• Andrés Manuel López Obrador genera una adhesión de simpatizantes muy fuerte pero también un fuerte rechazo de otro sector

• El PRI, a pesar de dos derrotas presidenciales, se mantuvo como el partido mejor estructurado, mientras que la izquierda solo se mueve en coyunturas

Ernesto Aroche Aguilar

@earoche

Un voto de castigo al gobierno de Felipe Calderón, el uso propagandístico de las encuestas y el arropamiento de los grupos fácticos de México, especialmente la televisión y la dirigente magisterial Elba Esther Gordillo en torno al candidato de PRI, son algunos de los elementos que explican, desde la óptica de Juan Luis Hernández, investigador y politólogo de la Universidad Iberoamericana, el triunfo de Enrique Peña Nieto.

Una óptica compartida al menos en su vertiente del voto de castigo al partido en el poder por Manuel Díaz Cid,  investigador de la Facultad de Ciencias Políticas de la UPAEP, e idéologo de la derecha poblana, quien incluso extendió ese voto de castigo al gobernador Rafael Moreno Valle quién salió “raspado”.

Para Víctor Manuel Figueras, coordinador de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la misma casa de estudios, el virtual triunfo del priísta en la jornada electoral del domingo pasado muestra que a pesar de las dos derrotas presidenciales que vivió el tricolor se mantuvo como “el partido más estructurado y más sólido, con presencia en todo el país”, mientras que los partidos de izquierda se han movido sólo en determinadas coyunturas lo que los vuelve inestables y menos eficientes frente a la maquinaria priísta.

Los dos académicos de la Ibero Puebla concordaron en que a pesar de las irregularidades que se han comenzado a señalar especialmente desde las redes sociales el IFE no salió tan desprestigiado como en el proceso electoral de 2006 y que “hubo una evolución en su funcionamiento institucional”.

AMLO debe entregar la estafeta

Foto EEF

Para Juan Luis Hernández, también columnista de la revista emeequis, ha llegado el tiempo de renovar los liderazgos al interior de la izquierda pues la figura de Andrés Manuel López Obrador si bien ha logrado adhesiones muy fuerte en torno a su figura y a su candidatura también genera una fuerte desconfianza de otra parte del electorado.

Y para ello, sugirió mirar al trabajo que los partidos que encarnan esa opción política han realizado en la ciudad de México, tan sólo en la jornada del domingo pasado lograron una victoria importante, “y eso se debe a Marcelo Ebrard, también a lo que dejó López Obrador, pero me parece que esa renovación del liderazgo de la izquierda tendría que pasar por Marcelo Ebrard. Me parece que esa renovación permitiría que se avance de la antesala a algo más sólido”.

Cuestionado sobre la posibilidad de que se repita un conflicto pos electoral como el que se vivió en el 2006, el investigador universitario señaló que no se observan “condiciones para un proceso similar al de (la toma) de Reforma”.

“También veo a un López Obrador que aprendió de la experiencia de hace seis años y creo que terminará asumiendo los resultados una vez que termine el proceso jurisdiccional, y creo que las irregularidades que si existieron plantean la necesidad de que México acorte las prácticas fraudulentas. No creo que vivamos un conflicto electoral ni las movilizaciones que se vivieron en 2006, no hay condiciones para eso. Creo que hace seis años el proceso si fue muy irregular y debió haberse anulado la elección, pero hoy no es ese el caso”.

Voto diferenciado, voto informado

Foto Lado B

Para el investigador las diferencias en los números que obtuvieron los candidatos presidenciales y los candidatos a legisladores –Senado y Cámara de Diputados— que se registraron a nivel estatal hablan de un voto diferenciado basado en la información.

Aunque reconoció que la elección de personajes polémicos, especialmente para la izquierda como el ex gobernador Manuel Bartlett, es otra de las causas que explica esta diferencia de votos, a pesar de la estructura territorial con que cuenta el priísta que fue impulsado como candidato de la izquierda.

Por último sostuvo que si bien las redes sociales jugaron un papel importante en este proceso para vigilar, transmitir e informar el impacto político de ese nuevo espacio de comunicación lo veremos hasta dentro de seis años en el siguiente proceso electoral.