Lado B
Kraneo Estudio: conquistas cuadro por cuadro
Kraneo Estudio es un exponente local de la animación stop motion que ya tiene proyección internacional
Por Gene Cruz @
03 de febrero, 2022
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En medio de un bosque, vemos a una mujer de tez morena mover sus brazos y piernas, mientras indica con voz clara y serena: “espera tu momento”. La paciencia ha rendido frutos, pues lo que inició hace aproximadamente cuatro años con pruebas para Julia y el portal del Abismo, hoy en día promete convertirse en el primer largometraje logrado en stop motion por Kraneo Estudio.

Este último es un proyecto poblano que nació en agosto de 2016, con el deseo de identificarse “por la calidad en la producción stop motion y eventualmente ser un lugar físico para que artistas colaboren y desarrollen sus marcas personales, cuenta Nayeli Farroh, productora y artista plástica del estudio, en entrevista para LADO B.

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El estudio se encuentra en la ciudad de Puebla, y la técnica en la que se enfoca es reconocida por su alto nivel de laboriosidad. Dar vida a puppets de plastilina y arcilla,  vestirlos, decorarlos y disponerlos en sets (también construidos a mano), es lo que precede a fotografiarlos en diferentes posturas. Cada imagen se captura hasta armar secuencias de 24 imágenes que son colocadas, una tras otra, en el lapso de un segundo. Por lo tanto, en el supuesto que un filme dure alrededor de 40 minutos, se ven correr ante nuestros ojos un aproximado de 57 mil 600 fotografías. 

Esa sería la travesía de Julia y el portal del Abismo que, por ejemplo, lleva puliéndose cinco años (actualmente el guion se encuentra en su novena versión). En este lapso de tiempo, los realizadores se han documentado rigurosamente sobre las fuentes naturales de los pigmentos con que trabajarán, para abordar un argumento que hará alusión al nahualismo, “a la conexión que tenemos con (…) las leyendas (…) [y a] la tradición oral de los pueblos mesoamericanos”, recalca César Cepeda, director general del estudio.

No obstante, el camino para su estreno aún es largo, ya que —tras cerrar la etapa de desarrollo de personajes y escenarios—, el equipo planea dedicarse en el 2023 a la fabricación de las marionetas y espacios en que se desenvolverán, lo cual exige diseñar un mundo que se adapte a las necesidades y peculiares proporciones de figuras que miden entre 35 y 40 centímetros de alto. 

Alcances de un artesanado cinematográfico

Esta ardua labor brinda al público una factura artesanal rica en texturas que estimulan la sinestesia. Es decir, cuando uno observa los poco más de 20 segundos de las pruebas de Julia y el portal del Abismo, es posible que los espectadores no solo vean, sino sientan la rugosidad de la madera, el calor del fuego, las arrugas de la piel y los rizos del cabello de la mujer que aparecen en pantalla, porque “el stop motion se ve falso, pero se siente real”, resume Cepeda, citando a Phil Tippet —galardonado productor norteamericano de efectos visuales—.

En lo que refiere al aspecto de falsedad, Cepeda explica que “el stop motion tiene muchos errores”, de ahí que la audiencia deba ignorar los fallos y completar los cuadros vacíos, es decir, imaginar los momentos que no fueron fotografiados, para darle sentido lógico a la narración visual y aprehender su historia emocionalmente. 

Por ende, el stop motion le ofrece un rol más participativo al público, en contraste con las animaciones en 2D y 3D digitales, las cuales “de pronto (…) son muy fluidas o muy pulcras, [por lo que] (…) no (…) queda más (…) que [contemplarlas]”, concluye. 

Quizás por ello, no importa que, en el cortometraje, mientras la parte baja del vestido de la mujer se desplace de un lado al otro —gracias a sus ágiles movimientos—, su cabello permanezca estático. Quizás por ello, la falta de sincronía del diálogo final con sus labios pasa desapercibido. 

El expertise de Kraneo

Con defectos o sin ellos, el cineasta reconoce que llevar a cabo un largometraje demanda “un ejército de gente con expertise”, sea en confección de vestuario, iluminación, fotografía, diseño industrial, gráfico o sonoro (por mencionar algunos); puesto que cada área del saber es valiosa para el continuo perfeccionamiento de este tipo de animación. 

Sin embargo, Cepeda recalca que “no hay ninguna escuela a nivel nacional que forme artistas en stop motion; [es decir], algo académicamente formal”; por eso Kraneo Estudio asume responsabilidad en hacerlo por medio de diplomados, talleres, cursos, conferencias, para que “la industria mexicana crezca y así (…), las producciones que vienen (…) tengan a [más] gente capacitada, a [más] técnicos profesionales”. 

Un paso contemplado en este cometido, es la captación de talentos, a través de los distintos sitios en que las y los colaboradores de Kraneo Estudio comparten sus conocimientos. Así, este cuenta con el quehacer artístico de especialistas que imparten lecciones en diferentes universidades e instituciones del país; o bien, contribuyen en proyectos de otros talleres, como es el caso de Antonio Pedroche, quien se encargó de las escenografías en la película Pinocchio del Centro Internacional de Animación en Guadalajara, que será distribuido por Netflix.  

En este punto, cabe añadir que actualmente la plantilla del Estudio incluye a: los co-fundadores Cepeda, Pedroche (director de escenografía) y Pablo Bedolla (animador); a Farroh, Kathia Cedeño (responsable de la fabricación de accesorios utilizados por los personajes), Luis Mauleón (fotógrafo), Vicente Corona y Fernanda Ramírez (ambos Concept Artists, es decir, responsables de generar el aspecto referencial de las realizaciones), Ángel López (especialista en postproducción) y Perla Cervantes (con vasta experiencia en el ámbito teatral). Igualmente, a las labores de todos ellos, se suman las de participantes externos y aprendices del Programa Jóvenes Construyendo el Futuro. 

La capacitación que oferta Kraneo Estudio se dirige a dos sectores; por un lado, a todo aquel atrapado por la curiosidad que despierta la mencionada técnica; por otro, a quienes manifiestan potencial para sumergirse en el mundo del stop motion, en un sentido profesional.

La escena poblana

De alguna forma, la visión del estudio —en lo tocante a la preparación—, reacciona ante uno de los problemas que enfrentó en sus primeros años de vida: su falta de visibilidad en Puebla. A pesar de que el estudio decidió quedarse en la ciudad “para potencializar el talento poblano”, enuncia Cepeda, “nos exhibían en festivales nacionales e internacionales y nos reconocían a nivel internacional, [pero] en Puebla nadie nos abría la puerta”, admite.

Cepeda reflexiona que la falta de atención local que han experimentado se vincula, en parte, tanto al desconocimiento de la existencia del estudio en el área, como a que la mayoría de los clientes son extranjeros o procedentes de otros estados. “Tuvimos que tener el reconocimiento afuera, para que nos pudieran hacer caso en casa”, externa el realizador.

De hecho, la consideración de pares y clientes internacionales arribaría particularmente con Raíz y mañana (2019), un cortometraje producido para el festival Pixelatl, puesto que les valió una nominación a los Premios Quirino y el poder acudir al Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy, en Francia. 

Aires de cambio

A tres años de distancia de Raíz y mañana, los aires de cambio parecen estar soplando, pues Cepeda percibe que recientemente hay una mayor apertura y apoyo, en particular por parte de festivales locales, siendo dos de ellos el Festival Internacional de Cine Silente México y Cinetekton, Festival Internacional de Cine y Arquitectura. 

De hecho, al momento, han tenido varias conquistas, entre ellas: dos nominaciones a los Premios Quirino de la Animación Iberoamericana (2020 y 2021), una sociedad creativa con Pixelatl (2019) —festival de animación, videojuegos y cómics de Cuernavaca— y la realización de cortometrajes para empresas como Amazon, Televisa y Nestlé

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El 2022 es recibido con entusiasmo en el estudio, pues Farroh y Cepeda tuvieron a bien compartirnos que este año estrenarán Naukrates, un cortometraje co-producido por el Perro Negro Cine, cuya fotografía en blanco y negro nos recordará al cine clásico mexicano, ya marcado por la óptica de Gabriel Figueroa (1907-1997), ilustre cinefotógrafo que influyó en la consolidación de la estética visual de la época dorada de este arte en México.

Aunado a ello, tienen en mente conseguir en un futuro algún lugar amplio en donde montar una sala de exhibición para exponer los sets (o fragmentos de ellos, ya que pueden medir incluso cinco metros de ancho) y marionetas que, aparte de haber comparecido en sus producciones y haber sido creadas con gran detallismo, acarrean un apego sentimental. 

El objetivo, complementa Cepeda, sería que cumplieran una función lúdico-didáctica con la que la gente pueda maravillarse, pues, confiesa Farroh, “no hay nada mejor que hacer una visita (…) y ver lo que ya se construyó, porque verlo en video está padre, pero (…) cuando lo ves físicamente es padrísimo”. 

A fin de cuentas, sea de manera presencial o en formato audiovisual, las historias que Kraneo Estudio ha materializado, albergan “nuestras leyendas, nuestro imaginario y nuestro colorido”. Por eso, no importa si nos invitan a caer en un oscuro abismo, seguramente la experiencia resultará fascinante, siempre y cuando se viva en stop motion

 

*Foto de portada: Kraneo Estudio

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Autor Lado B
Gene Cruz

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