Lado B
Para los gobiernos es fácil fabricar delitos: Patishtán
En las cárceles abundan los indígenas sentenciados por crímenes que no cometieron, que no comprenden porque sólo saben decir "sí" y "no" en español, dice el maestro durante el foro de DH de la Ibero
Por Josué Cantorán @josuedcv
16 de octubre, 2014
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Josué Cantorán

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Para empezar, Alberto Patishtán agradece las cartas que le enviaron, los apoyos que recibió, las paredes pintadas con mensajes de justicia a lo largo del país, todo aquello que ayudó a dar a conocer su caso. “Estar en la cárcel no es tan fácil”, dice ante el auditorio de la Universidad Iberoamericana Puebla que se ha congregado a escuchar su participación en el XI Foro de Derechos Humanos del Sistema Universitario Jesuita.

El profesor indígena fue detenido en el año 2000 acusado falsamente de participar en una emboscada donde resultaron muertos siete policías. Una sentencia de 60 años truncó en apariencia una vida dedicada a la lucha por los derechos humanos de los pueblos indígenas, pero Patishtán continuó trabajando a favor de los indígenas internados injustamente aun al interior de las cárceles donde estuvo recluso.

En 2013, luego de la presión de organizaciones que exigieron desde el inicio la liberación del activista, argumentando las múltiples irregularidades en su proceso penal y la ausencia de pruebas que demostraran que estuvo en el lugar donde ocurrió la emboscada, el gobierno federal, ya encabezado por Enrique Peña Nieto, le concedió un indulto, permitiendo su liberación.

Ahora Alberto Patishtán habla de las condiciones de las cárceles en las que estuvo, denuncia que en los penales “abundan los indígenas” acusados de delitos que no se les demuestran, sentenciados por crímenes que no comprenden porque sólo saben decir sí y no en español, por no tener dinero para pagar un abogado que los defienda.

Dentro del penal organizó un grupo, “La Voz de la Dignidad Rebelde”, con el que buscó, primero, enseñar español a algunos de los presos indígenas monolingües y después alfabetizarlos, convencido de que esos deberían ser los primeros pasos necesarios para que lucharan por sí mismos y tener acceso a la justicia.

–Hubo un momento en que a mis hermanos que querían seguir estudiando la preparatoria –recuerda– les preguntaban “por qué tú quieres seguir estudiando”, y decía el compañero interno “es que quiero prepararme”, y le decían “no, no se te van a dar los estudios que tú estás solicitando porque para nosotros eres peligroso, porque ya aprendiste a escribir y puedes hacer denuncias”.

Apoyado en su fe, el profesor Patishtán también dice que, para seguir adelante, debía buscar siempre el lado positivo de las cosas, aun cuando fue trasladado a la prisión de Guasave, Sinaola, de mayor seguridad, donde la correspondencia le llegaba con retraso, porque asegura que eso, las palabras de aliento y apoyo, son lo más valioso que pueden recibir los internos.

Por momentos el profesor, con su honesto modo de contar las cosas, arranca risas en el auditorio, pero la mayor parte de las veces la gente asiente, le da la razón, se conmueve con él, y al final, cuando Alberto Patishtán cierra su participación diciendo “imposibles no lo hay, va a depender mucho también de nosotros, también nosotros tenemos que hacer mucho para comenzar”, la gente se pone de pie y aplaude, y después se acerca y hace fila para abrazarlo y tomarse una foto con él.

Reprueba que gobierno de Puebla encarcele opositores

En Puebla, donde también se criminaliza a quienes se dedican a la defensa de los derechos humanos, a las luchas sociales, o a quienes disienten de los planes y proyectos del Estado, suman más de 30 presos políticos sólo en la actual administración estatal, encabezada por Rafael Moreno Valle Rosas. El profesor Patishtán, que estuvo 13 años encarcelado por una situación del mismo tipo, tiene una palabra para ellos.

–Que no se desesperen –dice en entrevista, posterior a su conferencia–, aunque hay momentos en que uno se tiene puede desesperar, pero no hay ningún obstáculo que no se pueda vencer, eso sería la respuesta, y decirles también que yo lo viví, que no hay cosa que no se pueda lograr, siempre y cuando hacerlo de corazón.

Alberto Patishtán también señala que, como ocurrió en su caso, para los gobiernos es sencillo fabricar delitos pues sobre ellos recae todo el aparato de justicia, pero invita a las personas que cumplen un proceso jurídico por razones políticas a no callar y seguir organizándose.

–No van a estar solos, y de la trinchera donde estén viviendo ahorita que no se desesperen, que comiencen a organizarse y a luchar sin cansarse. Hay momentos que van a pasar de tristeza y de dolor, de ahí mismo tienen que sacar las fuerzas para salir adelante.

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Autor Lado B
Josué Cantorán
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