Lado B
El lado oculto de la Pirámide de Cholula
Desde 2012, la zona arqueológica y hallazgos se han visto afectados por la construcción de diversos proyectos de modernizació por parte del gobierno del estado
Por Aranzazú Ayala Martínez @aranhera
11 de junio, 2015
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Tomada de FB/Círculo de defensa

Tomada de FB/Círculo de defensa

Aranzazú Ayala Martínez

@aranhera

El altar-estela 1 del Patio de los Altares de la Gran Pirámide de Cholula está quebrado. Una pieza de tres metros de alto hecha de ónix no se quiebra fácil, por lo que probablemente alguien lo rompió a propósito cuando la Pirámide fue abandonada. Geoffrey McCafferty, del Departamento de antropología y arqueología de la universidad de Calgary, quien ha investigado la zona de Cholula desde la década de los 80, dijo que todavía hay muchas cosas de la Gran Pirámide que están en las sombras. 

Durante la conferencia “El Tlachihualtepetl y la Roma of Anahuac: historia y simbolismo de la gran pirámide de Cholula”, el el edificio de la Aduana Vieja de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (Buap), el especialista dio una conferencia explicando la importancia de la pirámide. En la introducción al evento habló la antropóloga Ana María Ashwell, quien dio un recuento de lo que ha pasado con la zona arqueológica. Desde 2012, la zona arqueológica y hallazgos se han visto afectados por la construcción del Distribuidor Vial al final de la Recta a Cholula y desde mediados de 2014 por la construcción del Parque Intermunicipal/ Plaza de las 7 culturas, justo en el polígono 1 de protección de la zona arqueológica, decretado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (Inah) como zona federal protegida, donde no se puede construir. Ashwell relató también la lucha organizada que inició con el Círculo de Defensa y después con Cholula Viva y Digna. 

McCafferty dijo que el Tlachihualtépetl, o cerro artificial en náhuatl, es uno de los edificios pre industriales más grandes en la historia del mundo, en términos de volumen, además de ser una de las estructuras de más duración también, pues ha sido habitada por alrededor de 2500. Y pese a que lleva explorándose arqueológicamente por 150 años, McCafferty dijo que sigue siendo uno de los edificios más misteriosos por el poco análisis y discusión de los hallazgos.

El especialista, quien estudió su licenciatura en la Universidad de las Américas Puebla (Udlap) y empezó a trabajar en la zona desde 1971, dijo que Cholula nunca cayó, a diferencia de otras zonas arqueológicas contemporáneas como Teotihuacán, Tula y Monte Albán, aunque las causas de su abandono siguen en la incertidumbre. 

La Gran Pirámide ha sido explorada desde el siglo XIX, por estudiosos como Adolf Bandelier y Louis Henry Morgan, que visitaron el sitio e hicieron algunas excavaciones. De 1930 a 1950 Ignacio Marquina cavó los túneles para investigar y su compañero Eduardo Noguera, quien regresó en 1960, hizo vastos estudios sobre la cerámica. Desde 1968 la Udlap ha trabajado en la zona y a partir de 1980 también el Centro Regional Inah Puebla. Pese a que ha habido numerosas y constantes excavaciones, McCafferty denunció una falta de estudio y análisis. 

La cerámica encontrada ha demostrado que Cholula tenía alrededor de 2 kilómetros de largo en ocupación, siendo así una de las más grandes de Mesoamérica. En total la Pirámide tiene seis niveles, unos construidos sobre otros, y al menos cinco reconstrucciones mayores, lo que lo convierte en “un complejo ceremonial muy complicado”, tanto para su exploración como análisis. 

Otra de las irregularidades denunciadas por el arqueólogo es que las explicaciones para los visitantes no son completas ni muy claras, y los turistas no saben claramente lo que están viendo.

En la pirámide ancestral, cuyo costado está ya cubierto por planchas de cemento como parte de las obras del parque intermunicipal, hay también una cúpula encima de un pocito, “el pocito de los deseos”, que está arriba de un manantial, o altepetl. La palabra, que quiere decir cerro de agua en náhuatl, es una de las formas con las que se identificaba un lugar sagrado, y en Cholula tenemos, dijo McCafferty, “un altepetl primordial, uno de los más antiguos e importantes”.

La pirámide está orientada a 24 grados al noroeste, lo que corresponde al solsticio de verano, el día más largo del año, por lo que desde la arqueoastronomía podría tener también otro significado. Y como el sol se alinea durante el solsticio en el patio de los altares, detrás de la Pirámide, es posiblemente también un calendario solar. 

También hay una escultura gigante de una cabeza, supuestamente de Olmeca, que el arqueólogo explicó que es parte de un altar a Chiconauquiahuitl, quien era el dios de la lluvia, como Tláloc. Cuando llegaron los españoles quitaron el altar y pusieron una cruz, que fue continuamente derribada por rayos. Entonces enviaron a Motolinía para que hiciera un exorcismo en la cima de la pirámide, y al hacerlo encontró esqueletos de adolescentes. Cholula también es rico en esqueletos: se han encontrado más de mil individuos enterrados. En el Proyecto Cholula fueron 500, posteriormente el arqueólogo Sergio Suárez encontró otros 50 y como evidencia de la matanza de Cholula, en el municipio de San Andrés, se hallaron otros 670.

Mientras que la zona arqueológica tiene toda esa riqueza inexplorada, todavía es vulnerable pues a la fecha no se ha hecho público el proyecto del Parque Intermunicipal, y aún siguen presos dos ciudadanos –Adán y su hijo Paul Xicale– que defendieron el territorio ancestral.

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Autor Lado B
Aranzazú Ayala Martínez
Periodista en constante formación. Reportera de día, raver de noche. Segundo lugar en categoría Crónica. Premio Cuauhtémoc Moctezuma al Periodismo Puebla 2014. Tercer lugar en el concurso “Género y Justicia” de SCJN, ONU Mujeres y Periodistas de a Pie. Octubre 2014. Segundo lugar Premio Rostros de la Discriminación categoría multimedia 2017. Premio Gabo 2019 por “México, el país de las 2 mil fosas”, con Quinto Elemento Lab. Becaria ICFJ programa de entrenamiento digital 2019. Colaboradora de “A dónde van los desaparecidos”