Eric David Montero

No es precisamente un disco que tenga riffs desgarradores como el  clásico rock, pero es uno de los mejores discos, de uno de los mejores músicos de aquella década de los 60, una época donde la juventud era criminalizada.

Hablo del álbum «Astral Weeks» del músico irlandés Van Morrison, -con influencias  de folk, blues,  góspel y country-  que es uno de los mejores de todos los tiempos. Solo basta escuchar canciones como “Sweet thing” o  «The Way Young Lovers Do» con la que se puede llegar a un climax.

Sin embargo el hecho de que este disco saliera a la luz en aquel noviembre de 1968 estuvo lleno de complicaciones y problemas, incluso a Van Morrison, lo culpaban de una muerte: la  de Bert Berns el dueño  de «Bang Records», con quien tuvo acaloradas discusiones sobre el asunto creativo del «Astral Weeks».

Hubiera sido un fatal error en la historia del rock si Morrison hubiera declinado por el pop como se lo pedía Berns, es más, ni si quiera hubiera figurado entre los mejores.

Después de arreglar sus problemas legales decide meterse al estudio de Warner Bros el “Astral Weeks “ en tres sesiones para nada fáciles, pero seguramente con un rumbo definido: explorar ritmos.

Los clásicos del rock no solo se quedan con The Beatles, Rolling Stones o The Doors, sin negar el  talento de los antes nombrados, hay mucho más que explorar en el mundo de la música y específicamente del rock, que me atrevo a decir que es uno de los géneros más bellos del mundo.

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