Mely Arellano

@melyarel

Lo que ellas quieren es darle voz a las muertas. Contar una parte de su historia, sus planes, sus sueños. Decir su nombre.

Entonces cantan. Cantan por ellas, en lugar de ellas, en memoria de ellas.

Y luego, bajo las luces con pantallas de lata, en ese pequeño departamento-taller, van interpretando el momento previo a la muerte. El público, la sociedad, como testigo de un crimen que se repite que se repite que se repite.

Mujeres muertas, muchas sin nombre: son Desaparecida 1, Desaparecida 2, 3, 4, 5…

Son feminicidios, el doloroso tema que aborda el grupo de teatro de Las Oprimidas de El Taller con su obra “Te mataron mujer”.

Desde la colectividad

Las Oprimidas trabaja desde 2008 visibilizando problemáticas sociales como la desaparición de mujeres y la migración. Con “Te mataron, mujer” buscan visibilizar el feminicidio en Puebla.

En entrevista para Lado B, tres de sus integrantes, Gabriela Cortés, Itzel Sánchez y Mónica Ponce, explican el concepto, la intención y lo que persiguen con esta representación.

–Siempre hemos considerado importante hacer esta denuncia pública –dice Gabriela Cortés-, poner las cosas sobre la mesa y que el público no sea pasivo, sino que también tenga un actuar dentro de la obra, para que posteriormente reflexione sobre lo que nos toca a cada uno, cada una para resolver esta problemática.

Para Mónica Ponce la respuesta está más en la organización de la ciudadanía, que en la acción de las autoridades.

–Personalmente no creo en la autoridad, ni creo en la justicia, porque creo que está involucrada en esta problemática. Sí creo que al denunciarlo, al decirle al público esto está pasando y nos unimos, hacemos una sola voz, quizás podamos evitar un feminicidio.

El Teatro del Oprimido ofrece siempre la posibilidad de modificar una situación a través de la actuación del público, quien tiene el poder de cambiar el final, abriéndole paso a la reflexión sobre la importancia de trabajar desde la colectividad, de hacer comunidad.

–En el Teatro del Oprimido como en el arte contestatario el principio es la esperanza de que efectivamente las cosas pueden cambiar –confirma Itzell Sánchez-, pero no por las instituciones. Sabemos que los feminicidios responden a las dinámicas del patriarcado en el sistema capitalista, diseñado para someter a las mujeres. Es importante para nosotras visibilizarlo, decir: “sí, está pasando”.  Y es muy importante también que las voces de las asesinadas se escuchen, que las voces de todas las mujeres que están en nuestro pasado se escuchen y creemos que es necesario generar memoria, memoria de lo que ha pasado, porque así hacemos justicia, luchando en la vida cotidiana por las que ya no están con nosotras, y lo otro es construir en colectividad. El Teatro del Oprimido hace eso: tejer entramados, generar comunidad y decir “entre todos y todas vamos a salir del problema, no vamos a esperar a que otra persona lo haga”.

Una de las características del Teatro del Oprimido es que expone un problema social ante una sociedad que no lo reconoce suyo.

Gabriela Cortés recuerda la reacción de una chica del público cuando estaban presentando “3000 Mujeres”, una obra que tocaba el tema de mujeres desaparecidas en Puebla.

–Vino como tres veces y dijo “antes de que viera la obra nunca me había fijado en cuántos carteles de mujeres desaparecidas hay”, y es que algunas cosas son invisibles porque consideramos que nunca nos va a pasar o porque nunca nos ha pasado. Pero en cuanto nos las ponen de frente se dan cuenta que existen. Esto de trabajar feminicidios es algo que nos corresponde y no nada más a las mujeres, sino también los hombres son bien importantes para esta lucha.

“Te mataron mujer” está hecha en el espíritu del Teatro del Oprimido, desde la colectividad. Con investigación y aportación de quienes integran el grupo, además de Gabriela, Itzell y Mónica, Laura Fernández e Israel Muñoz.

La obra se estrena este jueves 29 de agosto y se presentará todos los jueves de septiembre y octubre, a las 20 horas, en El Taller (16 de septiembre 1106 Altos). La entrada es libre, de cooperación voluntaria.