Ese fue el momento en que se hizo más evidente la confrontación que había al interior del SEA, pero venía de meses atrás.
Varias personas que han formado parte de la lucha anticorrupción y la transparencia institucional del estado me han dicho que la abogada Marcela Carcaño, quien hasta finales del 2020 presidió el Instituto de Transparencia y Acceso a la Información del Estado de Puebla (Itaipue) ha sido, por mucho, quien más piedras le ha puesto al tema.

Y Alejandro Guillén apunta en ese sentido en su libro Anatomía de la Corrupción en Puebla (que se presenta hoy): fue Marcela Carcaño la que empezó a dinamitar las relaciones al interior del SEA. Aclaremos, el SEA tiene varios órganos internos pero la cabeza es el Comité Coordinador, ese comité está conformado por los titulares de entes de gobierno vinculados con la lucha anticorrupción y la transparencia: la Auditoría Superior del Estado, la Secretaría de Función Pública, la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, el Tribunal de Justicia Administrativa y el Consejo de la Judicatura del estado; pero la presidencia siempre recae en un integrante del CPC. Siete lugares, seis para la estructura de gobierno y uno para un ciudadano. Podríamos decir que el Itaipue podría considerarse un organismo ciudadanizado y con independencia del gobierno, pero lo cierto es que hasta el momento ha sido siempre un espacio capturado por el poder político en turno.

Fue, dice Alejandro, a mediados del 2019 cuando Carcaño promovió desde el Itaipue que se considerara al CPC Sujeto Obligado de Transparencia, es decir que tendrían que ceñirse a la ley y empezar a transparentar su información, “lo cual es factible porque el pago de sus honorarios proviene del erario), pero sin aclarar si debía ser un sujeto obligado “directo” o “indirecto”, ya que el CPC no maneja recursos públicos, ni tiene personal a su cargo”.
La guerra estaba declarada entre el CPC y el Itaipue. Unos meses después, con la llegada al gobierno de la 4T luego de la elección extraordinaria de 2019, hubo cambio de titulares en las entidades de gobierno del Ejecutivo. En esos cambios llegó Laura Olivia Villaseñor Rosales a la Secretaría de la Función Pública y con ello al Comité Coordinador del SEA.

“Carcaño se le pegó mucho, bueno en realidad todos los representantes gubernamentales votaban las cosas de acuerdo con la línea que ella fijaba, para no incomodar al nuevo gobierno”, me cuentan ex trabajadores del SEA.

El sistema que debía servir para evitar que las instituciones y órganos de gobierno fueran capturados por el poder político dominante terminó capturado y fragmentado por el gobierno. Y no hay de momento señales de que eso vaya a cambiar.

Repite Nacho Mier

¿Se acuerdan de que la semana pasada hablamos de una familia a la que la 4T le ha sonreído, y que el poder que Nacho Mier logró al ser nombrado coordinador de bancada, luego de que Mario Delgado dejó la Cámara de Diputados para presidir Morena, le permitió colocar a su familia en posiciones de poder en el estado?

Pues sigue de plácemes, no solo sus hijos consiguieron la presidencia municipal de Tecamachalco y una pluri en el Congreso local, sino que él acaba de ser nombrado de nuevo coordinador de bancada en la Cámara de Diputados para la legislatura que empezará en septiembre próximo.

Seguiremos teniendo Miers para rato, no olvidemos que el senador Armenta, uno de los que se miran como posibles candidatos de Morena para sustituir a Barbosa también se apellida Mier y sí, mantiene lazos familiares con Nacho, aunque no necesariamente sean del mismo grupo político.