Lado B
¿Peligra la vida en la Tierra a causa de la pérdida de insectos?
Se cree que, en promedio, el descenso en la abundancia de insectos es de un 1-2 % al año o 10-20 % por década. Esta pérdida se está viviendo en casi todos los continentes, incluso en zonas protegidas
Por Mongabay Latam @
21 de marzo, 2021
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Liz Kimbrough

Seguramente, el trabajo de los insectos del mundo llegue a tus labios cada día. El café o el té que saboreas lo han polinizado insectos. Las manzanas, las naranjas, los repollos, las cerezas, las zanahorias, el brócoli, la sandía, el ajo, la canela, la albahaca, las pipas de girasol, las almendras, el aceite de canola… todos son polinizados por los insectos. La miel, los colorantes e incluso algunas vacunas requieren que haya insectos para salir adelante.

Son vitales para la red alimentaria del mundo, están alojados en el ciclo de nutrientes e integrados en la industria. Cuanto más los observamos, más vemos que los insectos son vitales para mantener las estructuras de la vida. En referencia a esto, el reconocido biólogo E.O. Wilson escribió en 1987: “si los insectos desaparecieran, dudo que la especie humana dure más de unos meses”. Por eso el precipitado declive de los insectos está causando alarma.

Las poblaciones de insectos se están reduciendo a un ritmo diferente en el espacio y el tiempo, pero de media, se cree que el descenso en su abundancia es de alrededor de un 1-2 % al año, o un 10-20 % por década.

“Piensa en una persona propietaria con una casa de un millón de dólares al lado de un río que es un poco salvaje. Está perdiendo entre un 10 y un 20 % de su terreno cada década y es espantoso. Eso significa que después de solo un siglo, no te queda nada”, dijo David Wagner, entomólogo de la Universidad de Connecticut en una entrevista con Mongabay. Según dice, ese es el peligro al que nos enfrentamos.

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Wagner acaba de editar un reportaje recientemente publicado en Proceedings of the National Academy of ScienceGlobal Decline of Insects in the Anthropocene (El Declive Global de los Insectos en el Antropoceno), en el cual 56 investigadores presentan estudios científicos, opiniones y noticias sobre la extinción de los insectos. La revista ofrece perspectivas sobre las dimensiones ecológicas, taxonómicas, geográficas y sociológicas del declive de estos animales, junto con sugerencias sobre cómo avanzar para estudiar y revertir este drenaje de biodiversidad global.

Las amenazas para los insectos

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Una mantis palo (Empusa pennata) en Portugal. A causa de su distribución de baja densidad, esta especie casi nunca se encuentra en la naturaleza/ Foto: Frank Vassen | Flickr

En un artículo de opinión que encabeza el reportaje especial, Wagner y sus coautores hablan de las posibles causas de la disminución de los insectos. De acuerdo con las personas autoras, los principales factores estresantes son los cambios en el uso del suelo (sobre todo la deforestación), la agricultura, el cambio climático, la nitrificación, la contaminación y las especies introducidas o invasoras. Sin embargo, la importancia de cada factor, y cómo interactúan, sigue desconcertando a las y los científicos.

“Hay muchos buenos especialistas que no son capaces de averiguar la causa”, dijo Wagner. Pone a la abeja como ejemplo. “Es decir, esto vale miles de millones de dólares y no sabemos por qué están teniendo tantas dificultades. Creo que la razón es que es una muerte por mil golpes… la mayoría están siendo golpeados por cuatro o cinco factores importantes y estos actúan de forma sinérgica”.

Los artículos siguientes se concentran en las causas claves para algunas de las mayores pérdidas conocidas.

Un estudio de Wagner y Peter Raven, presidente emérito del Jardín Botánico de Missouri, concluye que los declives en la biodiversidad de los insectos y la biomasa están relacionados con la intensificación de la agricultura en los últimos 50 años.

La investigación de Dan Janzen y Winnie Hallwachs —ambos biólogos de la Universidad de Pensilvania, quienes se describen como “observadores intensos de las orugas, sus parásitos y sus socios”— se centra en el cambio climático como factor estresante. Desde finales de los 70, escriben, han observado cómo los declives de insectos llegaron a los bosques secos, los bosques nubosos y los bosques lluviosos del Área de Conservación Guanacaste en Costa Rica, a medida que la región se veía azotada por el aumento de las temperaturas, las estaciones cada vez más erráticas y las lluvias irregulares.

Otro estudio en la edición especial, titulado Insects and recent climate change (Insectos y el reciente cambio climático), defiende que el clima podría tener un papel más relevante en esta pérdida que el cambio de uso del suelo, que es enorme en todo el planeta, sobre todo por la expansión de la agroindustria. Los autores basan sus descubrimientos sobre el clima en un estudio de las mariposas en el norte de California, donde las disminuciones eran severas incluso en áreas con poca pérdida de hábitat. Se han detectado pérdidas similares en áreas protegidas en Alemania y Puerto Rico.

Asimismo, las poblaciones de mariposas en Europa se enfrentan a desafíos. En el Reino Unido, los números de mariposas han descendido cerca de un 50 % en los últimos 50 años, y un 8 % de las especies residentes conocidas se consideran extintas. En los Países bajos, más del 20 % de las especies se han perdido, y en Bélgica, el 29 %. Las  y los investigadores sugieren que las causas principales son la pérdida y degradación de hábitat y la contaminación química. Los y las especialistas ofrecen soluciones de conservación y recomiendan cambios en las políticas para conservar las mariposas y otros insectos, pero por ahora ha faltado voluntad política.

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La imagen muestra un conjunto de polillas en los 80 en la trampa de luz de de Cliff Top en los bosques secos del Área de Conservation Guanacaste en Costa Rica/ Foto: Janzen and Hallwachs 2020

Wagner y sus colegas pasan de las criaturas aladas del día a las de la noche y ofrecen una descripción del estado global de la disminución de las polillas. Las polillas son extremadamente diversas y cosmopolitas. “Por cada mariposa que los lectores de Mongabay ven durante el día, hay 19 especies de polillas que vuelan por la noche”, reveló Wagner.

Aunque los números de polillas han disminuido en algunas áreas, como en partes de Europa y Centroamérica, en otras áreas, sobre todo templadas, muchos taxones están aumentando en abundancia. Otro estudio descubrió que la abundancia general de artrópodos en el Ártico ha aumentado en los últimos años. Los investigadores atribuyen ese incremento en el número de insectos al cambio climático, que según los científicos tiene especies ganadoras y perdedoras. A medida que las temperaturas más cálidas avanzan hacia el norte, se abren nuevos hábitats adecuados para los insectos. Las consecuencias de esta expansión —y los conflictos que pueden darse con las especies de plantas e insectos que ya las ocupan— todavía se tienen que analizar.

 

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*Foto de portada: El Eurythyrea quercus es una de las especies de escarabajo más amenazadas de Europa y requiere robles viejos y secos para desarrollarse, los cuales rara vez se mantienen en el paisaje/ Foto: Frank Vassen | Flickr

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Autor Lado B
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