Continúan las funciones de las cintas en competencia en el Festival Internacional de Cine de Morelia 2011. En esta ocasión se presentó el primer programa de cortometrajes mexicanos con algunos trabajos destacados. Llama la atención la variedad temática y la gran cantidad de cintas de animación que aparecen en estos programas, las cuales ya no son relegadas a programas aparte sino que compiten con el resto.
Son cuatro las secciones competitivas en este Festival: cortometraje mexicano, documental mexicano, largometraje mexicano y selección michoacana.
En este primer programa de cortometrajes destacan trabajos como El Pescador, la historia de un hombre viejo que vive junto a un lago y cada mañana tira al agua un frasco con recuerdos que luego pesca convertidos en realidad. También llama la atención Dame Posada, cinta animada realizada con la técnica stop-motion –animación cuadro por cuadro- que homenajea al caricaturista José Guadalupe Posada y a su icónica Catrina. Hill Street y Érase una vez son otros ejemplos de la variedad de estilos que hay ahora en el cortometraje mexicano.
Docuficción
Una de las funciones que más llamaron la atención en este tercer día fue The Arbor, cinta dirigida por la estadounidense Clio Barnard. Esta película es un experimento que transita libremente entre la realidad y la ficción, o en palabras de la directora, algo que juega con “la experiencia y la representación”.
The Arbor es el título de una obra de teatro escrita por la dramaturga inglesa Andrea Dunbar a los 19 años. La directora reconstruye la historia de Dunbar y sus hijas, enfocándose en la mayor, Lorraine, producto de su relación con un inmigrante pakistaní y que fue encarcelada años más tarde por problemas relacionados con violencia doméstica y consumo de drogas.
Las entrevistas son reales, pero a cuadro aparecen actores que se sincronizan con lo que estas dicen. A diferencia de la mayoría de documentales, la directora grabó primero todo el audio y después buscó a los intérpretes que aparecen en pantalla, ejercicio que funciona a la perfección.
La cinta en un principio mezcla las entrevistas con grabaciones reales realizadas a mediados a la década de los 80 por la televisión británica -donde salen los verdaderos protagonistas de la historia, incluida a la propia Dunbar-, con fragmentos de la obra representados por actores en un parque que se ubica frente a la casa donde nació la dramaturga, que es además el sitio donde transcurren las obras de teatro que escribió en su exitosa pero corta carrera, antes de morir en un bar a los 29 años debido a su alcoholismo.
La segunda mitad de la cinta no mantiene el ritmo, y se centra principalmente en desmitificar la imagen de Dunbar a partir del relato de su hija Lorraine. Pese a esto, The Arbor fue bien recibida por el público.
La Filmoteca de la UNAM, presente
En la noche, el director alemán Volker Schlöndorff recibió la medalla de la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Se trata de una presea hecha con la plata recuperada de cintas de cine. El director agradeció el reconocimiento y presentó su película Homo Faber, cinta de 1991 que nunca había sido estrenada en México.
La película, basada en la novela homónima del escritor suizo Max Frisch, narra la historia de un ingeniero, racional y admirador de la tecnología, que se ve enredado en una sucesión de coincidencias que tienen para él un final con tintes de tragedia griega. La primera parte de Homo Faber transcurre en México, en escenarios donde el director retrata con gran claridad la exuberancia de la selva y la soledad del desierto para exteriorizar el mundo interno del protagonista.
El cineasta alemán recuerda que antes de filmar esta película se encontraba viviendo en Nueva York, siete años después del éxito de El tambor de hojalata –película que le valió el Oscar y la Palma de Oro en Cannes-. Solo, sin dinero y sin un proyecto a futuro. Entonces, durante un viaje en metro por la peligrosa zona de Hell’s Kitchen, recordó una novela que había leído años atrás y realizó esta película, que revivió su carrera y se convirtió en uno de sus mejores trabajos, uno que hasta este día pudo disfrutar el público mexicano.
EL PEPO