Ernesto Aroche Aguilar

@earoche

Si los niños del siglo pasado tuvieron a Francisco Gabilondo Soler para musicalizar su infancia con canciones como “Che Araña”, “El Chorrito”, “El Ratón Vaquero”, “El comal le dijo a la olla”, “La muñeca fea”, y dos centenas de canciones más; los de este siglo, especialmente los poblanos, tienen a grupos como La Hormiga Juana, Los Patita de Perro y Monedita de Oro en su lista de bandas para acompañar las tardes.

Grupos, los dos últimos, que tienen un origen común: el momento en que Nacho Pata y Juan Monedas, quienes tocaban blues con armónica y guitarra en las prepas de la BUAP, decidieron apostar por un público abandonado musicalmente: los niños, y ofrecerles música con un contenido más interesante a lo que poco que se producía en ese momento.

Luego de algunos años de tocar junto con Nacho, Charly y Pancho (todos de apellido artístico: Pata), Juan Monedas decidió crear en el año 2000 junto con Nicolás Macuil, Alfredo Lima y Erich Amigón: Monedita de Oro, grupo con el que se dispuso a explorar ritmos tradicionales como el son, el huapango, el danzón, el bolero pasando por la cumbia y el chachachá hasta llegar el rock.

–Es una experiencia muy chida –cuenta en una breve entrevista telefónica Alfredo el bajista del grupo–, los chavitos son un público difícil, pero un público honesto, si no les gusta lo que ofreces te lo hacen saber.

–Somos –apunta Juan Monedas–, como una especie de respuesta a lo que los medios masivos mandan a los chavitos, para empezar estamos en la idea de usar los ritmos tradicionales y urbanos, cumbias y eso. Y ritmos que luego ya nadie utiliza.

Y en esa respuesta llevan ya 13 años y cuatro discos grabados, e incluso han sido incluidos en una de las recopilaciones que la disquera Putumayo lanzó con música infantil.

Aunque por el momento la única posibilidad de adquirir los discos es solicitándolos en el correo son_monedas@hotmail y durante las presentaciones de la banda. Es decir tiene una distribución de mano en mano.

Por su trabajo, Monedita de Oro fue seleccionado para presentarse en el Festival Cervantino que este año tiene como invitados a Puebla y a Uruguay.

–Nos invitaron para presentarnos en la barra infantil, y tendremos dos presentaciones –cuenta Alfredo–, 19 y 20 de octubre en la plaza de San Fernando.

A diferencia de lo que hacía Gabilondo Soler que humanizaba juguetes, letras, y animales para desde la fabula contar historias, las letras de Monedita de Oro son más directas y abordan problemáticas actuales, como los padres que ignoran a los hijos (“Papá panzón”), o la habilidad de las madres que todo lo saben (“Las mamás tienen radar”), o el consumo de comida chatarra (“El corrido del chamaco flaco”).