Lado B
Verano en Baden-Baden de Leonid Tsypkin
Cuando se menciona a la literatura rusa vienen a la mente los nombres de autores clásicos como Tolstói, Dostoyevski, Gorki o Turguénev. Todos ellos –anteriores a la época comunista– escribieron obras densas, frescos sociales que reflejaban los dramas de la Rusia zarista plena de injusticias y de conflictos entre clases.
Por Lado B @ladobemx
23 de mayo, 2013
Comparte

Alejandro Badillo

Para José Luis Bobadilla

Cuando se menciona a la literatura rusa vienen a la mente los nombres de autores clásicos como Tolstói, Dostoyevski, Gorki o Turguénev. Todos ellos –anteriores a la época comunista– escribieron obras densas, frescos sociales que reflejaban los dramas de la Rusia zarista plena de injusticias y de conflictos entre clases. Una vez derrocada la monarquía el ascenso del comunismo modificó por completo la sociedad rusa. Las artes, entre otras actividades, sufrieron la imposición de la censura de un nuevo gobierno que clausuraba cualquier manifestación que considerara subversiva. El ejemplo más claro de la relación entre un gobierno que limitó la libertad de creación y expresión fue la renuncia al premio Nobel de Literatura en 1958 del escritor Boris Pasternak –famoso por la novela Doctor Zhivago– presionado por las autoridades soviéticas.

Seix Barral Biblioteca Fomentor. 1era edición, 2005. Prólogo de Susan Sontag. Traducción del ruso de Víctor Vladimirov y Elena de Grau.

Seix Barral Biblioteca Fomentor. 1era edición, 2005. Prólogo de Susan Sontag. Traducción del ruso de Víctor Vladimirov y Elena de Grau.

En este contexto muchas obras fueron destruidas o no se pudieron publicar. Los escritores tuvieron que adaptarse a los requerimientos del sistema; los que no cedieron fueron perseguidos y encarcelados. Entre los libros escritos en aquella época destaca Verano en Baden-Baden de Leonid Tsypkin. El autor nació en 1926 de padres judíos rusos y de profesión médicos. Tsypkin, también médico, dedicó su vida a la investigación científica y publicó numerosos artículos en revistas especializadas. Sin embargo, sus intereses también abarcaban la literatura y escribió, casi en secreto, después de sus jornadas de trabajo, poemas, relatos y dos novelas autobiográficas.

Susan Sontag, en el prólogo de Verano en Baden-Baden, citando el testimonio del hijo de Tsypkin menciona que la gestación de esta obra estuvo marcada por el aislamiento de su autor debido, en gran parte, al temor de que el gobierno juzgara sus escritos como peligrosos y esto afectara su trabajo como científico. Además estaba en riesgo su plaza laboral debido a su origen judío, condición desfavorable en la Unión Soviética de Stalin famosa por su antisemitismo. De esta forma la labor literaria de Tsypkin transcurrió en soledad, sin perspectivas de publicación. La novela fue sacada clandestinamente de la Unión Soviética hasta 1981 y publicada por entregas en un semanario de Nueva York. El autor nunca supo que Verano en Baden-Baden había encontrado, por fin, lectores.

La novela aborda dos planos: el viaje que hace Tsypkin de Moscú a Leningrado reconstruyendo las huellas de Fiódor Dostoievski teniendo como guía el diario de Anna Grigórievna, su segunda esposa. El otro plano narra el viaje que hicieron Dostoievski y Grigórievna por varios países europeos, deteniéndose particularmente en Alemania y en la ciudad de Baden-Baden en la que Fiodor se entrega a los juegos de azar exponiendo el escaso dinero con el que contaban para el trayecto. Para la unión de las dos historias Tsypkin utiliza una prosa que echa mano de frases largas, momentos que enlazan tiempos distintos y que llevan un ritmo hipnótico que recuerda, por instantes, el lenguaje laberíntico de Thomas Bernhard aunque sin la temática decadente y enloquecida del alemán. Tsypkin, plenamente documentado, evoca la figura de Dostoievski con las características conocidas por el gran público: sus ataques de epilepsia, su vicio incontrolable por el juego y su afán por defender la cultura eslava frente a otros escritores rusos influidos por la Europa occidental. Pero también toca aspectos no tan difundidos del autor como su antipatía por los judíos y la complicada relación con su esposa. Estos elementos le dan fuerza a la novela porque vuelven a Dostoievski un personaje complejo, lo liberan de cualquier caricatura y lo vuelven complejo, lleno de relieves. Las historias se siguen entrelazando hasta terminar con la muerte de Dostoievski en 1881 debido a una hemorragia pulmonar asociada a un enfisema y a un ataque epiléptico.

En Verano en Baden-Baden, además de la impecable factura técnica, se percibe la devoción de Tsypkin por Dostoievski. De forma paralela a la exposición de datos, fechas y el trayecto del autor ruso por Europa, hay una reconstrucción imaginaria que, es cierto, muestra admiración pero que no se limita al elogio fácil o al panegírico rudimentario. Tsypkin, incluso, interroga su obsesión por un autor que despreció a la gente de su raza. Sin embargo, atrás de su máquina de escribir, después de la jornada laboral, como quien elabora en silencio un secreto, el escritor-médico siguió dando vida al flujo de palabras, eslabonando tiempos y perspectivas hasta convertir a Verano en Baden Baden en una obra maestra de la literatura rusa que poco a poco ocupa el espacio que le corresponde.

Columnas Anteriores

[display-posts category=»el-increible-devorador-de-libros» posts_per_page=»-15″ include_date=»true» order=»ASC» orderby=»date»]

Comparte
Autor Lado B
Lado B
Información, noticias, investigación y profundidad, acá no somos columnistas, somos periodistas. Contamos la otra parte de la historia. Contáctanos : info@ladobe.com.mx
Suscripcion