Ariadne Becerra de la Luz
El Estado no cumple óptimamente con recopilar datos desglosados y detallados del perfil de mujeres, niñas y adolescentes desaparecidas en Puebla, que ayuden a generar políticas públicas para prevenir el delito. Esto, de acuerdo con el informe “Desaparición de niñas, adolescentes y mujeres en Puebla, registro hemerográfico 2020”, realizado por el Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia del Estado de Puebla.
En la revisión hemerográfica se encontraron 223 casos de desaparición de mujeres en el estado de Puebla de enero a diciembre de 2020, pero la realidad es aún más preocupante, pues esta cifra representa apenas el 30 por ciento de las Carpeta de Investigación abiertas en la Unidad de Violencia de Género de la Fiscalía General del Estado (FGE), cuyo total es de 736 mujeres víctimas de desaparición durante el periodo del 1 de enero al 31 de diciembre de 2020.
El mismo informe detalla que de los 223 casos documentados, la mayoría (52.91 por ciento) ocurrió entre jóvenes, adolescentes y niñas en un rango de edad de 0 a 29 años; tan solo los casos de las niñas y adolescentes menores de edad (0 a 17) representa el 51.56 por ciento de los casos totales. Además, el grupo etario con mayor vulnerabilidad a este delito fueron las adolescentes de 12 a 17 años, pues con 94 casos representaron el 42.15 por ciento del total de estos delitos.
Asimismo, mediante el registro hemerográfico, se identificó que de los 40 municipios donde se reportaron las desapariciones, en 21 (53 por ciento) hay población hablante de lenguas indígenas.
Estos son los cinco municipios de las tasas de incidencia más elevadas de acuerdo con los casos recopilados en medios: Tlacotepec de Benito Juárez (27.6), Coronango (21), Venustiano Carranza (13.3), Acajete (13.2) y Amozoc (12.4).
En 30 casos, que representan el 13.45 por ciento del registro hemerográfico, se identificó que las niñas, adolescentes y mujeres pudieron ser víctimas de uno o más delitos. Y de estos 30 casos, en 15 se identificó el delito de feminicidio aunque en 10 de ellos no hay información que confirme que las autoridades investigan este delito, sin embargo, por las condiciones en que fueron localizadas las víctimas, se consideran probables feminicidios.
El objetivo de este trabajo es revelar características, identidades, detalles y condiciones de las niñas, adolescentes y mujeres víctimas de desaparición para contextualizar los hechos y obtener información complementaria a los datos oficiales, con el fin de construir mejores políticas de prevención y de acceso a la justicia para las víctimas y sus familias.
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En este análisis se emiten cuatro recomendaciones que promueven la recolección de información más amplia sobre este delito y su impacto en distintas comunidades históricamente vulnerables:
La primera es que la Fiscalía General del Estado de Puebla, en cumplimiento del Protocolo Homologado para la Búsqueda de Personas Desaparecidas y No Localizadas (2020), tenga información desglosada por poblaciones en situación de riesgo, como personas con discapacidad, mujeres, mujeres embarazadas, niñas, niños, adolescentes, personas adultas mayores, personas extranjeras y migrantes, etcétera.
Posteriormente se recomienda que la Fiscalía General del Estado de Puebla y la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Puebla, en cumplimiento del artículo 160 de la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas, generen y administren bases de datos estadísticas relativas a los delitos de desaparición forzada y desaparición cometida por particulares, desagregando los datos por género, edad, nacionalidad, grupo étnico, población con discapacidad, población de la comunidad LGBTTTI+, etcétera.
Como tercera recomendación, se sugiere que la Fiscalía General del Estado de Puebla y la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Puebla, con apoyo de la sociedad civil, identifiquen las circunstancias de la desaparición, grupos en condición de vulnerabilidad, modus operandi, delimitación territorial, rutas y zonas de alto riesgo.
Asimismo, como lo recomendó el Comité contra la Desaparición Forzada de las Naciones Unidas al Estado mexicano (CED/C/MEX/CO/1, fracción 18), se debe avanzar no solo en la recolección de datos desagregados sobre la desaparición de personas, sino también trabajar en la accesibilidad de datos sobre las desapariciones.
Debemos tomar en cuenta que, debido a las modificaciones en la dinámica social debido a la pandemia por COVID-19, se redujo de manera sustancial el incremento de mujeres desaparecidas, pero volvieron a aumentar a medida que inició la reapertura de las actividades económicas y sociales.
Además, las relaciones familiares, laborales e incluso escolares dieron un giro de manera importante y, con ello, también las manifestaciones de la violencia contra las mujeres tanto en el ámbito privado como en el público.
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Aquí puedes consultar el informe correspondiente a la desaparición de niñas, adolescentes y mujeres en Puebla.
*Foto de portada: Marlene Martínez
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