Lado B
Reversible [o el arte de rebelarse contra los genes]
Por Lado B @ladobemx
06 de septiembre, 2012
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Tuss Fernández

@ituss79

En tu piel escribí cuentos y de ella nacieron estrellas..

Hace más o menos unos diez años que me tatué en la mano derecha una pequeña salamandra. El tatuaje está ahí, en tinta azul y en una parte muy visible de mi cuerpo para recordarme todos los días, sobre todo los más complicados, mi capacidad de adaptarme a las circunstancias. No sé si lo he logrado con éxito en todos los casos –seguro que no– pero al menos, esa fue la idea cuando entré al lugar donde me lo hicieron y me senté a sufrir brevemente la existencia de esa nueva marca en mi piel.

Imagino que como la de una gran mayoría de nosotros –y también de los heterosexuales, mi entendimiento de la vida LGBTTTI empezó con una serie de clichés, de prejuicios y de negaciones hasta llegar el punto de aceptación primero de uno mismo –nuestra identidad y preferencia sexual– y luego –al menos en mi caso– de las infinitas realidades que se viven en la diversidad; que por cierto, no son pocas.

Si bien casi todos los que integramos las siglas vamos por la vida adecuándonos diariamente a una sociedad –que frecuentemente nos cuestiona, nos rechaza y nos obstaculiza– y tratando también de que la sociedad se adapte a nosotros, hay que decirlo, l@s personas ‘trans’ –transexuales y transgénero– son lxs maestrxs en el arte de la adaptación.

La transexualidad desde mi punto de vista –y sé que habrá much@s que no lo compartan– es un proceso casi poético de la naturaleza humana; es la oportunidad de ‘corregir’ esa falla genética que nos dotó de la anatomía equivocada y moldearnos a nosotros mismos de la manera en que queremos lucir. Es una metamorfosis dirigida por nuestra mente y nuestros deseos y estos son tan fuertes, que en la mayoría de los casos, ganan batallas contra todo pronóstico.

Uno se imaginaría que luchar contra los genes sería la parte más difícil de este proceso, pero no. El cuerpo humano es al final de cuentas sólo una estructura que se adapta, un todo perfectible. Lo más difícil es, como siempre, el prejuicio de quienes no entienden o no quieren entender que cada quien debe construirse a sí mismo y que ser diferente es una elección personal. Los convencionalismos sociales, son y siempre han sido factores que nos limitan, nos restringen o nos polarizan según una mayoría utópica, pero no dejan de ser una falacia pues aún en mayoría, todos somos distintos aunque nos neguemos el placer de aceptarlo.

Elegir nuestro género no debería ser en lo social, más complicado que cambiar de zapatos o de camisa. No debería representar más que un corte de cabello o una depilación de cejas. En los casos más extremos que una cirugía de nariz, una lipoescultura o seis horas diarias de gimnasio para tener unos músculos perfectos. Nadie, nunca, debería cuestionarnos si por debajo de los pantalones nuestros genitales corresponden a la imagen que se quiere tener de nosotros.

La cosa es que –tristemente– sucede.

Y en toda esta transición hay otra cosa que también se construye: la fuerza de voluntad. No hay individuos sobre este planeta con más temple y más determinación que las mujeres y hombres trans. Pero no es gratuita, día a día de cada uno de sus años de vida viven en negociación permanente con sus cuerpos, con sus mentes, con sus circunstancias y con su entorno. Son revolucionarixs de tiempo completo.

De entre una minoría y de entre las distintas identidades sexuales, hay una que quizá sea la más invisible, la más olvidada. Mujeres que nacieron en un cuerpo biológico distinto a aquel con el que se identifican y que dan el paso para luchar contra el género que socialmente les ha sido impuesto. Ellas que quieren ser ellos. La fisonomía es lo de menos, son hombres que aprenden a construirse en el camino, lejos, muy lejos del cualquier tipo de convencionalismo.

A partir de este viernes Lado B inicia con el proyecto Reversible, un suplemento mensual construido para y desde la diversidad sexual dirigido a la Comunidad LGBTTTI aunque no exclusivo de ella, pues hay que decirlo, la diversidad sexual incluye muchas más realidades de las que podemos congregar en unas cuantas letras y en las que seguramente, no todxs caben.

Los miembros de este proyecto reconocemos que además de lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transexuales, transgéneros, intersexuales y heterosexuales, también existen –y algunos de nosotros lo hemos sido– poliamorosos, infieles, polígamos, monógamos, activos, activas, pasivos, pasivas, versátiles, machos, machas, damitas, queers, pansexuales…

En fin, se trata de reconocer a cada identidad y enriquecernos con ella; se trata de reconocer que en la diversidad, las posibilidades son infinitas y que las expresiones de nuestra sexualidad pueden ser tan aleatorias, dinámicas, creativas y reversibles como a cada uno de nosotros nos venga en gana.

Quitemos ‘etiquetas’, hagámoslo diverso. ¡Bienvenido Reversible!

Pd. Gracias mil a los Reversibles con quienes nace este proyecto: Mely Arellano, Josué Cantorán, Constanza Izquierdo, Raúl Bravo, Sergio Rodríguez, Xóchitl Rangel, Ámbar Barrera y Marco Coronel. A quienes bajaron del barco antes de zarpar y a quienes decidan sumarse al viaje.

reversible.mx@gmail.com

@ReversibleMx

FB: ReversibleMx

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