Lado B
Los Lobos del Rugby
Del 2011 a la fecha, el equipo de la BUAP ha ido perfeccionando su técnica para posicionarse entre los mejores a nivel nacional
Por Aranzazú Ayala Martínez @aranhera
12 de diciembre, 2014
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Foto:  Marlene Martínez

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Aranzazú Ayala Martínez

@aranhera

Como un psicópata “loquito al principio”, pero al ratito, acabando los dos tiempos del partido de rugby, ambos equipos “ya son amigos y se olvidó lo que pasó en el juego”. Así describe el entrenador del equipo de Rugby de Lobos Buap, Miguel Ángel Vidriales, la relación entre los equipos que se enfrentan, que va más allá de un deporte de combate y se convierte en una disciplina de juego, de valores, que termina en camaradería.

Entre dos canchas de futbol divididas con rejas metálicas hay un campo que de lejos se ve algo vacío. Dentro, no más de 15 jóvenes mueven enormes llantas de tractor, en varias filas, de un lado a otro del terreno. Son una parte del equipo de Rugby de Lobos BUAP, uno de los mejor posicionados a nivel local y regional.

Vidriales, el entrenador que está con los Lobos desde 2011, cuando se integró el equipo, los ha visto escalar y prepararse. “La idea cuando se fundó esto era que en el 2011 se compitiera para la olimpiada nacional, pero tuvimos más éxito con los universitarios y a partir de los universitarios salieron los equipos de prepas y entonces el equipo de la BUAP surge”, dice el coach parado a la orilla del campo mientras los jóvenes empiezan a entrenar.

Foto: Marlene Martínez

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En el rugby hay varias formas de pasarse el balón: como si se aventara una cubeta, como si se cargara a un bebé o como si se hiciera el “Kame kame-ha” de Gokú, de Dragon Ball, dice Vidriales sonriendo.

¿Y qué es lo que hace especial al rugby? No es lo que se necesita para entrenarlo, “sino lo que representa”, explica el entrenador. “A diferencia de la mayoría de los deportes, nosotros tenemos, lo primero que intentamos de inculcar son los valores del rugby. Cuando tú juegas un juego violento, o practicas artes marciales, acaba tu combate, te vas para un lado, tu rival se va para el otro, acá no, acaba el juego y viene el tercer tiempo.” El tercer tiempo es una de las características más especiales del deporte británico: después de acabar los dos tiempos de los 80 minutos del juego se hace una convivencia donde se olvida la rivalidad, donde ambos equipos se vuelven amigos. Platican de sus jugadas, comen, beben y se convierten en compañeros.

Foto; Marlene Martínez

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En este deporte importa más, dice Vidriales, los valores que representa, como trabajar en equipo y al mismo tiempo de forma individual. El argentino Maximiliano Buonanno fue quien le enseñó al entrenador de los Lobos, y quien realmente, dice, los ayudó a crecer y les inculcó sobre todo la honestidad. “En este equipo una de las cosas que nos caracteriza es, quiero pensarlo, es la limpieza, porque el primer torneo que llegamos a disputar y quedamos en una final, nos dieron el premio al equipo más limpio, que representaba los valores del rugby, entonces desde ese momento lo tomamos como una razón de ser. Eso para nosotros es muy importante, si jugamos sucio, no somos el equipo que queremos ser y lo que se trata de tener es que tengan valores”.

Otra de las características de los jóvenes Lobos Rugby, que en sus tres años de existencia están a unos meses de disputar su llegada a la primera división nacional, es su fuerza. Como si fueran boxeadores, dice Vidriales, que se quedan de pie aunque estén medio tirados, y quieren seguir. Para poner un ejemplo cuenta la anécdota de un torneo que jugaron en 2012, “éramos 20, ya habíamos jugado cinco juegos y estaban todos lastimados, quejándose de la espalda, a unos ya les dolía el cuello, el brazo, yo los oía, y yo les preguntaba ok chavos vamos a jugar la final, ¿hay algún lastimado? No coach, estamos todos bien; para mí fue impresionante, porque eso hablaba de lo que te genera ese mismo deporte”.

Foto: Marlene Martínez

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El rugby en Puebla

El deporte de origen universitario –para el que sí es indispensable tener buena visión de campo y buenas manos para pasar el balón– empezó en Puebla desde las instituciones educativas: actualmente hay siete equipos universitarios y el campeonato estatal, que los Lobos ganaron, se disputó entre estos.

En el equipo hay varios veteranos que están con los Lobos desde su origen, hace tres años. Han visto escalar al equipo en el que hay actualmente hasta adolescentes de apenas 16 años, livianos y pequeños, que juegan además de los partidos tradicionales de 15s la modalidad de 7s o “sevens”, por su nombre en inglés, que se juega en periodos más cortos y sólo con los jugadores más ligeros, con pases largos y carreras rápidas.

A nivel local sus rivales declarados son los Borregos del Tec de Monterrey, y a nivel nacional ya compiten contra equipos fuertes y con mucha tradición como la UNAM, la Ibero Santa Fe, la Anáhuac, el Iteso y el Tecnológico de Monterrey de la Ciudad de México. Es posible que pierdan o ganen cuando se enfrentan contra ellos, pero ya a nivel nacional han logrado posicionarse entre los primeros. Para los Lobos siguen tres etapas: las finales de la modalidad de 15 son en febrero, después la competencia de 10, o sea la universitaria, en abril, y finalmente la de los 7.

“Sí tamos muy bien rankeados. Equipo con el que nos enfrentamos, sabe que  no vamos a ser fáciles”, dice Vidriales aceptando el reto de seguir caminando, con todo el equipo, hacia cosas cada vez más grandes para los Lobos y el Rugby en Puebla.

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Autor Lado B
Aranzazú Ayala Martínez
Periodista en constante formación. Reportera de día, raver de noche. Segundo lugar en categoría Crónica. Premio Cuauhtémoc Moctezuma al Periodismo Puebla 2014. Tercer lugar en el concurso “Género y Justicia” de SCJN, ONU Mujeres y Periodistas de a Pie. Octubre 2014. Segundo lugar Premio Rostros de la Discriminación categoría multimedia 2017. Premio Gabo 2019 por “México, el país de las 2 mil fosas”, con Quinto Elemento Lab. Becaria ICFJ programa de entrenamiento digital 2019. Colaboradora de “A dónde van los desaparecidos”
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