Lado B
"Piedra de la víbora", ¿vestigio del vínculo entre las culturas primitivas europeas y americanas?
En Huauchinango han hallado fósiles del Periodo Cretácico, así como petroglifos en forma de espiral, similares a los europeos de la era neolítica
Por Lado B @ladobemx
24 de julio, 2011
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  • Al noroccidente y al suroriente de la cabecera municipal de Huauchinango se han hallado fósiles del Periodo Cretácico, así como petroglifos en forma de espiral, similares a los europeos de la era neolítica
  • Debido a la semejanza de los trazos con algunos que se han encontrado en Europa, hay teorías que ligan las prácticas religiosas de ambas comunidades

Foto: Leticia Ánimas.

Leticia Ánimas Vargas

Huauchinango, Pue. La piedra de la víbora o las espirales mágicas de Cuacuila y Tlalcoyunga serían vestigios que ligan a las culturas primitivas americanas con las que se desarrollaban en Europa durante el periodo Cretácico –última etapa de la Era Mesozoica-, y la era Neolítica, cuenta Tito Romero Ávila, amante caminador de la Sierra Noroccidental de Puebla.

Al noroccidente y al suroriente de la cabecera municipal de Huauchinango hace varios años se hallaron fósiles que datarían del Periodo Cretácico, así como algunos petroglifos en forma de espiral, similares a los europeos de la era neolítica y que han sido bautizados por los lugareños como La piedra de la víbora.

En ese mismo lugar, nos cuenta Tito Romero, nieto del coronel Juan Galindo -héroe serrano de la Epopeya de las Piedras en lucha contra la intervención en el siglo XIX-, fueron encontradas algunas puntas de obsidiana similares a las primeras herramientas que usó el hombre en algunas zonas de Europa.

Don Tito, caminador incansable y conocedor de casi todos los pueblos de la Sierra Madre Oriental, asegura que en el camino a Tlalcoyunga, cerca del canal del 17 de la extinta Compañía de Luz y Fuerza del Centro y en un lugar llamado El Sifón, a orillas del Río Texcapa, se encuentran aflorando varios amonites, fósiles que datan del periodo cretácico hace unos 65 millones de años, a finales de la Era Mesozoica.

Y por el rumbo de la cercana comunidad de Cuacuila, para mayor referencia en la cascada de Mazontla, se encontró la huella de un pie humano de unos 35 o 40 centímetros de longitud, plasmada en la roca, así como algunas flechas de obsidiana y otros objetos posiblemente de la era Arcaica.

Foto: Leticia Ánimas.

En esa misma comunidad rumbo a la autopista México-Tuxpan, se hallaban grandes rocas, en cuyas paredes lisas fueron talladas unas espirales, hechas por culturas ágrafas del Neolítico, que fueron bautizadas por los lugareños como La piedra de la víbora.

“Sólo espero que estos petroglifos o espirales mágicas, como las nombra Jesús F Elizalde, no hayan sido lastimadas con la construcción de la súper carretera –dijo Tito Romero-, porque son vestigios importantes de lo que somos y lo que fuimos”.

Los mismos dioses

Debido a la semejanza de los trazos con algunos hallados en Europa, han surgido varias teorías que las ligan con prácticas religiosas de las comunidades primitivas, así don Tito explica que:

“En el año Uno Caña se comentó a Ce Ácatl Topiltzin Quetzalcóatl (en los anales de Cuautitlan), que nació nuestro Príncipe Acaxil Quetzalcoatl, allá en Tula, pero en verdad no nació, sino que regresó a manifestarse ahí. (Chimalpain, memorial breve acerca de la fundación de Culhuacan).

“Como es de verse la aparición de este personaje que reinó entre los Toltecas y llegó de las lejanas tierras de los mayas en Guatemala, Chiapas y Yucatán, está llena de omisiones y retornos, además se confunde a veces con un dios imaginario o con uno o varios sacerdotes que se identificaban con la antigua deidad de la Serpiente Emplumada”.

“Así que algunos han sugerido diversas teorías que explican de una manera sobrenatural la presencia del hombre blanco y barbado que vino del otro lado del mar –continúa Tito-. Por ejemplo, la Fantasía de Marcel Holmet, quien siguiendo las Huellas de los Dioses del Sol nos dice: ‘encontré Serpientes Emplumadas en el cercano Oriente, las localizo también en América. Entre las antiguas tribus hebreas, Venus era representado de una manera que nos recuerda a una serpiente revestida con un manto de plumas y como es sabido al Dios Mexicano de los Toltecas y Náhuas, Quetzalcóatl, se le adoraba encarnado en Venus, la estrella de la mañana y de la tarde’”.

“¿Por qué a este Dios extranjero de piel blanca y barba que incluso había llegado por mar, del noreste del mundo, se le daba un nombre tan peculiar?”, se pregunta Tito.

Y continúa transmitiéndonos sus “historias fantásticas”, como la que escribió James Bailey: “El héroe Cuchulain, llamado también Setanta, nombre de una de las tribus Británicas, fue hijo de Lug, el Dios Sol. Navegó en una barca mágica, hacia la tierra del más allá, la llanura de la Alegría Mag Mell. Luego volvió y murió combatiendo en Irlanda. Su nombre se parece curiosamente al portador blanco de la cultura de los mayas, Kukulcan, la diferencia consiste en una C dura y otra blanda, Kukulcan llegó del Este, según la leyenda maya y volvió a su patria, al oeste, por el Atlántico.”

Estas teorías y muchas más de carácter especulativo, tienen su origen probablemente en la semejanza que hay entre las religiones primitivas de todo el mundo, que hablan de seres misteriosos y fantásticos, que suben o bajan del cielo y llegan o se van por el mar, en aras de la magia y la fantasía.

Cuando la realidad toca la fantasía

Creo, dice Tito Romero que hay hechos reales y objetivos que dan apoyo a la fantasía y provocan una revisión de nuestros conceptos, como el de la existencia de Las Espirales, no sólo en América.

Foto: Leticia Ánimas.

“Del otro lado del Atlántico, en el oeste de Europa, durante el periodo Neolítico 5000 A de C., floreció una cultura de pueblos sedentarios que se caracterizó por la construcción de enormes estructuras de piedra llamadas Megalitos, Dólmenes y Menhires. Su significado no se conoce con certeza, aunque algunas de estas construcciones fueron utilizadas como tumbas colectivas, y a otras se les ha relacionado con observatorios astronómicos. El caso es que muchas de estas enormes moles de roca fueron decoradas con esta espirales, similares a las halladas en Cuacuila”, agrega.

Por ejemplo, cita la profusa decoración de “Espirales, Cheurones y demás motivos geométricos que adornan las paredes de las tumbas de Gavrinis, en el golfo de Morbihan (Bretaña). Las piedras verticales del corredor que conduce a la cámara funeraria están cubiertas de una sorprendente y enigmática decoración: volutas, espirales y zig zag”.

Y más: “Glyn Daniel en un estudio que hace de los monumentos megalíticos europeos al referirse a su decoración escribe: ‘La mayoría de los dibujos en las tumbas megalíticas de la Gran Bretaña (sur de Francia) Irlanda, son modelos geométricos; espirales, zig zag. (cadenas de rombos) y círculos concéntricos. El significado de estas decoraciones es desconocido para los arqueólogos europeos; pero suponen que puede tener relación con los cultos solares o simplemente se trata de un adorno’”.

Así que don Tito aventura: “el hombre Neolítico de Europa Occidental, que había alcanzado grandes progresos en la agricultura y la domesticación de animales y que había creado una gran cantidad de utensilios, se sabe también que fueron buenos navegantes y pudieron haber llegado a estas tierras, a través de las turbulentas aguas del Atlántico que espantaron tanto a griegos como a romanos, no obstante su admirable civilización. Ellos también habrían sido capaces de transportar por mar su arquitectura megalítica viajando cientos de kilómetros”.

Varios autores de literatura fantástica han dado vuelo a su imaginación y relacionan a las culturas Mesoamericanas y Andinas con los pueblos Británicos, Irlandeses, e incluso encuentran semejanzas en rasgos etiológicos, lingüísticos y etnográficos y en objetos arqueológicos que determinan un origen extracontinental para las culturas americanas.

A pesar de ser fantástico, reitera Tito, no es imposible que los navegantes Neolíticos Europeos llegaran a América y hayan difundido -entre cosas-, el culto a una deidad dual: Sol- Serpiente que tuvo manifestaciones en todo el continente.

De otra manera es difícil explicar la amplia difusión de las espirales en el espacio y en el tiempo, pues los adoradores del sol, de la serpiente de plumas de luz, de la luz creadora del mundo y de los seres, atravesaron el panorama cultural americano desde el principio de la época de la agricultura incipiente en el año 5 mil antes de Cristo y hasta el exterminio de las grandes culturas azteca, maya, tarasca, etcétera.

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