Investigar biomoléculas en fósiles ayuda en la búsqueda de vida en Marte

Imagen de los afloramientos de carbonatos marinos del Triásico-Jurásico superior en el desierto de Atacama (norte de Chile) en los que se han detectado restos de vida de distinta naturaleza y grado de preservación correspondiente a los últimos 200 millones de años. / Foto: Guillermo Chong, Laura Sánchez García

La búsqueda de vida en Marte y otras partes del universo depende en gran medida de comprender cómo la identificamos y las huellas que deja en nuestro propio planeta, pero detectar restos biológicos en fósiles supone todo un reto debido a las alteraciones físico-químicas que experimentan a la largo del tiempo.

Debido a esto, el uso de fósiles químicos, como determinadas biomoléculas o composiciones isotópicas, resulta muy útil en la  búsqueda de vida en ambientes antiguos, donde el impacto acumulado de diversos factores destructivos como la radiación ultravioleta, la erosión, la presión o la temperatura han podido causar la degradación paulatina de posibles restos biológicos.

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Ahora, un equipo multidisciplinar del Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA) y la Universidad Católica del Norte (Chile) publica un estudio, portada de la revista Astrobiology, donde se presentan biomarcadores moleculares e isotópicos preservados en rocas antiguas del desierto chileno de Atacama.

En concreto, los autores han analizado muestras de tres rocas sedimentarias (carbonatos marinos) del Triásico-Jurásico con el objetivo de identificar restos de vida a lo largo de los últimos 200 millones de años.

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Como señala Laura Sánchez-García, investigadora del CAB que ha liderado el estudio, “es fundamental combinar la búsqueda de múltiples moléculas diana con diferentes composiciones químicas, grados de conservación y especificidad biológica para complementar la información biológica o temporal limitada que proporciona cada una a nivel individual”.

 

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*Foto de portada: Imagen de los afloramientos de carbonatos marinos del Triásico-Jurásico superior en el desierto de Atacama (norte de Chile) en los que se han detectado restos de vida de distinta naturaleza y grado de preservación correspondiente a los últimos 200 millones de años. / Guillermo Chong, Laura Sánchez-García | Universidad Católica de Chile, CAB

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