“Deshijar” es un verbo que se aplica para animales. “Deshijar”: Apartar las crías de sus madres.
Esa es la tragedia de Heiddy Areli a quien el gobierno de Estados Unidos deportó a Honduras cuando encontró que no tenía papeles que le permitieran caminar por sus calles, respirar de su mismo aire, compartir oportunidades que su país le niega.
La separaron de su hija: “Isabella Milagros”, la bebé de dos meses de la que fue separada, la que lleva tatuada en la piel y le hace crecer ese terco deseo que la imanta hacia el norte, hacia ella, su bebé, ahora convirtiéndose en niña, que ya no puede tomar leche materna. Que come papillas artificiales.
Las políticas migratorias estadounidenses y mexicanas separan a madre e hija.
Heiddy pagó con tres meses de encierro sus ganas de trabajar, juntar dinero, hacerse de una casa. Luego no hubo súplica que valiera: fue expulsa hasta su país. Ha sido detenida en México, otra vez expulsada, asaltada, hasta quedar varada en un albergue en espera de una visa.