Los constantes abusos de la autoridad municipal y grupos delictivos asociados al crimen organizado en el noroeste de Nayarit, llevaron a la comunidad de Santa Teresa en el municipio Del Nayar, a tomar la decisión colectiva de crear la primera Policía Comunitaria indígena en la región.
Pedro Hernández Delgado es actualmente el Comisariado Ejidal de Bienes Comunales de Santa Teresa, localidad del municipio Del Nayar. En asamblea del Consejo Intercomunitario de los pueblos afectados por la presa Las Cruces, la hidroeléctrica que proyecta construir la Comisión Federal de Electricidad sobre el Rio San Pedro, tomó la palabra para informar que su comunidad en asamblea determinó crear la Policía Comunitaria con cerca de cien elementos «no para pelear contra el gobierno sino para defendernos de los abusos de la policía municipal y los delincuentes que no capturan».
Con temor de represalias por parte del gobierno del estado, del gobierno federal e incluso de los militares, el Comisariado de Bienes Comunales describió en entrevista que los elementos de seguridad intimidan a los pobladores porque los desprecian al ser indígenas «no hablan español y son inculpados en delitos sin oportunidad de defenderse, se burlan de nosotros» describió después de la asamblea intercomunitaria que duró seis horas.
Santa Teresa es una comunidad de alrededor de cinco mil habitantes, 2.088 comuneros con reconocimiento agrario y poco más de tres mil no reconocidos. El municipio en total tiene 525 localidades alejadas unas de otras. Las autoridades municipales hacen su manejo político con el crimen organizado dice el Comisariado ejidal «nosotros reclamamos por injusticias, abuso de autoridad, imposiciones y tenemos miedo a un levantón o de que nos desaparezcan como ya pasó con otros indígenas».
El presupuesto que se etiqueta para seguridad cuando llega al municipio, se traduce a solo dos patrullas para proteger a las 525 localidades, por lo que la insuficiente respuesta gubernamental, como ya ha estado pasando en otros estados del país, vuelve necesario “auto-organizarse” dice Pedro Hernández, quien carga con su título que lo reconoce como comunero en Santa Teresa en Mesa del Nayar. No sale sin él a las reuniones «solo así me siento protegido».
El Comisariado de Bienes Comunales de Santa Teresa y el resto de los comunitarios que se reúnen en el Comisariado Ejidal de Ruiz, Nayarit, se han adaptado a vivir con violencia. Dos muertes violentas han sucedido en menos de seis meses entre los ejidos que se oponen al desplazamiento forzado y reubicación de pueblos e inundación de centros ceremoniales por la presa Las Cruces promovida por la CFE y el gobierno del estado.
El 8 de enero a J. Santos Flores de la Cruz defensor del territorio lo asesinaron al interior de su casa, los disparos se escucharon en todas las localidades de alrededor, pero ninguna autoridad acudió a auxiliarlo.
A ese asesinato se suma la detención de Julián López Cánare de la comunidad Presidio de los Reyes, a quien después de acudir a varias reuniones alrededor de la defensa del territorio y participar en una conferencia de prensa en la Ciudad de México en CENCOS, A.C., un comando armado no identificado, lo retuvo y privó de la libertad cuatro horas sin explicación y sin actuación de las policía municipal.
El Comisariado de Santa Teresa, Pedro Hernández, narra la más reciente actuación del subdirector de la policía municipal del Nayar, del que solo lo conocen por su nombre como Bernardo:
«Ha puesto retenes en Santa Gertrudis, despoja a las mujeres de sus aretes, les quita lo que llevan puesto, a otros les quitó tres mil pesos y lo más molesto, lo que más me molesta, es que se burla de los indígenas».
El ridiculizar e imitar los gestos y exclamaciones de los náyeris víctimas del abuso policiaco, se ha vuelto una constante de intimidación, confirma el comunero. La actuación de elementos de seguridad pública bajo estos parámetros o protocolos, conforma un acto de discriminación y administración de la justicia en detrimento y afectación de las víctimas del delito.
Santa Teresa colinda con la localidad Lindavista, los municipios de Acaponeta, Huajicori, Jesús María, Mezquital y el estado de Durango. En la cabecera municipal Del Nayar gobierna el PRI y el presidente municipal Octavio López de la Cruz, firmó el convenio para la actuación del Mando Único. Sin embargo, argumenta el Comisariado de Bienes Comunales de Santa Teresa: nunca ha entrado o si ha entrado “no se sabe con exactitud a hacer qué”. En la página de transparencia del Ayuntamiento Del Nayar, el informe de 2014 desglosa cuantitativamente los oficios recibidos y respondidos, las autorizaciones de bailes, las actas de residencia o identidad, la cantidad de personas atendidas por mes, pero no hace alusión ni transparenta acciones de combate a la delincuencia, estrategias de seguridad o número de denuncias a nivel municipal.
[quote_right]»Ha puesto retenes en Santa Gertrudis, despoja a las mujeres de sus aretes, les quita lo que llevan puesto, a otros les quitó tres mil pesos y lo más molesto, lo que más me molesta, es que se burla de los indígenas».[/quote_right]
Pedro Hernández Delgado lleva dos años como Comisariado de Bienes Comunales en Santa Teresa y argumenta que parte de la función de las Policía Comunitaria será también la de proteger el medio ambiente para erradicar la tala indebida «vehículos particulares bajan madera a escondidas, sin permiso y eso lo saben los municipales, es una zona boscosa importante para nosotros; no podría nombrar los cárteles que ahí operan pero necesitamos protegernos y cuidarnos». Sierra, montaña y cañadas componen las peculiaridades naturales de la región.
Creando la que sería la primera Policía Comunitaria Cora en Santa Teresa, la comunidad estaría vigilante y con responsabilidad de que los detenidos sí sean investigados, argumenta Hernández Delgado “lo que ha estado pasando es que el ministerio público Del Nayar recibe a los detenidos y los suelta por una cantidad de dinero sin investigarlos, la corrupción adentro está bien clara y esto está creciendo. El gobierno estatal y federal no puede pararlo”.
Los cien elementos de la primera Policía Comunitaria Cora en Santa Teresa, se armarán con calibres bajos: «con calibre .22 y escopetas, no necesitamos más porque no vamos a competir con el crimen organizado, sino a protegernos de los abusos de los policía municipales, retener a los delincuentes y llevarlos al ministerio público, vamos a apoyar al gobierno y rendir un informe al municipio, a apoyarlo, no a perjudicarlo».
Los delitos más comunes de los que son víctimas las comunidades indígenas en la región Del Nayar según la autoridad comunitaria, son robo, secuestro, amenazas, extorsiones, violación.
«Hace tres días llegó a Lindavista policía municipal a una casa tumbando la puerta, asustaron a los niños y la familia, sacaron a tres hombres sin explicar por qué, desde entonces aunque reportamos a otras autoridades, nadie ha hecho nada y no los han devuelto, no sabemos si quiera porqué se los llevaron y están desparecidos».
El miércoles 11 de febrero se realizará una asamblea encabezada por el Comisariado Ejidal de Bienes Comunales para constituir formalmente la Policía Comunitaria en Santa Teresa, Nayarit.
La Ley de Derechos y Cultura Indígena del Estado de Nayarit, en el capítulo II De los Pueblos y Comunidades Indígenas, en el artículo 12 se reglamenta que Los pueblos y comunidades indígenas tienen derecho social a vivir en libertad, paz y seguridad, como pueblos de características peculiares, y a gozar de plenas garantías y protección de parte del poder público, contra actos de discriminación, violencia, reacomodos o desplazamientos forzados, separación de niñas y niños indígenas de sus familias y comunidades.
En el capítulo II De la Autonomía, el artículo 16 advierte y reconoce que a la autonomía de la comunidad indígena le asiste el derecho a la libre determinación para decidir sobre su s formas internas de convivencia y organización social, económica y cultural, en la creación de sus sistemas normativos, sean usos y costumbres, formas de gobierno tradicional, desarrollo, formas de expresión religiosa y artística; y en la facultad de proteger su identidad y patrimonio cultura.
EL PEPO