[dropcap type=»1″]L[/dropcap]a cocina es parecida a la producción literaria, la comida que realiza un cocinero se le disfruta al terminar. Sólo él sabe que tanto esfuerzo realizo para ello, desde pensar lo que iba a guisar, pasando por los vericuetos del mercado, equilibrar los precios con el monedero, pasar por los procesos de limpieza de los insumos, ubicar los ingredientes, hasta imaginar cómo podría quedar.
Pasar por los procesos de lo económico, el ritual y la imaginación. Técnica y subjetividad.
Hay sin duda oficios que se cuecen al primer hervor y otros que requieren, como los vinos o el mezcal, de años de reposo.
Las emociones de las primeras letras son atemperadas por los crudos fríos de la realidad que van poniendo cada texto en su lugar. Se trata de una autocritica permanente.
Por lo regular esperamos para seguir o reconocer la obra de un creador artístico, que aparezca en las planas mayores de los comentarios culturales para que lo legitimen ante el dios del reconocimiento local, o peor aún, a que muera.
Judith Castañeda, narradora poblana va esperando para su alter ego de escritora, lo que va sembrando como lectora contando los años.
Judith lejos del establishment de por aquí, allá y acullá se mantiene de pie y esperando. ¿Esperando que? ¿De qué lado masca la iguana para una escritora que probablemente añeja el talento como los buenos vinos sin proponérselo?
Juan Daniel Flores (JDF): Judith háblame de cómo miras la realidad desde tu perspectiva como persona en tu cotidianidad, y de cómo fue tu encuentro con la literatura y el deseo de escribir.
Judith Castañeda (JC): Creo que mi visión es un poco pesimista, cada quien está encerrado en sí mismo, como que si su punto de vista fuera el único válido.
Yo trabajo en una biblioteca, en Profética y ahí lo veo, claro no toda la gente es encerrada en sí misma, pero sí muchas veces quiere anteponer sus requerimientos por encima de todo; a algunos no les gusta regularmente amoldarse a los reglamentos de cada lugar. Creo que todo va para abajo, todo va para mal.
De repente me aíslo bastante, no atiendo a las modas, me siento como del mesozoico. Siento que me han contagiado esa manera actual de mirar la realidad; de que hay cosas para las que a los treinta y tantos o a los cuarenta ya se es viejo. Esto también por los límites de edad que ponen en las empresas.
Me comenzó a interesar la literatura cuando trabajaba en la fábrica de acabado textil, ahí trate de empezar a escribir y a mandar a concursos lo que escribía. Esa fue como de las primeras motivaciones, los concursos.
Lo que me impulso para comenzar a leer y a escribir, fue que me gustaba Allan Poe y Oscar Wilde. Actualmente me inspiran algunos programas de televisión, documentales de arte o de historia, me gusta mucho Marguerite Yourcenar, es una diosa.
JDF: ¿Qué tanto te ha costado como persona lectora llegar a producir algo, a ubicarlo en la escena cultural local?
JC: He tenido la oportunidad que me publiquen en algunas antologías de mini ficción y en libros colectivos entre otros. Estoy muy agradecida con que me tomen en cuenta. También he colaborado en alguna revista, en el portal de libros ladosb y en el libro de mini ficciones de Sánchez Clelo llamado “Ráfaga imaginaria” de 2015, donde somos catorce o quince autores, ahí mismo también participó Alejandro Badillo, el maestro Abascal Andrade, Elías D´alva, también alumno de Alejandro Meneses.
[pull_quote_right]Algunos textos de muy al inicio ya no me gustan, no he vuelto a ver los textos que escribí antes del taller con Alejandro Meneses, seguramente los condenaría a la hoguera. A lo mejor es cuestión de apretar tornillo otra vez.[/pull_quote_right]
Con Alejandro Meneses tome tres años, primero en el Instituto Cultural Poblano, después en Casa del Escritor, algunos talleres los tome independientes, también tome con la maestra Beatriz Meyer y con el maestro José Prats.
Mis libros los que tengo en solitario, son más bien, como digo yo, cuestión de suerte, por concursos en los que participe y el premio era una cantidad monetaria y la publicación.
Los textos son: “Dios de arena”, “Aire negro”, “La distancia hasta el espejo”. Yo creo también que es suerte, ya que cuando me mandan los libros de regreso las editoriales, me mandan también mis manuscritos y a mí me mandan un poco más lejos, jajaja.
Fueran de los anteriores y de las antologías donde he tenido la oportunidad de estar contribuyendo, no he publicado más.
Algunos textos de muy al inicio ya no me gustan, no he vuelto a ver los textos que escribí antes del taller con Alejandro Meneses, seguramente los condenaría a la hoguera. A lo mejor es cuestión de apretar tornillo otra vez.
JDF: Judith, tú y yo nos conocimos por una suerte mía, esa si fue suerte, de que me obsequiaras un libro de tu maestro, que hasta entonces yo sólo conocía de oídas. Eres de cierta forma una de las divulgadoras de la obra de Meneses. ¿Qué es de la obra de Alejandro Meneses lo que debiera interesarle al posible lector que no lo conoce aún y que a ti te ha influido más?
JC: El manejo del lenguaje y la visión que tenia, él decía que el cuento más bien era como un fracción de tiempo hacia el pasado, hacia el futuro, no ceñido a una formula del cuento tradicional de inicio, nudo y final.
De su obra rescataría “Barco de Cristal” ,“Ángela y los ciegos” o el de “Vidas lejanas”, siento que debería reconocérsele más no sólo a nivel local sino a nivel nacional, creo que es uno de los mejores escritores contemporáneos. Poco difundido, poco apreciado.
JDF: En tu experiencia en la biblioteca ¿cuáles son los textos más buscados por los visitantes?
JC: Consultan mucho narrativas, novelas. Veo que consultan también García Marques, Carlos Fuentes, se van por los más sonados. También sólo utilizan este espacio para realizar su trabajo de escuela y llevan sus propias cosas. Algunos llegan creyendo que es una biblioteca mas general y no especializada como lo es.
De hecho me han preguntado por “Las sombras de Gray” jajaja. Te comento acerca de este libro porque con el practique, según yo, la piratería y lo baje de un blog de internet; la bronca es que esta escrito con las patas, no es tanto el tema ya que Sade y compañía, ya le dio la vuelta a ese tema una y mil veces hace doscientos años. El problema es que esta escrito con las patas. Por ejemplo, repite mucho una formulita que dice el personaje femenino: “mi subconsciente me dijo que me detuviera, mientras la diosa que hay en mi brinco detrás del sillón y festejo…” por decir algo, repite mucho eso de que la diosa que hay en mi mientras el subconsciente, uno dice ¿Cuál diosa? ¿Qué es una reencarnación o qué? Como que sin justificación o sustento.
JDF: En los procesos que sigues para escribir ¿qué complicaciones te surgen al intentar crear?:
JC: Me tardo mucho para empezar, pienso y vuelvo a pensar, trato de ver en general lo que va a pasar y de todo lo que va tratar el cuento, no es tanto como que el escritor sea el dios, más bien prácticamente el que manda es el cuento o el texto. Me tardo mucho para definir cómo podría quedar mejor, sea en primera persona o tercera, por ejemplo. Trato de terminarlo pero no tanto, trato de apresurarme, trato de no tardarme mucho, después los dejo un rato que se enfríen, siempre los estoy corrigiendo, siempre les estoy metiendo mano.
Por ejemplo, de esos cuentos que alguna vez me han rechazado, los revise y me dije “¡están escritos con las patas o que me fume!” unos los corregí, otros los reescribí y otros los volví a mandar y me los volvieron a rechazar. Supongo que todavía no están bien y es cuestión de revisar.
Pienso que aunque Alejandro Meneses decía que no hay recetas para escribir ni para leer, yo creo que si ayuda ir a algún taller literario, a mi me ayudo mucho. Para algunos quizá no.
Así como otros son totalmente palacio “yo soy totalmente talleres” si yo no hubiera asistido al taller de Meneses, seguiría en la fábrica, allá trabajando en el laboratorio textil.
Luego como que hay personas que no creen en los talleres. Yo creo que si es válido, tenemos diferentes visiones, para algunos no va con ellos un taller para otros sí. Otros van a la universidad a otros si nos ayuda.
JDF: ¿Qué es lo que desanima a un creador como tú?
[quote_box_right]Así como otros son totalmente palacio “yo soy totalmente talleres” si yo no hubiera asistido al taller de Meneses, seguiría en la fábrica, allá trabajando en el laboratorio textil.[/quote_box_right]
JC: Desanima el tiempo combinado con la persona, ya que si es muy ansiosa, no es buena combinación. Ahora si la persona persiste, si es más constante o se acostumbra a estar siempre visitando el suelo por la caída o a decir “a bueno ya paso esto, no pasa nada, entonces otra vez” es como continua la cosa.
A mi juicio, sería el tiempo combinado con la personalidad lo que podría desanimar o no al que esté tratando de escribir.
JDF: ¿De que hablan tus historias? ¿Cuál te late más?
JC: Me acuerdo de “Distancia hasta el espejo”, el cual gano el Premio Salvador Gallardo Dávalos en Aguascalientes 2005. Este es un libro de cinco cuentos, del cual el cuento “Cerrando puertas”, fue incluido en la antología realizada por Alejandro Badillo de “Ficciones en fuga” en 2014.
“Cerrando puertas” tiene más de diez años. Originalmente después de escribirlo lo deje “enfriar”, le apreté tornillos y fue como lo mande a concurso. Este se inspiro en un artículo de una de esas revistas de Selecciones donde se hablaba del Alzheimer, de que los recuerdos se quedaban encerrados en la mente de la enferma, que me parece era su mamá de la que relataba. Y entonces se me ocurrió que la enfermedad fuera un intruso que la va dejando afuera de todos sus recuerdos, va cerrando puertas de la casa y va aislando a la persona pero fuera de su mente, de sus recuerdos.
Y en 2007 con mi obra “Aire negro” gane el concurso “María Luisa Puga” en la Universidad Autónoma de la Ciudad México, el cual publicaron en 2008.
Por otra parte los textos históricos me llaman mucho la atención. De hecho “El de Dios de arena”, obra mía, fue una onda como prehispánica e historia aludiendo a las deidades que eran de roca esculpida y que los españoles destruyeron a su llegada. De hecho con esta obra de cuentos gane en 2007 el premio “Alejandro Meneses” en Puebla organizado por Ediciones de Educación y Cultura, Profética y Errante editor.
Dime que te viene a la mente cuando digo cada una de estas palabras: palabras:
JDF: Rutina
JC: siempre aplastante
JDF: Escribir
JC: chido
JDF: Lectores
JC: pocos
JDF: Profética
JC: mi casa como “E.T”
JDF: Publicar
JC: puntos suspensivos