Los trabajadores que combatieron la contingencia nuclear que se dio después del terremoto y posterior tsunami que azotó a Japón el 11 de marzo pasado, recibieron el premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2011 por representar los valores más elevados de la condición humana.
Los responsables de entregar el reconocimiento destacaron la labor de los trabajadores, que durante la contingencia olvidaron el efecto que la radiación podría tener sobre ellos y priorizaron el evitar una catástrofe nuclear.