Lado B
Ni buenas ni malas: antiheroínas poblanas
En la política, la justicia y las calles: son aguerridas y están dispuestas a enfrentarse a la autoridad
Por Lado B @ladobemx
03 de noviembre, 2011
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Flor Coca | Joseline Santos | Mely Arellano

@florecitacoca | @joss_santos | @melyarel

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No hay un espacio natural para las antiheroínas. Lo mismo ocupan las calles que la tribuna del Congreso; son noticia de ocho y protagonistas de videos que, como virus, circulan por las redes sociales mostrándolas histéricas, rudas, aguerridas, prepotentes y rebeldes.

¿Quién no conoce la anécdota de cuando la policía tuvo que cargar a Anatere para terminar con su protesta, o cuando Rocío simplemente dijo no a la «Ley Bailleres», perdiendo la gracia del gobernador con ese gesto? ¿Quién ya olvidó a Blanca Laura Villeda imponiéndose al temible Adolfo Karam o el nombre de la juez que obsequió la orden de aprehensión contra Lydia Cacho? ¿Y quién no coincide en reconocer la rudeza de Martha Sánchez defendiendo espacios para el comercio en las calles del centro histórico?

Ellas son, pocas pero con carácter suficiente, las antiheroínas de Puebla.

Ilustración: Gato Pachón

Ana Teresa Aranda

“Echada pa’delante, mujer de armas tomar, la panista más brava del estado”, son sin duda calificativos que ha ganado a pulso. Nacida en León, Guanajuato, pero avecindada en Puebla. Ana Teresa Aranda Orozco, conocida por los poblanos simplemente como “Anatere”, inicia su carrera política como dirigente de la Asociación Nacional Cívica Femenina, que encabeza una lucha rabiosa en contra del aborto.

Anatere, criada en el rancho familiar en Guanajuato y, desde niña, católica recalcitrante y brava como pocas.

Defensora del quehacer político de las mujeres y sumamente femenina, fue políticamente cautivada por los principales dirigentes de su partido, como Manuel J. Clouthier, Maquío, por quien decidió inscribirse en el Partido Acción Nacional después de conocerlo en una manifestación; o por el propio “jefe” Diego, quien la dejó fuertemente impresionada por la fuerza de su carácter

Se dice que cuando pidió la ciudadanía poblana, el gobernador Mariano Piña Olaya intercedió para que se la otorgaran y evitar así una confrontación con la panista.

Mujer sin duda inteligente y entrona, no ha dudado en enfrentarse verbal y físicamente a jefes policíacos y guaruras en sus múltiples protestas políticas, obstinada defensora de los valores más recalcitrante de la iglesia, de “la pureza de los jóvenes”, al grado de proponer la abstinencia en las relaciones sexuales para evitar embarazos no deseados. Ha sido dirigente de su partido en Puebla, diputada federal y funcionaria en el gobierno federal.

Carismática, peleonera y hábil comunicadora, no pierde la oportunidad de hablar siempre ante la prensa y no se mide cuando algo no sale como ella quisiera. Enfrentada con el gobernador Moreno Valle, no pierde oportunidad de criticarlo acremente cada vez que puede.

Su participación política no ha impedido que su maternidad sea pródiga. Madre de cinco hijos, “los hijos que Dios le dio”, tiene como meta prioritaria gobernar al estado que la recibió desde muy joven: Puebla.

Ilustración: Gato Pachón

Rocío García Olmedo

Es una priísta convencida, sin embargo, frecuentemente ha parecido una militante de la oposición, protagonizando batallas campales en el Congreso local en contra de sus correligionarios. Rocío García Olmedo, como presidenta de la Comisión Inspectora del Órgano de Fiscalización Superior en la pasada legislatura, fue separada finalmente de su cargo, cuando 19 legisladores tricolores comandados por Othón Bailleres, en ese entonces presidente de la Gran Comisión, furibundo opositor a la despenalización del aborto y redactor de la ley antiaborto en Puebla, forzaron su destitución. Luego de algunos meses de declaraciones y rounds de sombra, la diputada, que no acató las reglas no escritas en su partido al ignorar a Mario Marín, fue destituida no sin llevarse en la caída a su gran opositor, Othón Bailleres.

Se declara una feminista nata y una de sus tareas es informar permanentemente a las mujeres acerca de sus derechos, como lo hace en su programa de radio en Atlixco, Puebla, lugar por el que fue diputada local en el trienio pasado, después de haber sido regidora, secretaria general del CEN del Organismo Nacional de Mujeres Priístas, desde 2009 y consejera política nacional de su partido.

Su desobediencia le ha costado caro, no obstante, también le ha granjeado el reconocimiento de la ciudadanía; lo cierto es que nunca se hace a un lado y si tiene que pelear contra los priístas, nadie duda que lo hará.

La abogada, declarada admiradora de Beatriz Paredes, comenzó su carrera política en 1974 y también sueña con dirigir algún día los destinos de su estado.

Ilustración: Gato Pachón

Blanca Laura Villeda Martínez

-¡Yo soy la Procuradora, pendejo!- increpa Blanca Laura Villeda Martínez al Director de la extinta Policía Judicial, Adolfo Karam Beltrán.

El aludido pretende ceder la custodia de un presunto narcomenudista a la PGR, ella ordena que el sujeto permanezca en las instalaciones a su cargo, “como marca la ley”, dice.

Ninguno de los elementos policiacos la obedece. Villeda se enfurece e intenta trasladar por sí misma al detenido al Ministerio Público, su arriesgada acción motiva que un agente de la desaparecida AFI levante su rifle R-15. Las escoltas de la funcionaria reaccionan, se da un conato de bronca, pero Villeda se impone a casi una veintena de policías armados y el detenido se queda en sus oficinas.

El altercado fue difundido a través de un video por el diario El Universal. Era abril de 2006 cuando la ex funcionaria asaltaba el escenario nacional por segunda ocasión, la primera vez fue por el caso Cacho-Marín en febrero de ese mismo año.

De estatura mediana, complexión delgada y carácter fuerte, Villeda Martínez se convirtió en la primera y única mujer en ocupar la titularidad de la PGJ. A decir del ex gobernador, Mario Marín, su implacable compromiso con la justicia hicieron a la entonces “Juez de Hierro” merecedora del puesto.

Además de su carácter, su gestión fue enmarcada por diversos escándalos: el caso Cacho, la animadversión con Adolfo Karam, la misteriosa muerte de un empresario en los separos de la Procuraduría, la vinculación de uno de sus personajes cercanos (Román Martínez Ponce) en actos de corrupción, entre otros.

Durante los primeros meses en el cargo, el espinoso entorno de la PGJ no mermó a Blanca Laura, tampoco la primera cirugía a la que fue sometida para erradicar el cáncer de mama que padecía desde 2006, justo a la par del caso Cacho.

El ímpetu le duró 3 años, en marzo de 2008 el cansancio y los estragos de la enfermedad hicieron mella, según comentó a esta reportera tras presentar su renuncia “por motivos de salud”. Fernando Humberto Rosales Bretón la sucedió por poco tiempo; a los 28 días de encargo también renunció “por motivos de salud”.

Allegados a la dependencia dicen que Rosales no aguantó y hasta reconocen “lo que sea de cada quien, la jefa tenía más agallas”.

Ilustración: Gato Pachón

Rosa Celia Pérez

Quienes la conocen aseguran que su ética, honestidad y perseverancia fueron las cualidades que le abrieron paso en el Poder Judicial del Estado.

Rosa Celia Pérez González dejó el estado de Michoacán para radicar de manera definitiva en Puebla dónde ingresó a la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la BUAP.

Su reconocimiento profesional lo consiguió a lo largo de 2 décadas de carrera, no sin antes pasar por puestos de menor rango, desde mecanógrafa y proyectista de sala hasta la titularidad de un juzgado. El puesto lo obtuvo por méritos propios cuando presentó el examen de oposición, no hubo padrinos que favorecieran su carrera, sólo trabajo, dicen algunos.

La mujer de expresión seria, con pocos amigos, pero amable y cortés, saltó a la vida pública por el caso Cacho-Marín. Fue quien dictó auto de formal prisión contra la periodista Lydia Cacho Ribeiro por considerarla presunta responsable de los delitos de difamación y calumnia en contra del empresario, mejor conocido como “Rey de la Mezclilla”, Kamel Nacif Borges.

En diciembre de 2005 Rosa Celia fijó una fianza de 70 mil pesos para que Cacho obtuviera su libertad bajo caución.

La prontitud para detener a la periodista despertó sospechas, que fueron atizadas 2 meses después con la difusión de presuntas conversaciones telefónicas entre el ex gobernador, Mario Marín y el empresario maquilador. Ambos se congraciaban por el encarcelamiento de Cacho Ribeiro para que “otros y otras aprendan que en Puebla se respeta la ley”.

La imagen de Rosa Celia se desplomó, por lo que bajó aún más su perfil mediático.

No obstante en 2009 fue mencionada nuevamente por otorgar auto de libertad a 15 maestros del Consejo Democrático Magisterial Poblano quienes, antes de su detención, habían recibido una paliza por policías mientras protagonizaban una manifestación.

Si bien la trayectoria de la juez es reconocida entre el sector, la opinión pública aún la recuerda por el caso Cacho, incluso su mala fama podría mermar la posibilidad de asumir una de las vacantes para magistrados en el Tribunal Superior de Justicia.

Sin el escándalo Cacho-Marín, probablemente estaría despachando sin problema como magistrada, aunque quizá sus meritos profesionales le alcancen para obtener el tan peleado puesto.

Ilustración: Gato Pachón

Martha Sánchez

“Vamos a seguir luchando por nuestros espacios de trabajo de manera definitiva”, dice una mujer morena y robusta. Su voz es escuchada; tan valiente como estúpido sería aquel que se atreva a enfrentarla. Todos saben que ella no le teme a los golpes, se ha roto la madre con muchos hombres, recuerda un reportero que –gajes del oficio- ha seguido la trayectoria de esta líder comerciante.

Es Martha Sánchez la mujer que lleva más de 30 años en el comercio ambulante y actualmente dirige la Federación Hermanos Serdán, luego de haber salido de las filas de la 28 de Octubre.

Hace unos cinco años se hizo de un espacio en el tianguis dominical de Lomas de San Miguel, territorio que hasta la fecha domina aunque también ocupa plazas en otros lugares de la ciudad, dependiendo de la temporada.

Luego de su separación de la 28 de octubre, a mediados de los años 80, se asocia con “Las Comadres”, pero la fortaleza de su carácter daba para más y pocos años después forma su propio grupo.

En el comercio informal funcionan bien las alianzas, pero duran poco. Martha lo sabe. Los enfrentamientos con quienes en algún momento fueron sus aliados dan cuenta de ello, no cualquiera se rebela a la organización comandada por Simitrio, ella lo hizo incluso en los mejores años de dicha agrupación.

A las autoridades también las ha sabido torear, y no sólo en las calles. En el trienio de Blanca Alcalá la señalaron de ser una de las beneficiadas del Director de Vía Pública, Filiberto Salas, con quien habría negociado la apropiación del tianguis de la colonia Granjas de San Isidro.

Con la llegada del ayuntamiento panista de Eduardo Rivera, sin embargo, las condiciones han cambiado. Y pese a la persecución sin tregua que el municipio ha emprendido contra los ambulantes, Martha Sánchez no ha dudado en acusar al edil de faltar a su promesa de entrega de espacios y reubicación, ni en tomar las calles en protesta por la que califica “política represora”.

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Autor Lado B
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