Amira George

Cada país tiene su superhéroe por excelencia. Estados Unidos tiene a Superman. México al Santo. Argentina a Diego Armando Maradona. Inglaterra a Sherlock Holmes.

Hace unos días un amigo sucumbió ante mi insistencia de repetirle por semanas «tienes que ver Sherlock» y su reacción fue muy clara y, aunque me cuesta trabajo aceptarla, cierta: Sherlock Holmes es un superhéroe un tanto más realista y por eso los geeks lo amamos.

Claro, debo ser completamente sincera y confesar que, por desgracia, nunca he leído los libros de Sir Arthur Connan Doyle, por lo que mi relación con su personaje más famoso es por las referencias, adaptaciones e incluso parodias que se han vuelto recurrentes en la cultura pop desde hace varias décadas.

Por este motivo, mi acercamiento hacia la serie no fue para ver una versión más, sino simplemente ver una buena, muy buena serie de detectives.

La serie es protagonizada por Bennedict Cumberbatch en el papel del brillante, arrogante y a veces insoportable Sherlock Holmes. El éxito del personaje se debe a una mezcla de factores: lo bien escrito que está, la calidad de la actuación y las facciones delicadas del propio actor le dan un tono de desdén que a ratos llega a ser adorable.

En el papel de John Watson tenemos a Martin Freeman, quien a ratos da el tono un poco cómico de la serie y le da ese lado humano a Sherlock quien está enfrascado en su mente y se olvida de las condiciones básicas de la convivencia.

El programa es producido por la BBC de Londres, y por desgracia de los fans son temporadas demasiado cortas. Tres capítulos de hora y media por temporada. No más.

Por sí esto fuera poco  hubo un lapso de dos años en los que la serie se quedó en suspenso y fue hasta a penas el 1 de diciembre cuando fue transmitido el primer capítulo de la tercera temporada.

A lo largo de los pocos pero excelentes capítulos vemos a Sherlock descifrar misterios, enfrentarse contra sus árchienemigos y encontrar a un digno rival con The Woman, y aunque leve vamos viendo cómo poco a poco, a pesar suyo, aprende que debe convivir con la gente.

Además de los personajes clásicos, en esta adaptación tenemos unos cuantos colegas de Sherlock quienes lo aceptan a pesar de sus excentricidades. Tal es el caso del detective Lestrade, quien aguanta los insultos de Holmes porque sabe que es la única manera de resolver los casos.

Un personaje que de verdad llama la atención es la señora Hudson, la casera de Sherlock y Watson quien es como un personaje materno para los dos y quien siempre pone en evidencia lo que todos pensamos de los dos flatmates: ¡son una pareja bellísima!.

Entre los nuevos personajes esta Mycroft, el hermano mayor de Sherlock quien es una especie de hada guardiana y enemigo número 1 del detective porque es el único que le sobrepasa en intelecto. Este personaje, curiosamente, es interpretado por Mark Gatis, quien es uno de los creadores de la serie.

Una de las recomendaciones que se pueden hacer al momento de ver esta serie, desde mi punto de vista, es no pensar en ésta como un programa de televisión, sino como una saga de películas, para evitar la frustración de los escasos episodios. Aunque siendo sinceros, esto no va a ayudar a que uno no acabe histérico al final de cada temporada.