[dropcap type=»1″]H[/dropcap]an pasado casi 32 años desde que George Lucas, referente inmediato para todo aquel que ama la ciencia ficción, entregara no sólo al género sino también al cine universal, una de las mejores franquicias de la industria del séptimo arte. Influido por los cómics de “Flash Gordon” de Alex Raymonds, las películas de samuráis de Akira Kurosawa y el libro de Josep Campbell: “El héroe de las mil caras”, Lucas creó un hito que cambiaría el concepto del Scifi tal y como se conocía hasta 1977. Las famosas operetas espaciales que ya se empezaban a popularizar en los 60s del tipo “Star Trek” o la propia “Barbarella”
Recordemos que ya Kubrick había colocado un nivel exorbitante para el género en 1968 con “2001: Odisea del espacio”, fungiendo así como pieza clave y eslabón indispensable para los postreros filmes del tipo “Star Wars”. Pero claro, no fue hasta que Lucas se puso detrás de las cámaras que abonó a hacer de la ciencia ficción hasta lo que conocemos hoy en día. Retomando las críticas sociales y filosofías escondidas en su opera prima “THX 1138”, la opereta espacial más popular de todos los tiempos, logró combinar entretenimiento y trasfondo sociopolítico como pocas antes. Además de que la revolución de los efectos especiales fue otro punto clave para su éxito.
Y tanto fue así que aquello que había sigo explotado en 1977 continuó creciendo hasta límites que ni el propio director podría haber sospechado. Las secuelas “Empire Strikes Back” o “Return Of The Jedi” siguieron abonando a la fama. Luego, en 1999, se iniciaría una nueva trilogía de precuelas que contaban los acontecimientos antes de los filmes de Lucas, el surgimiento del conflicto y el origen del antagonista principal: Darth Vader. Y con posteriores cómics, videojuegos y series animadas de televisión, el universo expandido de “Star Wars” continuó y continuó hasta convertirse en el monstruo transmedia que es hoy en día.
Sin embargo no todo fue miel sobre hojuelas. Ya desde las precuelas “Star Wars” comenzó a decaer. Los nuevos efectos especiales que se implementaron y la trama que nos había encandilado poco a poco se fue perdiendo. Muchos de los fans vieron a Lucas como la encarnación de su propio personaje Anakin. Alguien que lo tenía todo, el futuro prometedor augurado y el éxito envidiable, pero cegado por quién sabe qué, será ambición o falta de la misma, lo perdió todo, al punto de volverse el antagonista de su propia historia. George Lucas, el mismo cineasta que le dio vida a su universo, poco a poco le dio muerte.
Por ello, no sorprendió que el creador cediera los derechos de su bien más preciado a alguien más. Que cediera, después de tan mal recibimiento que obtuvieron las últimas precuelas, el futuro de su franquicia a otro monstruo que lo único que ha hecho, queramos o no, es hacer exitosas en términos comerciales muchas de las películas que tenemos actualmente. Pasó con las multi conocidas adaptaciones de “Marvel”, y ahora, vuelve a ocurrir con la opereta espacial de Lucas. Disney, junto a J.J. Abrams (la nueva promesa de la ciencia ficción, responsable también de haber dirigido las nuevas películas de “Star Trek”) están detrás de este nuevo resurgimiento.
Dirigir la séptima parte de esta saga fue uno de los pasos más riesgosos que jamás se haya tomado en la historia de la ciencia ficción, pues no hablamos de cualquier cosa. ¿Qué veríamos? ¿Una luz de esperanza para reavivar una franquicia que desde el 2005 se había estancado, o bien, la muerte definitiva de este fantástico universo al que millones han estado enganchados? Pues bien, “Star Wars VII: The Force Awakens” ofrece la respuesta que todo fan había estado esperando. Pese a que muchos críticos se encontraron insatisfechos al comienzo, tras su estreno mundial la nueva película de este monstruo al que llamamos Disney, ha sido un rotundo éxito.
Tras pocas horas de su estreno (¡HORAS!), el filme de J.J. Abrams se convirtió en la más taquillera de la historia de EU actualmente, logrando la cantidad de 53 millones de dólares. Aún se especula si puede lograr cerrar el fin de semana por encima de los 208,8 millones, que fue la cantidad lograda el pasado verano por “Jurassic World” y que supuso la mejor apertura de la historia hasta la fecha.
Pero hay que pensárselo bien. ¿Cómo se escapa de semejante locura? ¿Cómo no caer en la artimaña del recuerdo? En una época negra para Hollywood, donde se funde entre pésimas ideas y un sinfín de películas de superhéroes ¿qué hay que hacer? ¡Así es! Precuelas, secuelas o remakes innecesarios. Optar por el factor nostalgia para seguir lucrando con los tremendos éxitos que alguna vez tuvo la industria. “Jurassic World”, por ejemplo, no fue ni de lejos la mejor secuela de la saga “Jurassic Park”, y eso no evitó que se convirtiera en la tercera película más taquillera de la historia… bueno, hasta ahora, claro.
Lo mismo ocurrió con “Terminator: Génesis”, un rollo alargado que si bien tuvo una modesta repercusión, no fue más que una secuela innecesaria como tantas que existen actualmente.
Claro, algunas de esas precuelas o regresos a universos particulares se salvan, como lo que hizo George Miller al traernos de vuelta al loco Max en “Mad Max: Fury Road” y que incluso figura como una de las mejores película de este 2015. Este año podemos ya anotar a “Star Wars: The Force Awakens” como otro de estos magníficos ejemplos. Muchos críticos, y con ellos me uno, la han nombrado como la película que cumplió con las expectativa. La película que sí, no sé cómo, pero lo logró.
La nueva opereta espacial dirigida por J.J. Abrams supo darle en el clavo. Me atrevería a decir, por mucho, que es inmensamente superior a todas las precuelas del propio George Lucas, sin embargo, la trilogía principal de éste mismo sigue siendo la que manda. Es complicado derrocar algo que llegó para quedarse. Pero es seguro, Disney supo mover las cartas para que la franquicia estuviera en las manos más indicadas. J.J. Abrams no es cualquier tipo, es un fanático de la ciencia ficción que ya nos demostró que puede hacer películas existosas. Vean por ejemplo lo que hizo con las recientes películas de “Star Trek”.
Yo veo aquí un hombre que no sólo le encanta el género sino también que se lo toma muy enserio. Un hombre que disfruta lo que hace y sobre todas las cosas, que ha estudiado la fórmula original que entregó Lucas al mundo en 1977. Abrams hizo la tarea y aprobó.
Con Abrams vuelven Han Solo, Chewbacca, Luke Skywalker y Leia Organa. Estos personajes principales emblemáticos en la primera trilogía, y que en el arranque de esta nueva trilogía han pasado a segundo plano, como eslabones que sirven para conectar con sus antecesoras. Sin embargo, no existe problema alguno, las generaciones disfrutaron de éstos en su momento, y es obvio que resulta necesario cambiar de protagonistas. De introducir al veterano y al novato. Pero es la edición, pero es la música, pero es el espíritu de aquello bueno que quedó de Lucas tal vez, lo que te hace aceptarlo. Lo que te hace tomar enserio la película y disfrutarla, y dolerla, y seguirla tal cual.
Los incontables guiños y el particular estilo, aquel que definió la saga hasta nuestros días, les juro, está aquí. Lo mejor es que el temor de muchos, aquel que rezaba entre gritos de que Disney suavizaría el argumento, fue sólo un temor barato. “Star Wars: The Force Awakens” es una digna secuela, apartada de todos los bodrios actuales e incluso, del cruel sentimiento que algunas te dejan, pues pese a todo no resulta tan innecesaria como parece. Además, un metaverso tan rico e interesante como el que dejó George Lucas, al que le han seguido cómics, series y videojuegos para crear su tan popular universo expandido, vale la pena seguir conociéndole.
El trabajo de Abrams es formidable, y fue su fanatismo, producto de un amor verdadero a la ciencia ficción, aquello que nos trae de vuelta la magia que se creía perdida. Las operetas espaciales que abundan hoy en día, insensatas, sin carisma o trasfondo se han vito opacadas por este gran regreso de la saga.
Pero tampoco alentemos a lo utópico, la película no está salvando a la industria de Hollywood (no creo que algo actualmente lo haga) pero es un giro fresco, uno que no te hace perder la esperanza de lo que venga. Porque claro, tendremos más de esta galaxia, más aventuras, más giros inesperados. Y tal vez, una que otra escena para quedar en la historia.
Que si bien parece un reboot de Lucas, mostrando elementos similares, como el robot con una misión, la arma devastadora que hay que destruir o el villano malévolo controlado por una mente superior, no deja de sorprender. No deja de ser un producto relativamente único, con otro propósito, pero bajo el mismo sello, bajo el mismo universo.
Los más fanáticos pueden presumir que su franquicia ha vuelto a la carga sin decepcionar a propios ni extraños. Que ha pisado el peligroso término de “secuela” y salir ileso, porque con “precuela”, han de saber, fue todo de mal en peor. Abrams se ha convertido en el padawan del propio Lucas y nos lo está demostrando. Sólo falta esperar en nuestros asientos que no le ocurriese lo mismo que a éste último. Que no se una al lado oscuro de la fuerza. Aunque de momento creo que nos seguirán sorprendiendo. Más allá de si es un producto que lucra con la nostalgia, del monstruo de Disney que sabe mover sus cartas o del fanatismo de su director… es simplemente “Star Wars”, y eso lo vale todo.
¿Quién diría que aquello que empezó en 1977 sería visionado aún en el 2015? ¿Quién diría que la película, aquella misma que le repetían a George Lucas “sería un fracaso”, es ahora uno de los legados más poderosos de toda la industria del séptimo arte?
“Star Wars VII: The Force Awakens”, de regreso a la galaxia muy, muy lejana…
[quote_box_center]Sinopsis:
“La acción se sitúa 30 años después de los acontecimientos que tienen lugar en El retorno del Jedi, contando con una nueva generación tanto de héroes como de oscuros villanos y, por supuesto, la vuelta de algunos de los personajes favoritos de los fans.”[/quote_box_center]