Lado B
First Man o el súper drama del viaje a la luna
Hay que darle al César lo que es del César: First Man simplemente… es astuta. Sabe lo que quiere, sabe lo que es, y hace un excelente trabajo siéndolo
Por Héctor Jesús Cristino Lucas @
09 de enero, 2019
Comparte
Héctor Jesús Cristino Lucas

Si te consideras un conspiranoico casual y te agradan los misterios que rodean a nuestro mundo, aquí te va uno bueno…

Resulta que el clásico de las teorías conspirativas; ese que dicta con tremenda polémica y seguridad que el hombre jamás llegó a la luna y que todo fue un show mediático montado por parte de Estados Unidos, será, de hecho, un caso reabierto por la propia (Roscosmos) Agencia Espacial Federal Rusa.

Foto tomada de Youtube

Dmitry Rogozin, conocido político ruso y ahora Director General de la Agencia Roscosmos, publicó en su Twitter, el 23 de noviembre de este mismo año, una reveladora entrevista con el actual presidente de Moldavia acerca de los “extraños” e históricos alunizajes estadounidenses. Y declaró, en algún punto del encuentro, que el viaje a la luna realizado por Estados Unidos un 20 de julio de 1969, efectivamente, aún no le quedaba muy claro.

En palabras del propio Rogozin: “Hemos establecido este objetivo de volar y verificar si estuvieron allí o no”.

Lejos de cualquier teoría descabellada que ronda por los obscuros rincones de esos blogs conspirativos sobre si la bandera no debía ondearse en medio del espacio o si la grabación fue filmada en un estudio estadounidense por el mismísimo Stanley Kubrick, la entrevista del presidente general de Roscosmos es interesante por sí sola.

Con un tono gracioso, debido a que el tema se ha vuelto una broma recurrente en la historia de la humanidad, los rusos plantean descubrir –de una vez y para siempre– si Neil Armstrong, el primer hombre en pisar la luna según los libros de Historia, realmente llegó ahí… a casi 50 años de suceder.

Y ya sea por patriotismo o conspiración –juzgue usted con toda libertad–, a casi 50 años, Estados Unidos también nos presenta un drama biográfico de aquella, su gran hazaña, porque no hay que perder las buenas costumbres.

First Man, por su traducción al español: “Primer hombre”, viene a recordarnos a todos quién fue el que ganó la frenética Guerra Fría frente a –la ahora extinta– Unión Soviética y nos presenta, a través de una melodramática historia, el viaje a la luna como “un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad”. Y sí, lo hace de maravilla.

Su director, una joven estrella que pasó de ser promesa repentina con Whiplash (2014) a uno de los cineastas más importantes de Hollywood con La La Land (2016), Damian Chazelle, puede ser, otra vez, uno de los principales candidatos para los Academy Awards 2019.

Tras su proyección en el reconocido Festival de Venecia, la crítica fue clara y directa. Aunque pretenciosa, resulta para muchos expertos –eruditos muchos de ellos– una de las obras más completas dentro de su filmografía. Por supuesto que yo no puedo casarme con esta idea, pero el mérito está ahí.

Luego de una evidente obsesión con el mundo de la música, el amante del jazz nos transporta a un evento histórico –aunque es decir poco– a través de una suerte de perfil biográfico y hasta psicológico de quien es llamado por muchos historiadores el “Primer hombre” en viajar a la luna.

Con esto, podemos darnos una idea de que la película puede llegar a ser “suficientemente patriótica” –seamos claros– pero sin consumirla como una vil propaganda norteamericana de aquellas.

No es por rendirnos frente a la macro industria del séptimo arte; no es por alabar hechos que incluso hoy en día se juzgan como sospechosos y poco fiables, sólo es darle al César lo que es del César. First Man simplemente… es astuta. El producto, no sólo sabe lo que quiere –porque eso sería poco– sino también sabe lo que es, y hace un excelente trabajo siéndolo.

Frente a todo pronóstico, la cinta termina siendo un estupendo drama que sólo es creíble; sólo es magnífico; sólo es rentable… por la excelente actuación del propio Ryan Gosling. No hay más.

Foto tomada de Youtube

Y sí, sé lo que van a decirme. Que los efectos especiales son buenos, que la banda sonora es asombrosa o que la ambientación es envidiable. ¡Por supuesto! No pienso negarlo. Pero tampoco es para tanto.

Luego de ver el súper drama de un viaje a la luna como sólo Julio Verne o George Méliès soñaron en su momento, mi crítica terminó siendo simple y descafeinada. Nada más allá de una rutinaria “gran película” que debía salir casi por compromiso. No porque fuera mala ni mucho menos, sino porque es una cinta correcta y destacable para la industria. Poéticamente cumplidora.

Ni siquiera sé cómo expresar que en ocasiones los arrebatos pasionales del personaje histórico que interpreta Ryan Gosling –además de asombrosos– son propios de las herramientas básicas de este tipo de cine: un poco de dolor por aquí, otro poco de drama por allá, un par de giros trágicos por todos lados, ¡y listo! El filme histórico por encargo.

Pero aun así, estos clichés –algunos más evidentes que otros– logran hacerte vivir en carne propia tanto los sufrimientos como la gloria alcanzada del propio Neil Armstrong.

Y he aquí el verdadero peso del filme. Damian Chazelle basa esta película en el fascinante libroFirst Man: The Life of Neil A. Armstrong (2005) escrita por el profesor de historia en Alabama, James R. Hansen; quien alcanzó el Premio de la Sociedad de Literatura Astronáutica por su obra de gran relevancia y, a la vez, por su veracidad. Así, el propio héroe norteamericano la terminaría autorizando al poco tiempo como su biografía oficial.

Estos sucesos, entonces, pueden llegar a considerarse auténticos en el amplio sentido de la palabra sin importar cuántos arcos efectistas le agregue Hollywood. Lo que verdaderamente es de aplaudirse, lo que de verdad vale la pena en esta película, es ver a través de los ojos del propio Neil Armstrong. No a través de la Guerra Fría o del gran amor a la “madre patria” –que es engañoso– sino sólo del propio Neil Armstrong. Y sí, Ryan Gosling hace un estupendo trabajo haciéndolo.

Más allá de esto, nos quedamos con una película dramática que intenta explicarnos científicamente -hacernos creer a toda costa– cómo fue posible realizar un viaje de este tipo en la lejana década de los años 60. Las complicaciones de la tecnología de época y esa constante lucha entre naciones que ya hemos visto una y otra y otra vez en el cine.

Hasta la considerada Mejor Película del 2018, The Shape of Water de Guillermo Del Toro, nos remonta a la época y nos hace vivir, mediante un drama de ciencia ficción romántico, aquella eterna rivalidad tecnológica que siempre ha existido entre Rusia y Estados Unidos.

Tras los primeros minutos viendo la espléndida escena de Ryan Gosling dentro de una astronave de prueba cruzando la estratosfera, lo sabes. ¡Lo sabes bien! Apesta a Oscar. ¿Quién puede negarlo?

First Man es el melodrama biográfico del 2018 por excelencia. No sólo nos regala una estupenda actuación de parte del protagonista de Drive (2012), también nos muestra una de las mejores direcciones que hayamos visto de Damian Chazelle. Este joven que se ha vuelto pieza importante en la historia del cine norteamericano actual.

Y ha aprendido muy bien si se le estudia a detalle. Cada una de sus películas –ya sea en plano secuencias, música o fotografía– son homenajes vivientes al cine de Hollywood de ayer y hoy.

First Man, por ejemplo, está influenciado tanto por el emotivo cine de Steven Spielberg como del poético y existencialista de Terrence Malick. Una suerte de híbrido exponencial que nos hará recordar asimismo a la fantástica Encounters of the Third Kind (1978) como a la sublime The Tree of Life (2011).

Aunque no muy lejos de la pretenciosidad vista en Interestellar (2014) de Christopher Nolan y en Gravity (2013) de Alfonso Cuarón –usando la eterna metáfora del espacio y nuestro vacío existencial–, si les soy sincero, me quedo mil veces con First Man. No por la gran película que pretende ser, sino por el ideal básico de su director tras haberla filmado.

En palabras de Damian Chazelle, con respecto a por qué contar una historia mundialmente conocida como siempre ha sido el famoso alunizaje: “La verdad, no debemos dar esta historia, ni ninguna otra, por sentada”.

Quizás haya más de lo que se lee en los libros de Historia. Quizás, sólo quizás, hay miles de historias detrás de una sola… y que la Agencia Espacial Federal Rusa esté dispuesta a encontrarla, por ejemplo, hacen de esta cinta un tema de lo más actual a 50 años de suceder. ¡Poesía a lo Kubrick!

Damas y caballeros, First Mano el súper drama del viaje a la luna.

Sinopsis:

“Una biografía sobre la vida del legendario astronauta estadounidense Neil Armstrong de 1961 a 1969, en su viaje hacia convertirse en el primer ser humano en caminar por la Luna”.

Comparte
Autor Lado B
Héctor Jesús Cristino Lucas
Héctor Jesús Cristino Lucas resulta un individuo poco sofisticado que atreve a llamarse “escritor” de cuentos torcidos y poemas absurdos. Amante de la literatura fantástica y de horror, cuyos maestros imprescindibles siempre han sido para él: Stephen King, Allan Poe, Clive Barker y Lovecraft. Desequilibrado en sus haberes existenciales quien no puede dejar (tras constantes rehabilitaciones) el amor casi parafílico que le tiene al séptimo arte. Alabando principalmente el rocambolesco género del terror en toda su enferma diversidad: gore, zombies, caníbales, vampiros, snuff, slashers y todo lo que falte. A su corta edad ha ido acumulando logros insignificantes como: Primer lugar en el noveno concurso de expresión literaria El joven y la mar, auspiciado por la Secretaría De Marina en el 2009, con su cuento: “Ojos ahogados, las estrellas brillan sobre el mar”. Y autor de los libros: Antología de un loco, tomo I y II publicados el 1° de Julio del 2011 en Acapulco Guerrero. Aún en venta en dicho Estado. Todas sus insanias pueden ser vistas en su sitio web oficial. http://www.lecturaoscura.jimdo.com
Suscripcion