Alonso Pérez Fragua

@fraguando

#MiRamadanLaico #MiVidaEnMarruecos

[dropcap]E[/dropcap]l Corán indica que, durante este mes santo de ramadán, toda persona a partir de la pubertad debe abstenerse de alimentos, bebida, sexo y tabaco desde que el sol sale hasta que se pone, a menos que esté enferma, embarazada, menstruando o de viaje. Los malos pensamientos y acciones están prohibidos también, pues se busca acercarse más a Alá. Mi ramadán laico tiene coincidencias con estos preceptos, pero dado que no soy musulmán y mi búsqueda personal y espiritual tiene sus diferencias, los lineamientos que regirán mi experiencia son distintos.

Desde el principio hice una lista dividida en tres categorías, “qué haré”, “qué evitaré o reduciré” y “qué suspenderé”. Sin embargo, a lo largo de la preparación algunos de los puntos fueron cambiando. Los lineamientos, a dos días de empezar mi ramadán laico quedaron así:

Qué haré

• Suhur o comida previa al inicio del ayuno
• Sawm o ayunar diario durante los 30 días. Como no creo encontrar problemas con el embarazo, lactancia o menstruación, mis únicos pretextos para poder romper el ayuno serán estar enfermo o de viaje. Tampoco me abstendré de agua porque mis riñones.
• Iftar o ruptura del ayuno al final de cada día, ya sea en mi casa o en la de alguien más.
• Meditar o hacer ejercicios de yoga al menos una vez al día por 15 minutos
• Dedicar de 5 a 10 minutos a orar (oración propia, católica u oración islámica), leer el Corán, reflexionar sobre mi día y mi posición en el mundo, esto en cada uno de los cinco momentos de oración marcados en el día, o por lo menos, cuando mi hija, mi esposa, mi perra, mi vejiga o mi ánimo me lo permitan.
• Una buena acción diaria, ya sea dar limosna o ayudar de cualquier forma posible.
• Aprender a comunicarme de forma no-violenta. Para ello, la herramienta principal será la lectura de A Model for Non Violent Communication de Marshal B. Rosenberg.

Qué evitaré o reduciré

• Azúcar y grasas.
• Uso de WhatsApp solo cuando sea estrictamente necesario. El concepto de “estrictamente necesario” es “estrictamente personal” y “estrictamente flexible”.
• Series, películas y cualquier tipo de distracción de esta búsqueda espiritual y personal. Considerando que mi investigación de tesis es sobre Netflix y que tengo que entregar avance el 15 de junio, éste será todo un reto. O no: si el proyecto consiste, en parte, en concentrarme en mi desarrollo en muchos niveles, el esforzarme por hacer un trabajo académico sobresaliente incluiría el ver algunos productos de Netflix. Lo que tendré que hacer, quizá, es pensar que lo que veo no es diversión sino trabajo, algo que de cualquier forma hago frecuentemente… por necesidad, lo juro.

Qué suspenderé

• Té, café y alcohol durante todo ramadán. De hecho, el domingo previo tomé mi última taza de café y guardé la botella de mezcal y del licor de naranja con que ocasionalmente me preparo algún coctel.
• Consulta de FB, Twitter e Instagram, así como de noticias, desde la salida hasta la puesta del sol. Esto me será particularmente difícil pues no solo se trata de mi forma de estar en contacto con familia y amigos en México, sino que, con las campañas electores en plena efervescencia, busco informarme de manera oportuna o al menos tener los mínimos conocimientos para entender memes.
• Pensamientos negativos, mentiras y chismes. Como no veré redes sociales ni noticias, esto será más fácil.
• Pensamientos y acciones de índole sexual, desde la salida hasta la puesta del sol. De nuevo, sin redes sociales, esto será más fácil.
• Música, de la salida a la puesta del sol. Por las noches, una vez levantado el ayuno, la intención es disfrutar con más intensidad el regreso de esos sonidos y silencios. Para ello he creado una lista en Spotify con canciones que me alegrarán el corazón y los oídos cada noche.

Ayuno de redes

Facebook y WhatsApp han sido dos herramientas importantes hasta ahora, pero en dos días mi ayuno de alimentos y de redes sociales comienza. Antes de que ese día llegue, continúo usando estas herramientas para platicar con amigos que conocen sobre el mundo islámico y temas vinculados al ayuno, la concentración y otros temas similares, o para solicitar a las inscritas a un grupo de Facebook que solo acepta mujeres marroquíes o extranjeras residentes de Casablanca que me ayuden respondiendo un cuestionario que elaboré para conocer más las diferentes maneras de vivir este mes santo.

Es también, gracias a Facebook -y a Farida-, que una semana antes de empezar ramadán llegó a mis manos -o mejor dicho, a mi disco duro- el invaluable “J’organise mon mois de ramadan” (“Organizo mi mes de ramadán”), documento en formato PDF de 64 páginas firmado por “Mon ti’souris – ief” que incluye, entre otras cosas, las oraciones a realizar, la lista de los 99 nombres de Alá, las “30 actividades a hacer con mis hijos”, y un formato de planeación diaria de objetivos, oraciones y páginas leídas del Corán. Si ya me había dado cuenta lo complejo que resulta esta celebración en muchos sentidos, este documento termina por convencerme.

Al primero que busqué para platicar del proyecto fue a Toño, amigo que por su labor académica ha estudiado al islam y convive con musulmanes en el centro de investigación en el que trabaja en Australia. Nunca ha hecho ramadán pues padece hipoglucemia, pero me recomendó estar atento a mi higiene bucal y a la de los que me rodean. La falta de alimentos puede provocar halitosis. Por ello, he agregado a mi rutina el cepillado de dientes al terminar mis cinco periodos de oración. Parece tonto, pero si no fuera por Toño jamás hubiera pensado en este detalle.

Otros consejos en apariencia obvios vinieron de quien menos lo esperaba. Como yo, creo que René empezó su “crisis de los 40” unos meses antes. De ser el amigo al que uno buscaba para recomendaciones de bares y antros, ahora es el que tiene consejos sobre crossfit, deporte del que incluso da clases cada mañana antes de ir a la oficina. Para incorporar la clase y su propio entrenamiento a su rutina, René se levanta a las 4:30 a.m. “¿Cómo lo logras?”, le pregunté a través del chat de FB.

“Pon el despertador y cuando suene, no lo apagues, párate inmediatamente. Esa es la única forma. No quiero sonar como entrenador de Instagram, pero desde que me levantando temprano creo mucho en el poder de la disciplina y el pensamiento positivo. La motivación es lo que te hace comenzar, pero es la disciplina lo que te hace seguir. Hay días que de verdad no me quiero ni mover y aun así me levantó y comienzo. Se vuelve hábito y vas a ver que logras muchísimas cosas comenzando tu día temprano”.

Sus consejos sobre la dinámica antes de dormir son útiles también, aunque algunos de ellos serán más difíciles de seguir o no aplican en mi caso: “Mínimo una hora antes olvídate de cualquier cosa que tenga pantalla, altera tus ondas cerebrales”: de acuerdo. “Evita consumir cafeína 4 horas antes”: café eliminado por completo. “Un suplemento de melatonina ayuda a tener mejor sueño”: en su defecto, intentaré comer alimentos ricos en melatonina como arroz, avena, maíz y plátano. Y el último y definitivamente más difícil de seguir: “no cenes después de las 8”. Según la tabla de horarios de “Muslim App”, a lo largo de todo el mes el sol se pondrá entre las 7:25 y las 7:42, lo que significa que la noche que más temprano estaré celebrando el iftar será alrededor de las 7:45.

Y pues eso, que #MiRamadánLaico será un reto al estómago, la mente y el espíritu.

Busca las crónicas de este proyecto lunes, miércoles y viernes en LADO B hasta finales de junio de 2018. Además, acércate a los materiales adicionales en Twitter e Instagram con los #MiRamadanLaico #MiVidaEnMarruecos

Instagram y Twitter: @fraguando

Podcast Ivoox: https://tinyurl.com/yccpbd6k

Oraciones laicas: https://tinyurl.com/y8pvwxv4

Lista de canciones en Spotify: https://tinyurl.com/yde69shc

Lista de videos en YouTube: https://tinyurl.com/yda9mm2l