Lado B
Articularse desde la pluralidad y el disenso, primer paso hacia una cultura participativa
Una de las conclusiones del foro "El estado de la cultura en Puebla: hacia un giro participativo" es asumir que no existe como tal una comunidad cultural
Por Ámbar Barrera @astrobruja_
18 de febrero, 2019
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Ámbar Barrera

@AstroBruja_

“Recordemos que la cultura no se hace desde el Estado, abandonemos el paternalismo, las cuotas de poder, los contratos. Muchos grupos independientes siguen realizando sus proyectos y actividades, con tropezones, pero precisamente porque tienen claro sus objetivos es que funcionan. ¿O se van a inmovilizar si no hay un “tabulador” que premie sus actividades?”

Óscar López “El Gallo” (8 de febrero de 2019. Tomado de su cuenta de FB)

 

El 14 de febrero Puebla despertó con con una triste noticia: Óscar López “El Gallo”, pionero del periodismo cultural y pilar de la escena cultural poblana, había fallecido. Ese mismo día no menos de 50 personas, entre artistas, académicos, gestores culturales y otros, asistieron al foro El estado de la cultura en Puebla para hablar, en su mayoría, desde el hartazgo ante la política cultural del estado que desde 2011 no ha hecho más que masacrar el arte y la cultura tanto para productores como para el público.

Aunque “El Gallo” no estuvo presente, se sabe que su postura era la misma que la de los participantes de ese foro: “(los políticos) ven la cultura como espectáculo que se mide por números y no por necesidades”. Así escribió Óscar López en su Facebook personal el 8 de febrero.

La organización del foro estuvo a cargo del Colectivo ADA y Klastos -suplemento de investigación y crítica cultural- y las ponencias respondieron a una convocatoria abierta. Los temas abordados fueron políticas culturales, desarticulación de la escena cultural, formas de resistencia, turistificación, autoorganización, la disputa por el espacio público desde las prácticas artísticas y la presentación de iniciativas colectivas y de colaboración.

Este fue un foro diverso, variado, en donde la constante fueron los múltiples desaciertos de la política cultural poblana en los últimos ocho años: la desaparición de la Secretaría de Cultura en 2011, la desaparición de múltiples festivales (FIP, Barroquísimo, Festival Internacional de Teatro Héctor Azar…), la desaparición de la Galería de Arte Moderno y Contemporáneo Ángeles Espinosa Yglesias en 2014, el desmantelamiento del Museo Bello en 2015, y con todo esto, la instauración de una cultura del espectáculo (con el Festival Internacional 5 de Mayo, por ejemplo) y la apertura de grandes proyectos que ocultan historias de opacidad y destrucción del patrimonio como el Museo Barroco o La Constancia Mexicana.

Las deficiencias no sólo se reflejaron a nivel estado sino también local, con el papel del Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMACP) en su anterior administración y sus enormes desaciertos como la implementación del Programa de Artistas Urbanos (PAU) o la organización de exposiciones como Tutankamón, en el que la mayoría de las piezas eran de cartón o la exposición de Picasso, que incluía el contrato con un curador vinculado a un caso de corrupción y lavado de dinero en España.

Protestas contra el PAU (junio 2017)
Foto: Marlene Martínez

Fotos: Marlene Martínez.

En las últimas semanas ambos asuntos se cruzaron cuando Anel Nochebuena, ex directora del IMACP, fue nombrada Subsecretaria de Cultura por la  administración estatal que encabezó la panista Martha Erika Alonso, además anunciando una reestructuración; en los últimos años el tema de cultura ha estado en manos de un deficiente Consejo Estatal.

Así como los actores de la escena cultural se movilizaron cuando sucedió lo del PAU, recientemente se habían vuelto a unir desde distintas esferas para exigir el retiro de Nochebuena como subsecretaria (lo cual sucedió cuando ella misma renunció hace unos días), y ahora continúan organizándose con la preocupación y las propuestas sobre quién debería quedar a cargo y bajo qué términos debería funcionar la nueva subsecretaría.

En el caso del foro, después de dos días y al menos 20 ponencias sobre los más diversos temas, se concluyó que no hay una conclusión: a grandes rasgos, lo que se requiere es una articulación constante que trabaje desde la heterogeneidad, la pluralidad y el disenso, contra la cultura hegemónica impuesta por el estado.  

Al final de este ejercicio, Alberto López Cuenca, académico de la BUAP, organizador del foro e integrante del Consejo Editorial de Klastos, resumió que el campo cultural en Puebla es heterogéneo y lo que se comparte en común es el descontento sobre lo moralista y normativo del estado

—Parece que estamos a la expectativa de un nuevo proyecto cultural que va a venir a componer lo que se descompuso en la máquina del estado bajo el consenso. Y creo que tenemos que aceptar que tenemos que trabajar desde la heterogeneidad, el disenso y el conflicto. Es decir, que no nos vamos a poner de acuerdo, que no hay un único proyecto, ni una única manera en que podemos concebir el desbordamiento del estado nación y sus formas institucionales. Estamos parados desde una singularidad que nos obliga a construir a partir de nosotros mismos.

Algunos temas planteados de las ponencias

Jueves y viernes la jornada del foro inició a las 10:00 am y concluyó a eso de las 6:30 pm, con un flujo constante de asistentes. Así que aunque hubo por lo regular mucho aforo, sobre todo durante la mañana, fue un grupo reducido el que asistió a las jornadas completas y a las dos fechas.  

En la segunda mesa del jueves, con el tema Políticas culturales públicas e institucionales y la desarticulación de la escena cultural, se discutió cómo los mismos grupos de artistas, gestores y productores culturales se reúnen por afinidad pero también suelen “discriminar por afinidad”, como afirmó la gestora cultural Mericia Curiel durante su intervención.

Ella criticó estos círculos que además suelen no sólo negarse a una verdadera colaboración entre pares, sino también alejan a los públicos por posicionarse justamente desde el elitismo.

Juan Carlos Canales, Sinar Suárez y un representante de Gestores Culturales Mx, ponentes en esa misma mesa, coincidieron además en que perciben la necesidad de realizar proyectos culturales fuera del centro histórico de la ciudad, así como fuera del centro del estado (Puebla y Cholula), escuchar las voces organizadas para el arte y la cultura desde los municipios y los pueblos indígenas, realizar trabajo en colectivo con las comunidades y no sólo para círculos cerrados de otros artistas, defender el patrimonio inmaterial y sobre todo, la necesidad de continuar con la resistencia contra la cultura hegemónica a través de proyectos independientes, contraculturales y autogestivos.

En la mesa siguiente se presentaron algunas iniciativas colectivas y de colaboración como La 3 y la 4, un grupo de artistas plásticos que se reunió para experimentar el proceso de creación fuera de los términos del mercado y el management del arte, lo que los llevó a reconocer otras economías posibles.  

Entre de los ponentes estuvo una pareja de antropólogos chilenos (Anay González y Marcelo Colimil) que se encuentra en la tarea de documentar las danzas tradicionales de Xochitlán, las cuales están a punto de perderse debido a las dinámicas del mercado que abogan por un discurso cultural en el que lo que vende (el turismo) es únicamente el huapango. Así como un grupo de arquitectos que se organizó para apropiarse de un espacio público (la estación de ferrocarriles de San Martín Texmelucan) como espacio cultural.

Plenaria y plan de acción

La última parte del foro consistió en la organización participativa de una plenaria en la que participó una veintena de personas entre organizadores, algunos ponentes y asistentes (estudiantes, actores, artistas, gestores, músicos y académicos).

Para las conclusiones, más que partir de las ideas sobre cada ponencia en particular, se partió de los motivos que habían llevado a estos grupos e individuos a tomar acción: El estado ha dictado lo que es cultura y lo que no, está “parasitado” con la práctica del  mercado, además “sin mercado” como mencionó López Cuenca, es decir, sin un público que pueda o quiera consumir los productos culturales que derivan de las políticas del estado.

Otra de las conclusiones fue que es necesario asumir que no existe como tal una comunidad cultural en Puebla, puesto que el foro demostró los más variados perfiles, proyectos y puntos de vista y por lo tanto, no hay consenso.

El objetivo de los actores culturales en Puebla sería entonces no conformarse como una identidad homogénea sino al contrario, trabajar desde la heterogeneidad, el disenso y la pluralidad, para generar una narrativa propia desde cada una de estas singularidades, que no coincida con la academia ni con los programas del estado y establezca una visión antagónica de la cultura.

El plan de acción acordado al final de la plenaria fue establecer permanentemente foros como este con tres mesas de trabajo: 1. Vínculo entre el trabajador cultural y el marco legal, 2. Producción de narrativas y 3. Prácticas culturales: espacio público y ciudad; en fecha y el lugar por definir.  

Para mayor información sobre cómo agregarse a la discusión de los próximos foros, así como estar al tanto sobre la memoria de este primer evento y compartir diversos materiales de apoyo, los organizadores continuarán usando la página del evento en FB mientras se mudan a otra plataforma.

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Autor Lado B
Ámbar Barrera
Periodista, comunicóloga, fotógrafa, feminista y amante del arte.
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