Un grupo de ingenieros de la start-up Closca Design, en colaboración Instituto de Biomecánica (IBV), han desarrollado un casco para ciclistas plegable con el que se busca vencer las reticencias de los ciclistas a llevar esta protección.
La innovación de este casco reside en que se puede guardar en el bolso una vez se ha utilizado. Mediante un sistema patentado de plegado, se consigue reducir el volumen hasta menos de la mitad, quedando plano como un libro en un solo movimiento, sin complicados mecanismos y en menos de un segundo.
El IBV ha asesorado a la empresa en aspectos clave relacionados con la absorción de impactos y la ergonomía. Estos son elementos fundamentales para garantizar la seguridad dado que ante un accidente, los ciclistas que no utilizan un casco homologado y abrochado de manera adecuada tienen casi el doble de probabilidad de sufrir una lesión grave en la cabeza, señalan.
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