Ámbar Barrera

@Dra_Caos

El centro de San Pedro Cholula está falto del usual ruido de tráfico y gente. Corre un viento fresco con un ligero toque de humedad en el ambiente. Son las 8pm y el cielo sigue claro, melancólico entre azules y naranjas. La noche va cayendo suavemente, igual que la música de jazz que ya se percibe dos calles antes de llegar al zócalo. El sonido de un  piano y la guitarra que parecen mimetizados con el atardecer.

Es el primer viernes de mayo y el último en el que el Festival Internacional de Jazzatlán se presenta en Cholula este año. En el zócalo hay poca gente comparada con otros días del Festival, y rodean el zócalo y disfrutan de sonido de Beto Cobos Quartet mientras llega la noche.  Una larga jornada del jazz espera aún.

Foto: Ambar Barrera

El jazz de Beto Cobos Quartet es suave. Dark Blue, con la voz invitada de Ana Sánchez es una de sus últimas canciones, aunque no tiene nada de oscura. Combina ya con la noche, eso sí.

La segunda banda en el escenario es Aulas 4. Su sonido es totalmente de un blues clásico. Las notas de la armónica le dan ese toque. La voz de Ximena, la cantante, es sensual y los ánimos entre el público aumentan en un tono que hasta algunos comienzan a bailar. Los solos de Aulas 4 son increíbles e intensos. El público pide más canciones y ellos complacen con una canción extra. Son casi las 11 de la noche y un viento frío comienza a soplar. Los rizos de la cantante se mueven al ritmo de su voz desobedeciendo al viento, que tampoco rompe con el calor de su música.

Foto: Ambar Barrera

J A S Trío fue la siguiente banda sobre el escenario.  Para su presentación ya había más gente bailando al ritmo de su jazz bajo las luces del zócalo de San Pedro, mientras otros conversaban en las mesas dispuestas en los jardines y otros miraban hacia arriba, a la explanada del kiosko, o a las pantallas enfrente para disfrutar del performance de los músicos.

Cuando J A S Trío terminó su presentación, tocó el turno a los Yeah Yeah Jazz, grupo que interpretó algunos huapangos con los que experimentaron, entre otras canciones más recurrentes de la música jazz. Entre ellos destacó la maestría del apasionado pianista Paquito Cruz, quien también tocó con Aulas 4 y tocaría más adelante con Jazz Suite del Noreste.

Foto: Ambar Barrera

Al finalizar esa presentación, hubo un espacio de casi una hora en la que no hubo otro músico sobre el escenario. El programa del Festival marcaba que aún faltaba la presentación de dos grupos más, sin embargo, tras la larga espera llegó sólo una banda para realizar el cierre del Festival: Jazz Suite del Noreste.

Para ese momento mucha de la gente ya se había retirado, pues el frío y la tardanza los hizo desistir. Aun así, Jazz Suite del Noreste tuvo un cálido recibimiento y fue, por seguro, la mejor banda de la noche. Su sonido mezcla los sonidos típicos del jazz (batería, piano, contrabajo), con los sonidos norteños de instrumentos de viento y un acordeón, dándole un toque de música banda a momentos.

Ramiro Gonzáles, el saxofonista, lleva un sombrero y hace una dedicación especial de su canción Volviendo a casa:

“Esta canción es para la gente del noroeste del país que está pasando y viviendo cosas complicadas”. Dice refiriéndose a los bloqueos que había sufrido Jalisco esa misma mañana.

Foto: Ambar Barrera

El sonido de unas cuantas notas de piano y el sonido del sax y el acordeón dan una tonada hermosa pero melancólica, que resuena en la oscuridad del centro de San Pedro, vacío ya en las calles cercanas.

El viento frío no deja de soplar. Y es hora del cierre, después de esa canción de ensueño, Jazz Suite del Noreste pasó a un ritmo mucho más animado, cerrando el Festival Internacional Jazzatlán con ganas de bailar zapateado sobre el quiosco de Cholula.