Desde el inicio de la pandemia, los consejos sobre el distanciamiento físico y el uso de mascarillas para reducir la transmisión de COVID-19 han sido contradictorios en muchos países y regiones. No han dejado desde entonces de ser tema de debate. En parte, esto se ha producido porque estos mensajes se han basado en una información limitada.
El nuevo coronavirus se transmite con mayor frecuencia por las gotas respiratorias, especialmente cuando las personas tosen y estornudan. Las partículas, de las que aún se especula sobre el papel en la propagación, pueden alcanzar los ojos, la nariz y la boca de otras personas, directamente o al tocar una superficie contaminada. Por eso se ha recomendado el uso de medidas de protección de estas zonas del cuerpo.
Un metaanálisis publicado en The Lancet ha permitido revisar por primera vez toda la evidencia disponible de la literatura científica al respecto y concluye que mantener al menos un metro de distancia entre personas, así como usar protectores faciales y oculares, dentro y fuera de los entornos de atención médica, podría ser la mejor manera de reducir el riesgo de contagio de COVID-19.
También puedes leer: No podemos pensar que la nueva normalidad se ponga en marcha como estaba prevista: Barbosa
“Nuestros hallazgos son los primeros en sintetizar toda la información directa sobre COVID-19, SARS y MERS [anteriores coronavirus], y proporcionar la mejor evidencia disponible sobre el uso óptimo de estas medidas comunes y simples para ayudar a aplanar la curva e informar sobre las decisiones a tomar ante una pandemia”, señala Holger Schünemann, investigador de la Universidad de McMaster en Canadá, y autor principal del trabajo.
La utilización de estas medidas (mascarillas, distanciamiento y protección ocular) permite de manera inmediata reducir no solo la pandemia actual, sino también prevenir futuros brotes rastreando los contactos contagiados que hayan podido estar a menos de dos metros de distancia. Según los científicos, estos resultados, previstos para orientar a la Organización Mundial de la Salud, pueden ser utilizados también por gobiernos y centros de salud pública para dar consejos claros para disminuir el riesgo de infección.
En total, los investigadores revisaron de manera sistemática 172 estudios observacionales en 16 países publicados hasta el 3 de mayo sobre las tres infecciones por coronavirus. Así pudieron evaluar el uso óptimo de estas medidas de protección tanto en entornos sanitarios como fuera de ellos entre personas con infección confirmada o probable por COVID-19, SARS o MERS, así como de sus personas cercanas (cuidadores, familiares, sanitarios).
También se incluyeron 44 estudios comparativos con 25.697 participantes, de ellos siete se centraron en COVID-19 con 6.674 personas, 26 en SARS con 15.928 y 11 de MERS con 3.095 participantes.
Trece estudios sobre los tres virus, con 3.713 participantes, se centraron en la protección ocular. Sus conclusiones mostraron que los protectores faciales, las gafas y los anteojos se asocian con un menor riesgo de infección (6 %), en comparación con la ausencia de estas medidas (16 %).
Continuar leyendo en Agencia SINC
*Foto de portada: EVG photos | Pexels
EL PEPO