Los contrastes en el territorio nacional son extremos. Mientras en algunas ciudades y comunidades del norte del país, el desierto se impone y las lluvias tardan muchos meses en llegar terminando a veces con las cabezas de ganado, las cosechas y haciendo más difícil la vida de los pobres en esos lugares. En otra parte del país, las lluvias inundan, desbordan ríos y tiran casas.

Es tiempo de huracanes y Carlotta  ha demostrado la fuerza de la naturaleza. Oaxaca ha sido el estado más afectado por el paso del huracán, en donde más de 29 mil viviendas están seriamente afectadas, 4 mil de ellas sin posibilidad de ser reparadas.

Todavía no terminan de ser cuantificados los daños en los municipios oaxaqueños y no tenemos un reporte final de la emergencia.

Los huracanes afectan al mundo, sin embargo, en la mayoría  de los casos en que hay zonas afectadas, es la pobreza de las viviendas lo que las destruye. Láminas de cartón, de aluminio, materiales baratos y endebles, que son destruidos por la fuerza de las lluvias y los vientos. Las lluvias seguirán y por ello se ha declarado el estado de emergencia en Oaxaca.

En el momento de la emergencia, las autoridades casi siempre se hacen presentes. Y las promesas no se hacen esperar, después pasan las semanas, los meses y los años y los pobres siguen esperando la reparación de sus casas. No olvidemos que algunas personas que han perdido sus pertenencias en otros desastres, se quedaron sin nada. ¿Hoy será diferente?