Lado B
¿Quién enseña a las familias sobre desaparición?
Por Samantha Paéz @samantras
11 de enero, 2022
Comparte

Hace justo una semana desapareció Liliana Lozada de Jesús, a quien de cariño llamamos Lily. Tiene 33 años, dos hijos y una vida por delante, que ahora está puesta en pausa. A Lily la conozco desde hace más de diez años, fue pareja de mi primo y es madre de mis sobrinos, así que la considero de mi familia, aunque con la separación ellos y sus nuevas parejas no estuvimos tan en contacto en últimas fechas.

Cuando me enteré de su desaparición sentí miedo y angustia, esa noche me costó trabajo dormir, ¿se imaginan qué sintieron la madre y el hermano de Lily en esos momentos?, ¿se imaginan qué están pasando ahora? Aun así en algunos medios de comunicación les exigen impecabilidad, total congruencia en sus palabras y declaraciones. Creo que difícilmente, aún cuando seamos muy cercanos con nuestra familia, podemos saber todo lo que hacen y con lujo de detalle, menos si no compartimos la misma casa.

Así que no sorprende, pero —les soy honesta— me duele que colegas destaquen y hablen de las contradicciones de la familia, pero no tomen la misma postura con las contradicciones de las autoridades, esas autoridades que filtran información sobre acciones de búsqueda que no son informadas a las familias de las personas desaparecidas o que filtran información no comprobada que genera un daño a las familias y seres queridos.

Nadie enseña a las familias sobre la desaparición, nadie las prepara para enfrentarse de cara con la incertidumbre, el miedo, la angustia y la desesperación. Aunque cada vez hay más colectivos de familias que buscan a sus seres queridos en todo el país, a pesar de la información que podemos leer todos los días sobre la desaparición, nadie te prepara para la desaparición de alguien a quien estimas.

Tal vez te interese: Buscando a Liliana

Sí hay guías para saber cómo dar los primeros pasos, sí hay organizaciones y colectivos dispuestos a orientar, a educar, tanto a las familias como a la sociedad en general, pero no deberíamos prepararnos para saber cómo actuar ante una desaparición, porque en primer lugar esto no debería estar ocurriendo. Nadie debería tener miedo de que su amiga, su hermano, su padre o su sobrina no regresen a sus casas.

Así que colegas les recuerdo algunos consejos para hablar de la desaparición de mujeres y que publiqué en este mismo espacio hace unos años:

  • Hacer la cobertura como si la persona desaparecida fuera de nuestra familia, acerquémonos con tacto y sensibilidad.
  • Dar prioridad al testimonio de la familia que está buscando a sus desaparecidas, sin cuestionarles o criminalizarles.
  • Sólo mencionar la posible hipótesis de desaparición si está ayuda a trazar líneas en la investigación o la búsqueda.
  • Mencionar el contexto de las desapariciones en el país y el estado.
  • Tener en cuenta que no todas las personas están listas para hablar de la desaparición, por ello acudir con organizaciones que nos orienten sobre cómo acercarnos a las familias.

*Foto de portada: Marlene Martínez

Comparte
Autor Lado B
Samantha Paéz
Soy periodista y activista. Tengo especial interés en los temas de género y libertad de expresión. Dirigí por 3 años el Observatorio de Violencia de Género en Medios de Comunicación (OVIGEM). Formo parte de la Red Puebla de Periodistas. También escribo cuentos de ciencia ficción.
Suscripcion