Lado B
Costa Rica es un monocultivo, no una democracia
 
Por Lado B @ladobemx
26 de marzo, 2014
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Henry Picado | Desinformémonos

Costa Rica. De la misma forma en que el Estado costarricense se empeña en esconder las condiciones de explotación laboral, expoliación ambiental y alta toxicidad de la producción de sus dos productos estrellas del mercado internacional (la piña y el banano), los medios comerciales de información y los aparatos políticos se empeñan en hacer creer a propios y extraños que en Costa Rica se vive una “fiesta electoral y democrática”.

Tomada de desinformemonos.org/

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Costa Rica es, por definición, la vitrina democrática centroamericana donde se ponen en marcha distintos procesos políticos y geopolíticos. En los años ochenta sirvió como frontera a la “expansión del comunismo” en la región, con un papel de escaparate para vender la idea de que el capitalismo era el camino por donde el istmo tenía que transitar. Incluso se le empezó a llamar “la suiza centroamericana”. Hoy se proyecta la idea de un país verde, donde reina la paz y -por supuesto- el libre mercado.

El pasado domingo 2 de febrero de 2014, en Costa Rica se realizaron las elecciones presidenciales. Participaron 13 candidatos, y el padrón electoral constó de 3 millones 78 mil 321 votantes. Los resultados oficiales del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) señalan que el Partido Acción Ciudadana (PAC) alcanzó el 30.64 por ciento de los votos emitidos; el Partido Liberación Nacional (PLN), un 29.71 por ciento; el Partido Frente Amplio (FA) llegó a 17.25 por ciento, y el Movimiento Libertario (ML) obtuvo 11.34 por ciento. Ninguno de ellos alcanzó el porcentaje mínimo que establece la Constitución Política -de al menos 40 por ciento de los votos- se abrió la posibilidad una segunda ronda, fijada para el próximo 6 de abril, donde se enfrentarán Luis Guillermo Solís del PAC y Johnny Araya del PLN, como los dos candidatos que percibieron más votos.

En realidad el gran ganador de las elecciones del 2 de febrero pasado fue el abstencionismo, pese a la campaña multimillonaria del TSE por resaltar la importancia de ir a las urnas. Si vemos en términos de votos totales, comprendemos que  ninguno de los partidos alcanzó más del 20 por ciento del total del electorado, mientras que el abstencionismo alcanzó un 32 por ciento.

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