El gobierno del estado dice ignorar quién es el responsable de la ciclopista que se construye debajo del segundo piso de la autopista México-Puebla, y quién decidió reducir los carriles de esa vialidad.
Las dos autoridades que podrían ser responsables de la obra, la Secretaría de Infraestructura y Carreteras de Cuota de Puebla aseguraron por separado no tener información sobre el proyecto y sugirieron pedirla a Carreteras de Cuota y la Secretaría de Infraestructura, respectivamente.
Coloquialmente se lanzaron la bolita una a otra, como si ninguna de las dos dependencias supiera del proyecto que se desarrolla, ni de la reducción de carriles en esa vialidad que ha generado más tráfico y embotellamientos en la zona.
La vialidad hasta hace unos años era de jurisdicción federal, es decir era vigilada y atendida por el gobierno federal, pero el 26 de febrero de 2016 la vialidad en el tramo kilómetro 114 al 127 + 855 fue entregada al gobierno de Puebla tras la construcción del segundo piso de la autopista. Es decir el tramo en el que se eleva el viaducto.
El tramo carretero fue recibido en conjunto por la Secretaría de Finanzas, la Secretaría de Infraestructura y Transportes y el organismo Carreteras de Cuota de Puebla.
Esa información fue dada a conocer por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a una solicitud que presentó LADO B.
El pasado 6 de febrero se pidió a las dos dependencias estatales que informaran lo siguiente:
En la respuesta otorgada tres días después de la solicitud, el 9 de febrero, el organismo Carreteras de Cuota aseguró que “la información no es de su competencia, pues dentro de sus facultades no contempla la ejecución ni contratación de ningún tipo de obra pública” y sugirió preguntarle a la Secretaría de Infraestructura.
Para la respuesta de la dependencia que encabeza Martha Vélez Xaxalpa hubo que esperar hasta el 22 de marzo, un mes y medio después de que se presentó la solicitud, para conocer que “después de haber realizado la búsqueda en los archivos de esta Secretaría (…) no se encontró información, dado que esta Dependencia no ejecutó la obra referida en su solicitud”, por lo que sugirió “dirigir su solicitud a Carreteras de Cuota Puebla”.
A pesar de que el argumento para la construcción del segundo piso de la autopista fue despresurizar dicha vialidad, lo cierto es que lo único que ha logrado es constreñir aún más el tránsito en esa vialidad.
Esto pues, tras la terminación de la obra, la vialidad se redujo de tres a dos carriles, y se puso en marcha la construcción de una ciclovía en los carriles que se desaparecieron. Una política que desde el punto de vista de los colectivos ciclistas no es equivocada… o no del todo.
Armando Pliego Ishikawa, vocero del colectivo Cholula en Bici y presidente del Consejo de Participación Ciudadana de Movilidad del municipio de Puebla señaló que si bien la iniciativa es buena, en tanto abre más espacios para una movilidad no motorizada, lo cierto es que en una vía rápida como la autopista Puebla-México, colocar una ciclovía en la parte central va en contra de los criterios y estándares internacionales.
“Lamentablemente ocurre lo de siempre: se construyen las ciclovías pero sin atender a los criterios de Ciclociudades que establecen que los vías sean bidireccionales y en los extremos derechos para que los ciclistas puedan entrar y salir en cualquiera de lo dos sentidos en cualquier momento, y eso no se hizo.”
Pliego señaló además que, contrario a la petición del Consejo Coordinador Empresarial de que se regresen los carriles a los vehículos, lo que se requiere en esa vialidad es transporte público eficiente que atienda las necesidades de traslado rápido en la zona.
“Regresar el auto no ayuda en nada, porque el auto siempre va a necesitar más. Si diseñamos la ciudad para tener mucho tráfico vamos a tener mucho tráfico, hay que meter ahí transporte público para que podamos bajar a la gente de sus vehículos, pero ofrezcamos un transporte rápido. No lo quitemos, mejoremos esa infraestructura, porque al final sí hay uso de la vialidad por parte de ciclistas trabajadores”.
Y agregó, “la vértebra de una buena movilidad en las ciudades es el transporte público, la bici como medio de transporte funciona bien en tanto hay un buen sistema público”.
Pero, más allá de modificar las políticas y cambiar la concepción de la movilidad en gobierno, y ciudadanía, lo primero es obtener información del proyecto, y eso es algo que la administración estatal parece no querer hacerlo.