A más de un mes que la tierra se abrió en Puebla, en el municipio de Juan C. Bonilla, aún no están claras las razones que provocaron el boquete de más de 120 metros de diámetro.
El pasado domingo 4 de julio, la Comisión Nacional del Agua dio a conocer un informe en el que sostienen que no fue la extracción excesiva de los pozos de agua lo que provocó que la tierra colapsara.
La conclusión de la Dirección General del Organismo de Cuenca Balsas, con el apoyo de la Gerencia de Aguas Subterráneas de la Subdirección General Técnica, que fueron quienes realizaron la opinión técnica, es que hay elementos que sugieren que el proceso de formación de dolinas (cuevas) responde a “un proceso natural de disolución de las rocas calcáreas [piedras calizas], las cuales eventualmente pueden colapsarse u obstruirse en forma natural y abrirse posteriormente”.
También puedes leer: El día que la tierra se abrió
Además, apuntan que en la zona del socavón el agua subterránea es más caliente, por lo que se puede deducir que están subiendo las aguas profundas. Estos elementos, según Conagua, indican que no hay evidencia de que esté mermando el acuífero, o sea que no hay hasta ahora relación entre el socavón y una posible disminución de los niveles del recurso hídrico.
El comunicado indica que “el acuífero del Valle de Puebla cuenta aún con disponibilidad, con lo cual se concluye que el acuífero no se encuentra en condición de sobreexplotación y mucho menos que esta pueda ser la causa del accidente geológico del socavón”.
Opinión técnica de Conagua sobre las condiciones geohidrológicas en la zona del socavón by Lado B on Scribd
La explicación del organismo federal fue rechazada por el gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa porque, dijo, los especialistas “sólo llegaron a hacer una inspección ocular al principio del problema y después nunca más han estado en ese lugar”.
Foto: Marlene Martínez
De acuerdo con el mandatario poblano, la Conagua busca quitarse el problema de encima pues parte de sus funciones es otorgar los permisos de explotación y extracción de agua en la región, y agregó: “o ellos otorgaron el permiso, o ellos permiten [que] la extracción sea sin documentos. Hay una sobreexplotación en el lugar. Y que salga Conagua y que diga eso, yo no lo acepto”.
Por su parte, el 6 de julio, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua Morelos-Puebla-Tlaxcala (Fpdtampt) respondió a la Conagua y aseguraron que, con el comunicado oficial, la dependencia busca deslindarse de la problemática sin tomar en cuenta su responsabilidad al ser el “ente regulador del agua en el país”, pues además es la encargada de dar las concesiones para la explotación del recurso hídrico.
El Fpdtampt consideró que la Conagua no pone condiciones a los concesionarios para regular la recarga de los mantos acuíferos ni para que haya una correcta distribución del agua; asimismo, denunció que hay mucha corrupción dentro del organismo.
Esto, ejemplificado con lo ocurrido con la empresa Bonafont en la misma localidad, “donde ni siquiera la empresa transnacional del grupo Danone cuenta con la concesión”.
Los defensores del territorio señalan también que la Conagua se contradijo respecto a la disponibilidad de agua, ya que en los mapas del Sistema Nacional del Agua (SINA) hay un déficit de 6 mil 549 hectómetros cúbicos en la zona del socavón, que comprende la microcuenca del Alto Atoyac.
Finalmente, los habitantes que están organizados desde hace al menos siete años por la defensa del territorio en la región, señalan que es importante revisar que en una de las zonas de México “que se encuentra en grave crisis hídrica, según los mapas del SINA”, se haya formado este socavón, del cual a la fecha no se tiene una causa clara de su origen.
*Foto de portada: Marlene Martínez
EL PEPO