Lado B
Lady Nicotina de James Matthew Barrie
Hay autores cuya obra es eclipsada por un libro que, por cuestiones del azar, es un éxito de público. Arthur Conan Doyle, por ejemplo, intentó probar suerte con la novela histórica y pasó a la historia como uno de los escritores emblemáticos de la literatura policial.
Por Lado B @ladobemx
14 de diciembre, 2012
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Alejandro Badillo

Hay autores cuya obra es eclipsada por un libro que, por cuestiones del azar, es un éxito de público. Arthur Conan Doyle, por ejemplo, intentó probar suerte con la novela histórica y pasó a la historia como uno de los escritores emblemáticos de la literatura policial. En el caso de de escritores identificados con la literatura infantil si investigamos en sus biografías podemos constatar que tenían intereses diversos: Lewis Carroll –además de creador de Alicia en el país de las maravillas– era un consumado matemático.

 Trama editorial, 1era edición 2003. Traducción de Libertad Aguilera.

Trama editorial, 1era edición 2003. Traducción de Libertad Aguilera.

James Matthew Barrie, famoso por su obra de teatro para niños Peter Pan, fue un prolífico dramaturgo y novelista para públicos adultos. Inmersa en esta obra destaca por su originalidad y humor Lady Nicotina (My lady Nicotine), un conjunto de ensayos publicado en 1890. El detonante, como indica el título, es la devoción del autor por el tabaco. En algunos casos el acto de fumar es el protagonista del ensayo, pero en muchos otros es sólo el pretexto para divagar sobre otros temas

Lady Nicotina se mueve en la tradición del ensayo inglés cultivado por autores como William Hazlitt o Charles Lamb. Página tras página podemos encontrar una mezcla de reflexión, biografía y humor. Algunos textos funcionan como una especie de elegía al tabaco y, también, al mundo que lo rodea, especialmente una cofradía que Barrie llama “Los arcadianos”: fumadores empedernidos, adictos a una mezcla especial de tabaco y una infinidad de aditamentos como pipas, morrales, salones especiales para fumar. Otros ensayos abordan aspectos de la vida cotidiana y los utilizan para hablar de la amistad, las costumbres, los hábitos que cambian conforme pasa el tiempo.

Destacan “Mi hermano Henry” en el que Barrie se inventa un hermano para deshacerse de un conocido molesto y, al pasar el tiempo, necesita inventar una historia ficticia ante la insistencia de su acosador por obtener más detalles. Al final, el juego pasará a términos más serios y tendrá que inventar la muerte de su familiar imaginario. En “El fantasma de Nochebuena” mezcla la explicación de un cuento de fantasmas para crear una nueva historia que rinde homenaje al género. Como epílogo, en “Mi última pipa”, Barrie decide dejar el tabaco por exigencia de su esposa y elabora un ritual con los “arcadianos” para dar su última calada.

Lady Nicotina es una invitación a los placeres pero también a la charla, a los descubrimientos provocados por el ocio, elementos que parecen extraños en un mundo dominado por la velocidad de la información. Además es un acercamiento a la obra de un autor que tiene mucho que ofrecer además de su libro más famoso.

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