La vela muxe de Santo Domingo Tehuantepec

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Por Marlene Martínez @Qu3tzal

10 de mayo, 2017

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Greta Rico

@GretaRico

El pasado 30 de abril iniciaron las tradicionales velas en la ciudad de Tehuantepec, Oaxaca. Y como ya es tradición los muxes, también conocidos como el tercer género de la cultura zapoteca del Istmo, le pusieron la sazón a la fiesta. Es la sociedad “Sol en luna” encargada de realizar la fiesta cada año, donde prevalece un ambiente de hermandad y solidaridad, como una vía para que la comunidad muxe exija respeto en su diversidad.

Se trata de una celebración que dura varios días e inicia con una calenda, una procesión por la calle en donde las personas bailan y beben, y en donde se prenden toritos para embestir juguetonamente a los festejantes. La procesión termina en casa de la Mayordoma, y ahí continúa el festejo. Esto anuncia al pueblo que la comunidad LGBT está de fiesta.

Al día siguiente, el día de la vela, se adorna el salón y se instalan los puestos de comida (todos atendidos por muxes) con la garantía de que en cada uno de ellos habrá viandas y bebida hasta que el cuerpo aguante. Para poder acceder al lugar los hombres pagan con un cartón de cerveza, mientras que a las mujeres se les pide efectivo, 100 del águila. Durante la noche se corona a la reina de ese año y se nombra a quienes serán las y los anfitriones del siguiente.

Vestidas con los elegantes trajes de tehuanas, y rindiendo honor a esa parte tan rica de su cultura, las personas que se asumen como muxes aprovechan sus festividades para lucir su belleza y continuar con las tradiciones.

La fiesta cierra con la lavada de ollas, y ese es el pretexto para seguir la celebración pues se baila y se bebe hasta el anochecer. Las actividades de ese día inician con un nuevo desfile que recorre las principales calles de la ciudad, pero ahora es presidido por la reina y las llamadas capitanas; mujeres vestidas de tehuanas que llevan un estandarte y reparten convite (frutas, dulces y regalos) a las personas que las acompañan, al final llegan a la casa de la Mayordoma, en donde seguirá el festejo hasta que el cuerpo aguante.