante y en ocasiones grosera hacia los jueces, contrincantes y prensa ayudó a esto. Desde que las tenistas empezaron a exigir mayor igualdad, Riggs fue muy claro con su postura haciendo declaraciones como: “Las mujeres pertenecen a la habitación y a la cocina”, “deben quedarse en la casa cuidando a los niños” y “no tienen estabilidad emocional para ser atletas”.

Con 55 años de edad, Riggs retó a Margaret Court, gran tenista de la época. Su objetivo era demostrar que las mujeres no tenían espacio en las canchas. Riggs ganó ese partido en dos sets y utilizó esa victoria para “confirmar” sus creencias machistas; sin embargo, quiso llevarlo más lejo, por lo que retó a Billie Jean King a un partido.

King aceptó, aunque años después en su libro La Guerra de los Sexos, confesó que tuvo muchas dudas. Sus inquietudes se basaban en que para ella exigir las mismas condiciones no significaba que mujeres fueran mejor que los hombres, sino que merecían las mismas oportunidades. Enfrentarse a Riggs podría dar una imagen incorrecta, pero también sabía que negarse podía tener más repercusiones y daría a Riggs, y quienes pensaran como él, la victoria.

El partido fue visto por alrededor de 130 millones de personas en todo el mundo. ABC tuvo la transmisión y fue el responsable del nombre con el que se conoce al partido hasta la fecha: “La Batalla de los Sexos”.

King derrotó a Riggs en tres sets (6-4, 6-3 y 6-3). Esto hizo que el evento fuera aún más memorable y que se reconociera a la tenista como una de las mayores defensoras del deporte femenil.

El resultado fue cuestionado por muchos, ya que alegaban que los más de 20 años de diferencia le habían dado la ventaja a King o que Riggs había sido amenazado o sobornado para dejarla ganar. Varios tenistas más jóvenes retaron a King, a lo que ella se negó. En su libro menciona que para ella el mayor logro no fue ganar el partido, sino crear conversaciones acerca del deporte femenil, que hasta esa fecha parecía ser invisible.

Billie Jean se retiró del tenis en 1983. No obstante, su lucha sigue vigente y se ha hecho cada vez más fuerte. Además de ser promotora de la equidad entre hombres y mujeres también ha sido una vocera incansable sobre la situación que enfrentan los deportistas homosexuales.

Creó la Women´s Tennis Association, fundó la revista Women´s Sport Magazine, ha escrito varios libros y ha sido representante de distintas asociaciones y fundaciones como Women´s Sports FoundationElton Jonh AIDS Foundation y Andy Roddick Foundation. En 2009, el presidente Barack Obama le entregó la Medalla de la Libertad por su trabajo en favor de los derechos de las mujeres y de las personas homosexuales. Ha recibido innumerables premios e incluso el recinto en el que se realiza actualmente el Abierto de Estados Unidos lleva su nombre.

Billie Jean King es y será uno de los más grandes referentes del deporte, por su incansable lucha, su tenacidad, su valor para exigir un trato igualitario, su perseverancia para seguir defendiendo su causa aún muchos años después de haberse retirado y por extenderla más allá del deporte.

Su historia es un ejemplo palpable de cómo el deporte es reflejo de la sociedad y a la vez puede ser un motor de transformación de esta. La historia de King inició en las canchas, su reconocimiento nació por sus grandes habilidades con la raqueta, pero ella hizo de este talento y de la plataforma deportiva, herramientas de lucha para la mejora de las condiciones para las mujeres y las personas homosexuales, en el deporte y fuera de este.

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Autor Lado B
Mariana Solana Filloy
Licenciada en Procesos Educativos, fanática del deporte principalmente ese que llaman “femenil”. Merengue de corazón y fiel seguidora del Orlando Pride Soccer Club, si no sabes de qué hablo estás en el lugar correcto.
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