Lado B
Mitos y realidades de la industria de los alimentos: lo que necesitas saber
La revolución por los “alimentos verdes” en auge pretende dirigirnos a una “alimentación más nutritiva y saludable”, pero ¿con qué bases?
Por Lado B @ladobemx
13 de octubre, 2015
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Foto: Tomada de Citrutips

Foto: Tomada de Citrutips

La revolución de los “alimentos verdes” en auge pretende dirigirnos a una “alimentación más nutritiva y saludable”, pero ¿con qué bases?

Ariela Gildenson  │ Prensa Ibero

@PrensaIbero

“¿Me puede dar un sándwich de pollo sin conservadores, pero que sea de libre corral, el pan sin gluten, con tomate y lechuga orgánicos que no hayan sido modificados genéticamente? Y también un café con leche de soya pero endulzado con stevia por favor”.

Cuando se trata de productos alimenticios, naturalmente queremos lo mejor para nosotros y nuestro cuerpo. En la última década, la revolución por los “alimentos verdes” ha alcanzado su mayor auge y cada día surgen nuevas tendencias que nos dirigen a una “alimentación más nutritiva y saludable”.

Las nuevas tendencias van acompañadas de mitos que de un día a otro varían radicalmente y algo percibido como saludable, se puede concebir como el alimento más dañino tan sólo al día siguiente, sembrando dudas y temores, lo que nos va orillando a cambiar nuestros hábitos o la devoción hacia aquello que creíamos que nos hacía bien.

Caminar por el supermercado o comer en un restaurante puede volverse un dolor de cabeza, ya que nos bombardean con etiquetas de todos los colores, con información poco comprensible, con leyendas que resaltan a los alimentos “libre de gluten”, “orgánicos”, “natural”, “de libre corral”, “sin OMG”, “sin grasa”, “light”, confundiéndonos sobre qué significan realmente para que podamos tomar una decisión informada.

Por otro lado tenemos al Internet, donde hoy es difícil discernir la información verídica entre tantos artículos y documentos que se contradicen uno con otro conforme seguimos leyendo y que nos frustran cada vez más, sin dejarnos claro qué es lo que debemos consumir y qué es lo que deberíamos evitar a toda costa. Aparecen fundaciones o asociaciones de activistas, que quizá de buena fe lanzan información o campañas que generan miedo a partir de sesgos en sus publicaciones.

Ciertamente nuestra intuición entre tanta confusión nos lleva a optar por lo que nos suena más entendible y sencillo o lo que está más al alcance de nuestra forma de vida y, por supuesto, nuestro ingreso económico.

Pero ¿qué es en realidad una moda sin bases y qué es lo que nos ofrece un beneficio verdadero?, ¿realmente tenemos que pedir el pan sin gluten, aunque no padezcamos intolerancia al gluten, y nuestras frutas y vegetales orgánicos?, ¿verdaderamente lo mejor es consumir alimentos “naturales”?, ¿preferirías no ahogarte entre tanta información que más que ayudar, confunde?

 “Fresco” no significa “nutritivo”

Tomemos un ejemplo en cuanto a los “tan temidos alimentos procesados”. Se ha multiplicado la percepción de que no son tan nutritivos como los frescos e incluso que son dañinos a la salud. Sin embargo, ¿cuál es la realidad?

[pull_quote_right]A la fecha no se cuenta con evidencia científica de alta calidad que demuestre que el consumo de este tipo de alimentos provoque cáncer. De hecho pueden tener un efecto benéfico[/pull_quote_right]

“Fresco” no es realmente un sinónimo de nutritivo. Muchos alimentos procesados son tan nutritivos como los productos frescos que han estado almacenados, o incluso hasta más, dependiendo de cómo se procesen. Las verduras congeladas, por ejemplo, se procesan a las pocas horas de haberse cosechado, y el proceso de congelación implica una pérdida mínima de nutrientes, de manera que éstas realmente conservan un alto contenido de vitaminas y minerales.

En cambio, las verduras frescas se recogen y, posteriormente, se transportan al mercado. Pueden pasar días e incluso semanas hasta que llegan a nuestra mesa, lo que implica una pérdida progresiva de vitaminas independientemente del cuidado que se tenga al transportarlas y almacenarlas. Sorprendente, ¿no?

Y ya que estamos en el tema, ¿sabes a qué se refiere un alimento “orgánico”? Piensa unos momentos cuál sería tu respuesta. No, no es una verdura o fruta que no contiene pesticidas. La percepción común de los alimentos orgánicos es que no se utilizan pesticidas ni fungicidas durante su producción; sin embargo, por aprobación del USDA National Organic Program (NOP), un alimento es orgánico cuando no se usan pesticidas sintéticos en su cosecha, es decir que se utilizan sólo los derivados de fuentes “naturales”. Así que no están libres de pesticidas.

Foto: Tomada de Ecoosfera

Foto: Tomada de Ecoosfera

Otro gran ejemplo que está causando polémica son los alimentos transgénicos o modificados genéticamente. ¿Realmente provocan cáncer?, ¿tenemos que huir de ellos?, ¿son peligrosos?

A la fecha no se cuenta con evidencia científica de alta calidad que demuestre que el consumo de este tipo de alimentos provoque cáncer. De hecho pueden tener un efecto benéfico, reductor del riesgo de padecer cáncer. La biotecnología puede incrementar en los alimentos el nivel de isoflavonas, fitoestrógenos, carotenos y otros antioxidantes, todos ellos son compuestos funcionales naturalmente producidos y conocidos por su acción preventiva del cáncer.

El miedo a los edulcorantes

Una de las últimas modas que han estado circulando es cuestionarse sobre por qué el ser humano es el único animal que sigue consumiendo leche en todas las etapas de su vida.

[pull_quote_left]Los expertos generalmente concuerdan en que no hay evidencia convincente de una relación causa-efecto entre los edulcorantes sintéticos y los efectos negativos para la salud [/pull_quote_left]

Está demostrado científicamente que el consumo de leche y sus derivados es de hecho benéfico para la salud en cada una de las etapas de nuestra existencia. Analicemos, por ejemplo, el caso de las mujeres embarazadas: durante el crecimiento y desarrollo del feto, es evidente que hay mayores necesidades nutrimentales generales, entre las cuales destacan el hierro, el calcio, las proteínas y vitaminas, todos ellos encontrados en la leche.

Cuando disminuye el calcio en la sangre que está alimentando al feto, se envía una señal al organismo y la hormona paratiroidea estimula la extracción de calcio de los huesos de la madre para el feto, por lo que es muy importante que ella tenga un buen consumo de calcio y vitamina D para evitar su descalcificación y ponerse en riesgo.

Otro de los mitos recurrentes se refiere a los edulcorantes: “el Splenda es tóxico para ti y te puede dar cáncer por consumirlo, incluso ya se rumora que la stevia también y que sólo hay que endulzar con miel de agave”.

Los expertos en seguridad alimentaria generalmente concuerdan en que no hay evidencia convincente de una relación causa-efecto entre los edulcorantes sintéticos y los efectos negativos para la salud en los seres humanos.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha monitoreado quejas de los consumidores de posibles reacciones adversas durante más de 20 años y los estudios clínicos cuidadosamente controlados no han demostrado que, por ejemplo, el aspartame (uno de los edulcorantes más usado y más estudiado) cause reacciones adversas o alérgicas a personas que no cuenten con la enfermedad hereditaria fenilcetonuria, la cual los hace intolerantes a la fenilalalina, compuesto presente en el edulcorante.

¿Te parecen conocidos todos estos mitos y rumores? Al final, lo importante es atreverse a cuestionar una serie de ideas poco fundamentadas que realmente dañan más y nos privan de una alimentación saludable.

No olvidemos que una dieta correcta debe ser suficiente, equilibrada, inocua, variada y completa, además de estar basada en edad, sexo, tamaño corporal, actividad física, estado de salud y –puntos que a menudo olvidamos– nuestra cultura o estilo de vida y nuestros ingresos. Del equilibrio entre todos estos elementos, y no de una marca o tendencia, dependerá el éxito de nuestra dieta.

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