Lado B
Iraida Noriega llevó su groove a Cholula
"Lo que sí creo de manera devocional es que si uno está con convicción y pasión, sabes que eso es lo que tienes que hacer y lo demás caerá en su sitio por consecuencia lógica"
Por Josué Cantorán @josuedcv
27 de abril, 2015
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Josué Cantorán

@josuedcv

Si en el jazz cabe casi todo, desde la música más triste, la más atrevida, la más difícil de tocar, la más abstracta, cabe también la más divertida: es el groove. Iraida Noriega, la vocalista de jazz más reconocida en México, reunió hace más de un año a algunos músicos para formar una banda que tomaría cierta distancia del resto de su carrera previa y, al mismo tiempo, se erigiría como uno de los proyectos jazzísticos más interesantes en la escena nacional.

Foto: Marlene Martínez

Foto: Marlene Martínez

Iraida Noriega y La Groovy Band se presentaron este domingo como acto principal de la tercera jornada del Festival Internacional Jazzatlán en la plaza central de la ciudad milenaria de Cholula. Formada por Eric El Niño (MC), Citlali Toledo (segunda voz), Juanjo López (guitarra) y Jorge Servín (batería), esta banda cerró una noche donde convivieron todas las vertientes de un género tan variado como es el jazz.

Acostumbrada a hacer con su voz cualquier cosa, como scats complicadísimos o imitaciones de sonidos de instrumentos, Iraida Noriega dio a inicio a este concierto haciendo algo poco usual en una vocalista de jazz: una sesión de beatbox. Ese beat resultante de las modulaciones de su voz acompañó los primeros raps e improvisaciones de Eric El Niño, quien provee de los versos y las rimas a La Groovy.

Dos géneros tan distintos, aunque con historias que se han entrecruzado en diversas ocasiones, tienen algo en común: la importancia que dan a la improvisación.

–Este proyecto conserva el espíritu de ambas cosas –dice Eric El Niño varias horas antes de subir al escenario, en una rueda de prensa–, tanto del jazz como del hip hop, en el sentido de que hacemos música espiritualmente combativa. No es que sea un discurso panfletario, sino que venimos a sonar, a tirar buena vibra.

Pero no sólo del rap abreva un proyecto tan ambicioso como La Groovy Band. Entre sus más conocidas canciones hay algunas que caben perfectamente en la categoría de  “funk” y otras en las que suenan metales que remiten al reggae, e incluso un tema de su repertorio es un cover de los puertorriqueños Cultura Profética.

Y el que se trate de una banda con influencias de sonidos tan distintos tampoco significa que el nivel de sus ejecutantes baje. Iraida, por ejemplo, no perdió oportunidad para hacer gala de su manera tan impresionante de improvisar, produciendo con nada más que su voz sonidos en apariencia instrumentales, cambios de tono rapidísimos y hasta sonidos ultraguturales provenientes del canto tradicional de garganta.

Para Iraida, como ya lo había dicho en otras ocasiones, la música ha sido siempre una búsqueda. No hay lugar para la quietud. Lo mismo se le puede ver en proyectos de música con composiciones más tradicionales que en estas búsquedas de sonidos más experimentales.

–Cuando la cosa es de pasión y de corazón –dice al contestar una pregunta sobre la dificultad de vivir de la música–, esa pregunta no es que no quepa, sino que no está en la cabeza, porque el impulso y esta cosa como de destino, de saber que ahí es donde tienes que estar, le gana a todo. Claro que te encuentras con la realidad y cómo se hace para traducir eso al código del día a día y la sistematización en la que inevitablemente vivimos.

Y luego añade:

–Lo que sí creo de manera devocional es que si uno está con convicción y pasión, sabes que eso es lo que tienes que hacer y lo demás caerá en su sitio por consecuencia lógica.

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Iraida Noriega. Foto: Mayra Guarneros


[quote_box_right]Al grabar las cuatro canciones que darían lugar al EP, los músicos se plantearon la idea de grabar sesiones de improvisación en vivo, lo que dio resultados “indescriptibles”. Tanto, reconoce Iraida, que abrió la posibilidad de explorar esos nuevos caminos, aun cuando se alejaran de la propuesta más inicial de la banda. De tal modo, aún se desconoce hacia dónde irá el futuro de esa grabación.[/quote_box_right]

En marzo, Iraida Noriega adelantó a Lado B que La Groovy Band estaba trabajando en un EP para dar continuidad a su primer álbum de estudio de la banda, publicado en mayo de 2014. Las cosas desde entonces, sin embargo, han cambiado, e Iraida explica por qué:

–Ahora empieza el dilema de que hay algunas rolas nuevas y no se sabe si va a ser un EP o un disco (…) Ahí está la música pero hay mucha más de la esperada.

Al grabar las cuatro canciones que darían lugar al EP, los músicos se plantearon la idea de grabar sesiones de improvisación en vivo, lo que dio resultados “indescriptibles”. Tanto, reconoce Iraida, que abrió la posibilidad de explorar esos nuevos caminos, aun cuando se alejaran de la propuesta más inicial de la banda. De tal modo, aún se desconoce hacia dónde irá el futuro de esa grabación.

Sobre el estado actual del jazz en México, el guitarrista Juanjo López considera que existe una nueva generación de músicos comprometidos con su trabajo.

–Sobre todo últimamente –dice– hay una generación importante de creadores que se está planteando como forma de vida el crear su propia música y vivir de eso, reaccionar ante eso. Yo estoy muy emocionado por lo que estoy viendo en la escena. En el cartel hay gente muy joven haciendo cosas muy interesantes.

Más de esa escena podrá verse en las últimas dos jornadas del Festival Internacional Jazzatlán, a llevarse a cabo los próximos jueves 30 de abril y viernes 1 de mayo desde las 20 horas en el quiosco del zócalo de San Pedro Cholula con las presentaciones estelares de Filmspeak y Jazz Suite del Noreste, respectivamente.

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Autor Lado B
Josué Cantorán
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