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Nuevo test para COVID-19 con biochips usados para buscar vida en Marte
La tecnología de biochips que el Centro de Astrobiología lleva años desarrollando para la detección de vida en otros planetas se ha aplicado ahora en un ensayo serológico para detectar la COVID-19 a través de anticuerpos. En el proyecto colaboran otros centros de investigación españoles y el Hospital Central de la Defensa.
Por Agencia SINC @
25 de junio, 2020
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Investigadores del Centro de Astrobiología (CAB, centro mixto CSIC-INTA) llevan casi dos décadas desarrollando inmmunoensayos fluorescentes e instrumentación para la detección de rastros moleculares de vida en ambientes extremos para exploración planetaria, en concreto, en Marte.

Esa misma tecnología, empleada también para la búsqueda de vida en las profundidades del océano, se ha utilizado ahora para detectar simultáneamente los anticuerpos de tipo IgM e IgG en suero sanguíneo, una de las formas de descubrir la presencia (actual o  pasada) del coronavirus en el organismo. El proyecto, se llama SCOVAM (de SARS COV2 Antigen Microarray).

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Este método de detección por fluorescencia es más lento (unas tres horas, aproximadamente) que el test rápido pero, a cambio, es mucho más sensible (capaz de detectar una cantidad menor de anticuerpos), es semicuantitativo, escalable y automatizable, ya que se puede operar en formato múltiple (hasta 96 muestras simultáneamente) y los datos quedan almacenados en soporte digital.

Los biochips desarrollados para detectar vida en otros planetas se ha aplicado ahora en un ensayo serológico para detectar COVID-19 a través de anticuerpos

Imagen de fluorescencias de SCOVAM obtenidas tras el análisis de dos muestras de suero, uno negativo y otro positivo, de COVID-19. Los rectángulos amarillos enmarcan las proteínas del virus inmovilizadas, por duplicado y dos concentraciones diferentes. Los puntos verdes indican presencia abundante del anticuerpo IgG, que en este caso domina sobre la IgM. Las columnas de puntos verticales de intensidad decreciente son marcadores de IgM (rojo) e IgG (verde) con concentraciones (número de moléculas de anticuerpo) conocidas. Los pares de puntos rojos de las esquinas son marcadores de posición. / Foto:CAB (INTA-CSIC)

“Una ventaja de SCOVAM es que utiliza varias de las proteínas del virus para capturar los anticuerpos presentes en el suero sanguíneo que son capaces de unirse de forma específica al SARS-CoV2”, explica el investigador Víctor Parro del CAB, “y tener varias proteínas virales como anzuelo permite la identificación de patrones antigénicos del virus, ya que cada persona puede desarrollar una respuesta de anticuerpos diferente ante las distintas proteínas”.

“Por otro lado –añade–, en el caso de que futuras investigaciones identifiquen marcadores predictivos de la evolución de la enfermedad, SCOVAM podría adaptarse y actualizarse para la detección simultánea de anticuerpos y marcadores de inflamación, por ejemplo”.

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*Foto de portada: Pixabay

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