Josué Cantorán

@josuedcv

Mi madre y la música es varias cosas: es el libro que escribió Marina Tsvietáieva (Moscú, 1982-1941) para evocar su relación con su madre, el amor de ésta por la música y sus intentos porque aprendiera a tocar el piano pese a que ella acusaba ya, desde pequeña, mayor interés por las letras. Mi madre y la música es el título con que se publicó el libro en español cuando fue traducido por Selma Ancira y es, finalmente, ahora, también el nombre del concierto que la traductora –que por primera vez sube a los escenarios– preparó con la pianista Silvia Navarrete para dar homenaje a la poeta rusa.

El concierto, que se presentará este martes 2 de diciembre en el Teatro Principal de Puebla con entrada libre, plantea un diálogo entre los textos de Tsvietáieva, las traducciones de Ancira leídas por ella misma, en su debut escénico, y una selección de piezas de música elegidas por Navarrete considerando lo que en verdad habría tocado la madre la poeta en una Rusia de finales del siglo XIX y principios del XX.

Así, la selección contiene autores como Bach, Beethoven, Schubert, Schumann y Serguéi Rajmáninov.

La obra, además, que ya ha salido de gira y se ha presentado en Orizaba, Oaxaca, Monterrey, el Distrito Federal y Guatemala, tendrá un plus en Puebla, pues el recinto donde será presentada terminará de redondear la atmósfera decimonónica del espectáculo.

–Nos hace muchísima ilusión presentarnos en el teatro principal –dice la pianista Silvia Navarrete en entrevista con Lado B– porque es el lugar ideal por el entorno, es justamente de la época.

Y sobre la selección de temas, dice:

–Simplemente escogimos las obras que pudieran ser un personaje más, funciona como un personaje porque es un lenguaje que va directamente.

Para la pianista, que tuvo que aprender la mayoría de las piezas elegidas para este proyecto, pues no habían formado parte de su repertorio previo, confía en que la temática del concierto pueda tocar la sensibilidad de todo el público, sobre todo en lo que respecta a la relación entre la madre y su hija que los textos detallan.

–Creo que todos nos vemos de alguna forma reflejados en esta obra –dice Silvia Navarrete– porque hemos tenido una madre a la cual seguramente hemos sentido que no hemos podido satisfacer al cien por ciento. Y todas las madres han tenido hijos de los cuales han tenido expectativas diferentes de lo que ha resultado.

La dirección escénica de este proyecto corrió a cargo de Borís Rotenstein y su presentación en Puebla forma parte de las actividades del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (CECAP).