Lado B
Tres pequeños mensajes de amor
No sé si a alguien le interese lo que voy a escribir en esta columna. La verdad es algo personal y decidí compartirlo porque me pareció muy intensa mi experiencia, y sobre todo, algo que no a cualquiera le toca vivir, (y tal vez me gusta mucho sacar mis propios trapitos al sol).
Por Lado B @ladobemx
23 de agosto, 2015
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Para Anita. Que tengas mucha luz en tu camino, amiga.

Liz Ruiz

[dropcap]N[/dropcap]o sé si a alguien le interese lo que voy a escribir en esta columna. La verdad es algo personal y decidí compartirlo porque me pareció muy intensa mi experiencia, y sobre todo, algo que no a cualquiera le toca vivir, (y tal vez me gusta mucho sacar mis propios trapitos al sol).

Un sábado común y corriente, recientemente, asistí a tres eventos de muy diversos cortes sentimentales, y todos protagonizados por mujeres. El tinte femenino me hizo pensar en que tal vez era pertinente compartirlo en mi pasquín feminista. Durante espacio de cuatro horas, pasé por el funeral de una amiga mía, el anarco-baby shower de mi sensei de la no violencia  y el cumpleaños #50 de la mamá de dos de mis mejores amigos. La montaña rusa de emociones, sentimientos y pensamientos estuvo dura. Fue un día que disfruté mucho, porque tuve la oportunidad de vivir algo que interpreté como todo el ciclo de la vida en un ratito: desde la ilusión que nos genera un nacimiento, la cúspide de la plenitud y finalmente cuando morimos. Las edades para mí son lo de menos, lo interesante fue algo así como ver pasar la existencia en un segundo. Lo único que se me ocurre hacer es dedicarle a cada una de las protagonistas unas palabras.

A la del funeral

Me pregunto si al escribir sobre esto rompo con tu confidencialidad, amiga. Luego pienso que si hubieras muerto accidentada o asesinada, serías nombrada por todos lados y este temor que tengo ahorita sería infundado. Pero la naturaleza de tu muerte, y su correspondiente estigma, me hace dudar incluso si debería estar escribiendo sobre esto. Lo último que quisiera es ser insensible ante tu partida.

Te conocí poco tiempo, pero me permitiste hacerlo con una linda profundidad. Me gustaba mucho compartir contigo ciertos espacios sobre feminismo, género, violencia y mujeres. Cuando te veía en ellos, me sentía en confianza, suspiraba aliviada sabiendo que ya llegó una amiga. Me encantó ver tu honestidad para denunciar tus propios errores, me pareciste siempre una persona muy sensible con todo y tu facha de ruda que también me gustaba mucho. Creí que íbamos a estar juntas en muchos eventos más de ese tipo. Nunca me tocó bailar cumbias contigo, estaba esperando que se diera la oportunidad. Amaba y siempre amaré tu manera de luchar contra todo lo externo y contra tus propios demonios. ¿Sabes? Eres una persona de la que particularmente esperaba mucho ver cómo te transformarías conforme siguieras con tu desarrollo personal. Me daba mucha curiosidad hasta dónde llegarías con ese potencial tan grande que te vi. Ahora tengo mucha curiosidad sobre tu muerte, y me hubiera encantado despedirme de ti, aunque no hubiera sido un adiós solemne. Ni siquiera recuerdo cuándo te vi por última vez, pero antier soñé contigo: tenías el cabello largo y te estabas riendo con tus amigas. Cuando te veía a lo lejos pensaba “sabía que no podía haber muerto”. Pero desperté.

Tu muerte me ha estado recordando estos días los pequeños detalles placenteros de la vida: la alegría de cantar, el ventarrón que se soltó hace rato, la felicidad de ver a alguien que amas. Gracias por seguirme enseñando aún después de tu vida física, amiga. Te recordaré siempre con mucho cariño.

ColumnaLiz

La del anarco-baby shower

Amiga querida, eres una de las pocas personas en el mundo entero que me da honesta felicidad el saber que te reproduzcas. Por eso: porque te vas a reproducir, porque el mundo será un lugar más bello cuando haya más personas como tú. Tu reivindicadora fiesta de bienvenida para tu bebé me trajo un huracán de esperanza. Las bellas palabras que compartieron lxs asistentes me hicieron sentir que el amor se materializa y se palpa en las sonrisas, en los apoyos, en el gusto de despertar el día de mañana. Mientras estuve ahí acompañándote pensé que todo lo que he vivido en este camino de desarrollarme como humana ha sido válido, que ha sido mi mejor decisión porque he tenido la oportunidad de conocer seres increíbles, incluida yo. Y sé que tú podrás entender el gran valor de incluirme a mí misma en esa lista de geniales nuevas amigas. Gracias por toda la luz y la esperanza que me has compartido desde el primer día que te vi y empecé a aprender de ti. Quiero confesarte que muchas veces, cuando estoy triste o desesperanzada pienso en ti, y mi mundo vuelve a recobrar fuerza y color. Y este ejemplo que tú me das es invaluable para mí. Gracias por dedicarme tiempo semana a semana acompañándome a crecer y sanar, por ser un ejemplo y por tu gran dulzura y ecuanimidad.

No me queda la menor duda de que lo que percibo de ti es un hecho: había un círculo muy grande de personas esa tarde calurosa diciendo cosas muy similares de ti y de tu linda familia. No te deseo felicidad en tu vida, esa la tienes y la tendrás porque la has construido con tus propias herramientas, pero sí te ofrezco mi sincera amistad, que es lo mejor que tengo para ti.

La del cumpleaños #50

Cada vez que te felicito por algo te agradezco el haber traído a mi vida a tres personas tan importantes para mí, y por ello mi existencia sin la tuya ¡sería radicalmente diferente! Siempre que veo la belleza de tus criaturas, interior y exterior, me queda clarísimo de dónde la aprendieron; tu pureza de espíritu me resulta increíble e inspiradora. Te admiro muchísimo, de verdad. Eres una de las personas que más trato de imitar en muchos aspectos que a mí me faltan, eres tan humilde y tan generosa… Gracias por haberme dado la oportunidad de conocerte y por haber tenido la apertura para conocerme, por todo tu honesto apoyo y tu gran calidez. Es un honor escuchar palabras de amor de tu boca. Estoy completamente segura de que eres una mujer virtuosa, un alma bondadosa que vino a endulzar este mundo. Te quiero mucho, mucho, y te debo tu comida.

Y estas son mis intimidades. Qué bello es amarnos entre mujeres y expresárnoslo. Gracias, nos leemos en 15.

Si les interesa pueden leer aquí mis demás alegatos feministas. Soy psicoterapeuta y sexóloga de Puebla, y presido el Colectivo Equilátera A.C. de educación sexual y educación para la paz. (Por si te interesan mis servicios o quieres amenazarme de muerte por feminista, este es mi Facebook).

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