Lado B
Once45, la revista digital sobre arte contemporáneo
Uno de sus objetivos es también exponer los temas en un lenguaje asequible para el mayor número de personas posibles
Por Mely Arellano @melyarel
07 de septiembre, 2015
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Ámbar Barrera

@Dra_Caos

En la pequeña galería del restaurante Milagritos, en el corazón de San Pedro Cholula, rodeados de las ilustraciones de cyborgs de Blanca Edna Alonso Rosas y Tania Pereda Balderas, el equipo de la revista Once45 se dio cita el pasado viernes para presentar su segundo número.

Once45 es una revista digital que aborda temas sobre arte contemporáneo desde una línea académica pero accesible al público en general. La publicación se materializa (o digitaliza) en 2014 como parte de los seleccionados para de beca de Proyectos de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico de Veracruz (PECDA). Once45 también surge ante la necesidad de contar con una publicación en México que hablara específicamente de arte contemporáneo.

Liderada por la artista y maestra en Estética y Arte Alejandra Olivio, Once45 lanzó su segundo número del año, siendo una publicación trimestral el pasado 4 de septiembre en San Pedro Cholula. Esta revista es un proyecto exclusivamente digital y se puede descargar y consultar de manera gratuita.

–En este número el tema que abordamos fue cómo todos los avances tecnológicos afectan la manera de percibir del ser humano, su sensibilidad –dice Alejandra Olivio durante la presentación–. Todos (los colaboradores) abordan el tema del arte vinculado a la tecnología, sin embargo, cada uno desde su perspectiva lo enfoca de manera muy diferente.

Uno de los objetivos de la revista es también exponer los temas en un lenguaje asequible para el mayor número de personas posibles, pues quieren que pueda ser entendido por personas que aunque no están dentro de la academia están interesados en el estudio del arte.

En uno de los textos, titulado “Los estudios del software, el nuevo paradigma para el análisis de nuevos medios”, María de Lourdes Fuentes explica la importancia que tiene el estudio de nuevos medios (como el software) para el estudio de la estética y el arte.

–Es un texto bastante sencillo –dice Lourdes Fuentes quien también es egresada de la Maestría en Estética y Arte–. Me di cuenta que cuando hablaba de los estudios del software nadie me entendía, entonces pensé que hay que empezar a aclarar qué son los estudios del software, por qué se iniciaron y por qué valdría la pena seguir ese camino. Básicamente es porque a veces no nos percatamos pero todas las tecnologías que usamos desde el móvil hasta la computadora funcionan gracias al software (programas, aplicaciones).

once45 2Como primer texto, funciona como una introducción a temas más específicos, como el artículo titulado “Ciencia y arte, ampliando fronteras”, de Eluid Nava, quien plantea una reflexión sobre cómo se vincula actualmente la ciencia con el arte.

–Lo que hice fue investigar algunos proyectos que ya tienen inclusive décadas desarrollándose y otros que están en proceso de configuración y lo hice de manera muy campechana, por decirlo así, no entrando en formatos tan académicos o estructurados. Hablo de proyectos que sí utilizan la tecnología pero sobre todo, donde es el arte acercándose a otras disciplinas, donde de nuevo los artistas están a la par de los científicos –dice Eliud, artista y académico originario de Monterrey.

En el texto se habla del proyecto symbioticA, que es un laboratorio de biología en una universidad de Australia y los artistas trabajan exclusivamente con metodologías de la biología, o el proyecto de BioCouture, donde una artista, investigando el proceso de fermentación de algunas bacterias que al final creaban una especie de tejidos, está confeccionando ropa con un ciclo de vida que se degrada automáticamente y sin contaminar.

El futuro (presente) del arte: La tecnología

En este número de Once45 también se abordan temas que analizan la situación del arte actual que se apoya de la tecnología no sólo como una nueva manera de expresión o una nueva técnica, sino como una oportunidad para interactuar con el público de manera más vivencial, como se plantea en el texto de “La interactividad en el arte contemporáneo” de José María Herrasti.

–Nos plantea cómo la tecnología hace que las manifestaciones artísticas respecto a los formatos, los medios y los lenguajes se hacen más interactivos, accesibles y dinámicos con el público, que se comuniquen de manera diferente con él –dice Alejandra–. Eso desde el punto de vista de la producción, y en el siguiente artículo (“Nuevas formas de vivir el arte, experiencia estética y los dispositivos electrónicos” de Marisol Hernández), se plantea cómo es el otro lado, cómo es la percepción del público a través de las nuevas tecnologías.

Marisol Hernández, curadora y colaboradora de la revista, se interesó por el tema desde hace algunos años al observar en algunas exposiciones de arte que la gente tiene ya la costumbre de fotografiar todo lo que ve, incluyendo tomar fotografías de las obras con cámaras digitales o celulares, como si fuera ya una extensión incluso de ellos mismos.

En su texto, Marisol habla de las cámaras fotográficas como un instrumento que, por un lado, ayuda a dar difusión a los artistas y sus obras a través de redes sociales y otros medios pero también como una herramienta que cambia la sensibilidad de los espectadores del arte.

–El espectador actual que asiste a una exposición del arte, lo que hace es tener una experiencia doblemente mediada, primero a través de sus sentidos y luego a través del dispositivo electrónico -dice Marisol Hernández–. Hay una suerte de interacción con la obra a partir de retomarla, se da incluso una apropiación de la obra, lo que me lleva a esa idea de que todo el mundo tenía el potencial de ser un artista, en este caso, al apropiarse de la obra cuando le imprime algo suyo a partir del ángulo y la intencionalidad de la foto.

Los usos artísticos y reflexivos de la tecnología

La revista Once45 también incluye muestras del trabajo de artistas contemporáneos y en este número, por ejemplo, se reseñan los proyectos del artista mexicano Daniel Rios, originario de Monterrey, quien usa las redes sociales y distintos softwares para materializar objetos como obras de arte.

once45–Yo creo que la pieza más importante de él es una batería donde cada parte tiene una baqueta y un motor que están conectados a twitter –dice Eliud Nava–. Esa batería la programó cuando fueron las elecciones de 2012 y por ejemplo, el platillo se activaba cada vez que aparecían las palabras Peña Nieto, el bombo cada vez que aparecía la etiqueta #FraudeElectoral y así los distintos sectores de la batería. La programó y en el momento de las elecciones, mientras la gente tuitea empieza la batería a funcionar, entonces llega el momento en que ya se conocen los resultados y empieza a sonar sólo el bombo por el hashtag #FraudeElectoral hasta que la red se satura y se genera el silencio.

Otro de los artistas reseñados es el artista Alejandro Osorio, originario de Tlaxcala, que realiza dibujos de modelos de ciudad que exploran la idea de qué sucedería si los ciudadanos se empoderaran y surgiera un estado de anarquía en una especie de mundo post-apocalíptico.

–Todos los dibujos son modelos digitales que construyo en vectores y luego los imprimo sobre láminas. Antes lo hacía todo en formato de 90 x 60 que era el básico de un plano y era mucho más diagramático. Después busqué más referencias por ejemplo de Liechtenstein para llevarlas a una idea más tridimensional.

El número completo de la revista Once45 puede consultarse aquí, lo mismo que el número anterior. La coordinadora Alejandra Olivio hace una extensa invitación a todos aquellos que quieran colaborar en los próximos números de la revista enviando sus reseñas o artículos sobre temas de estética y arte contemporáneo al correo contacto.once45@gmail.com o contactando al equipo a través de su página de Facebook.

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Autor Lado B
Mely Arellano
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