Lado B
Crónica de un reencuentro con Arcade Fire
 
Por Lado B @ladobemx
01 de abril, 2014
Comparte

Kath Salinas

@kmazapana

En 2008 tuve mi primer encuentro con la banda canadiense, era verano en Toronto, época perfecta para que se armen cualquier cantidad de festivales. Con toda la intensión de conocer a qué sonaba ese país era un most lanzarme a uno. Sin querer el destino me puso en el momento correcto, estaba a punto de conocer a uno de mis amores, música sencilla ejecutada de manera que pareciera complicada, ¿dos baterías, violinistas, tres teclados y más de 5 personas en una banda? Pues sí, así de extraño es Arcade Fire.

Hace tres años pisaron suelo mexicano por primera vez, en dicha ocasión la banda estrenaba «The Suburbs», probablemente el más emblemático de sus discos, que ya suman cuatro más dos EP´s. Y si bien armaron un buen set para aquella ocasión, México quería más.

Como buena fan de la banda comandada por Win Butler y Régine Chassagne, no dudé en conseguir boleto y hacer mi luchita por verlos de nuevo en cuanto se anunció su incorporación al cartel del Vive Latino.

La llegada al Foro Sol en metro parecía imposible. Estaciones atiborradas de gente que a juzgar por la edad, vestimenta y demás ajuares, se dirigían a la misma cita que yo. La opción fue tomar un taxi, y un bien portado viaducto permitió a llegar a tiempo. A mi llegada Cut Copy se encargaba de animar al, hasta ese momento, poco público en el escenario Indio (el principal). Mezcal con paletas de hielo para el calor, chelas que rebasaban los 80 pesos y un ambiente más de rave con chavas bailando ula ulas y luces neón, contrastaban con el show que estaba por comenzar.

Arcade

Foto: Francisco Guasco/Rolling Stone

Los Copy cumplían de antesala, relajando a quienes ya se habían aventado la jornada completa y descansaban en las alfombras. Mi banda y yo avanzamos lo más que pudimos, hasta lograr una buena vista pero con ánimo de tener espacio. Poco a poco la gente de otros escenarios se fue uniendo hasta lograr el lleno en la pista, las gradas no eran del todo recurridas excepto para los cansados o quienes ya no topaban lugar.

10:40. Luces apagadas y un breve intro fueron la llamada final. En el escenario una bola disco alumbraba la oscuridad. El hombre Reflektor se abría paso entre el público que gritaba eufórico. Y sin mayor preámbulo soltaron los acordes de la canción homónima, la misma que le da titulo al disco que grabaron los canadienses después de pasar un tiempo en Jamaica y Haití y con la producción de James Murphy. Y con el primer acorde un ¡buenas noches! por parte de Win Butler, el inició de mi reencuentro con Arcade Fire.

Y canción con canción la banda se hacía más fuerte. Se sentían notoriamente cómodos. Igual veías a Régine Chassagne bailar y lucir su hermoso outfit que intentar hablar en español  o sonreír en varias ocasiones al resto de los miembros de la banda. Se notaba la entrega en el perfecto sonido y el excelente playlist que armaron. Me sorprendió que el Foro Sol pueda sonar tan bien. Pocas veces se disfruta una perfecta acústica en dicho lugar y eso se agradece.

Los ritmos caribeños mezclados con arreglos experimentales hicieron que el set fuera una fiesta total fiesta, alegre e intensa. No hubo tiempo para ponerse nostálgicos con ninguna canción, incluso Afterlife sonaba “bonita”, y sí esa es la palabra. Les dejo el setlist para que vean de lo que hablo:

  • Reflektor 
  • Flashbulb Eyes 
  • Neighborhood #3 (Power Out)  
  • Rebellion (Lies)  
  • Joan of Arc 
  • The Suburbs 
  • The Suburbs (Continued)  
  • Ready to Start 
  • Neighborhood #1 (Tunnels)  
  • No Cars Go 
  • Haïti
  • My Body is a Cage (SHORT)  
  • Afterlife 
  • It’s Never Over (Oh Orpheus)  
  • Sprawl II (Mountains Beyond Mountains)  
  • (Bobbleheads)  
  • Normal Person 
  • Here Comes the Night Time 
  • Wake Up

Les puedo definir y narrar un clímax porque hubo muchos, desde escuchar un Foro Sol corear al The Suburbs, la lluvia de papeles mientras el baile se apoderaba de cada alma al compás de Here Comes the Night Time, las ya famosas cabezas de papel “cantando” una rola en español interrumpida de inmediato para arrancar el encore. Y desde luego el fabuloso cierre que llevó a las lágrimas a más de uno.

Foto: @zeroguasco

Foto: Francisco Guasco/Rolling Stone

El Vive Latino se ha convertido en uno de los festivales más criticados y en su fiesta de quince años hubo de todo, desde una Tesorito echando berridos al lado de Silverio, el regreso de La Ley, quienes curiosamente estuvieron en la primera edición del Vive, un nervioso Cristian Castro tocando Metal, los Tigres del Norte que no tuvieron límite de tiempo y se siguieron por casi tres horas, hasta la consolidación de bandas que se han ganado su lugar estelar como Zoé, quienes se encargaron de cerrar con broche de oro el festival.

En fin, el chiste del Vive a diferencia de un Corona no es más que su color. Sí, aquí también vez hipsters tomando mezcal, pero igual te topas camiones llenos de gente de los alrededores del DF queriendo bailar al ritmo de Sonido La Changa, que un par de quinceañeras que con todo y vestido posaban para cuanto fotógrafo las captaba. El Vive Latino una fiesta de color musical donde todos los ritmos caben.

Comparte
Autor Lado B
Lado B
Información, noticias, investigación y profundidad, acá no somos columnistas, somos periodistas. Contamos la otra parte de la historia. Contáctanos : info@ladobe.com.mx
Suscripcion