Aunque puede sonar complicado, en realidad un fanzine es una cosa muy fácil de explicar, se trata de una publicación de un tema o fenómeno cultural específico hecha –casi siempre artesanalmente— por un grupo de fanáticos –o uno solo de ellos– que se distribuye de mano en mano.
Y hasta ahí llega la facilidad, en general los fanzines son publicaciones que nacen con mucho entusiasmo pero con poco aliento de vida y mueren a los pocos números, por falta de recursos, por desgaste de los autores de la publicación, incluso por falta de material para publicar.
Uno de los primeros fanzines que se conocen es The Comet, una publicación de finales de la década de 1920 que corrió a cargo de una asociación de fanáticos de la ciencia ficción de Chicago, aunque el término se acuñó en octubre de 1940 y se usó para diferenciar los productos de fans de los prozines o revistas profesionales.
La relativa facilidad para realizar los fanzines llevó pronto los temas políticos a esta plataforma de comunicación y con la irrupción del punk en el mundo se volvieron su medio de comunicación casi natural.
Aunque lo que más impulsó a este tipo de publicaciones fueron los medios de edición de bajo costo, primero los mimeógrafos y más tarde el fotocopiado.
De México uno de los primeros fanzines que se recuerda es “Fanzine, Falso Magazine”, una publicación de 1982 de corte anarko-punk que abrió la puerta a estas publicaciones de bajo costo.
En Puebla la vertiente por la que caminó el fanzine en sus primeros años –finales de los 80 y todos los años 90— fue la cienciaficcionera, esa ruta llevaría incluso a la creación de uno de los primeros fanzines digitales en México: La Langosta se ha Posado.
Al finalizar la década habría también fanzines dedicados al ciberpunk: Fractal; al género negro: Mercado Negro; al Fantasy y la literatura gótico-dark: Azoth; también llegarían los fanzines con una apuesta gráfica mucho más interesante incluso bordeando el mail art primero con Amoniaco y más tarde con Loverde. Ninguno de estos, como buen fanzine, superó la media decena de números.
Con el cambio del milenio se realizaron también algunos encuentros de publicaciones que se quedaron en primeras ediciones sin continuidad a pesar de que para ese momento se sentía bastante entusiasmo por los varios proyectos presentados, algunos incluso que buscaban dejar el papel para pasar al mundo digital.
10 o 12 años después de esos encuentros de fanzines, y pasada la borrachera de lo digital, los blogs y demás plataformas de publicación en línea, se abre de nuevo la posibilidad a los productos de papel.
La tercera edición del “Zin Amigos” un festival de música, zines, comics y publicaciones diversas con un fuerte olor a punk que nació en el DF se traslada a Cholula. Este sábado durante toda la tarde y parte de la noche será posible conocer el trabajo de “Café con Leche, Carlos Olvera, Chacho Noise, Ediciones Hungría, Editorial 2.0.1.2, la Cooperativa de Trabajadores Gráficos Rockanroleros Institucionalizados, Joc Doc, la Cleta Cartonera –estos juegan como locales– entre otros.
No son sólo fanzineros, explica Arturo Uriza quien junto con Alejandra Robles –responsables ambos de El Cinito—, Carmen Irene y algunos otros personajes más son quienes están detrás de la edición Cholula del festival, también habrá muestra y venta de vestidos firmados Petiti Suiz, stickers, botones y productos de diseño independientes.
Y aunque en Puebla la tradición fanzinera se agotó y sólo hay de pronto algunos productos desperdigados, Arturo cuenta que parte de la intención de traerse a Cholula el Zin Amigos es mostrar lo que se hace en el DF para motivar a la gente de la región a que retomen las publicaciones independientes.
EL PEPO