Lado B
Las aventuras de Alicia en el país de las matemáticas
Es un gran ejemplo de cómo la narrativa puede llevarnos de estar jugando croquet con un flamingo bajo nuestro brazo hasta ver a una tortuga llorando, todo como símbolos matemáticos
Por Lado B @ladobemx
14 de abril, 2015
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Imagen tomada de este sitio.

Historias Cienciacionales

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El sombrerero dijo: -Podrías decir que “veo lo que como” es lo mismo que “como lo que veo”.

-¡Podrías también decir -agregó la liebre- que “me gusta lo que obtengo” es lo mismo que “obtengo lo que me gusta”!

-¡Podrías también decir -agregó el lirón, quien parecía que hablaba en su sueño- que “yo respiro cuando duermo” es lo mismo que “yo duermo cuando respiro”!

Estas son unas líneas de la escena en la que Alicia comparte una taza de té en una gran mesa con el sombrero, la liebre y el lirón, y que va mucho más allá de la interpretación Johnny Deep usando una peluca naranja y unos enormes ojos en la versión de Tim Burton, y todavía mucho muy lejana del “Feliz no cumpleaños” de la versión de Disney -canción que es inexistente en el libro-. Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas es, probablemente, la obra más grande de la literatura de las matemáticas y de la comunicación de la ciencia.

[quote_right]Las referencias matemáticas del siglo XIX son inagotables a lo largo del libro escrito por Charles Dodgson -Lewis Carroll-, profesor de matemáticas en el Christ Church de la Universidad de Oxford, Inglaterra, quien intentó mostrar en esta obra los nuevos avances de la época como él los consideraba: ilógicos y carentes de rigor intelectual. [/quote_right]

Las referencias matemáticas del siglo XIX son inagotables a lo largo del libro escrito por Charles Dodgson -Lewis Carroll-, profesor de matemáticas en el Christ Church de la Universidad de Oxford, Inglaterra, quien intentó mostrar en esta obra los nuevos avances de la época como él los consideraba: ilógicos y carentes de rigor intelectual.

Cuando Alicia comparte el té con estos tres personajes, Carroll hace referencia a las matemáticas de William Rowan, uno de los grandes innovadores de la álgebra victoriana. El nombre del capítulo de esta escena, el 7, es el de “Una fiesta de té loca” (A mad tea-party). Por su título en inglés, el nombre en realidad se refiere a “t-party”, donde la t es el símbolo matemático de tiempo. Esto es así porque el tiempo es un gran ausente durante este pasaje en el libro. Además, Carroll mantiene a sus personajes del té moviéndose alrededor de la mesa, reflejando la manera en la que Hamilton lo hacía con los cuaterniones: un sistema numérico basado en cuatro términos.

Otro ejemplo es cuando Alicia se encuentra a la oruga, sentada sobre un gran hongo y fumando de una hookah, sugiriendo que las matemáticas sin rigor de Augustus De Morgan irritaban al autor. En este momento de la obra, Alicia intercambian comentarios referentes al álgebra, propuestas por De Morgan en Londres a principios de ese siglo, y quien mencionaba que cualquier procedimiento era válido en tanto que tuviera lógica interna. Carroll muestra con esta escena que algo se ha multiplicado de la nada (porque mushroom, que en inglés es “hongo”, da lugar a mushroomed, que significa “multiplicar rápidamente” o “surgir como hongos”) y que está entorpeciendo las ideas de sus seguidores -en este caso, a los matemáticos-.

El cambio constante del tamaño de Alicia, la ingesta de hongos, el que la oruga le diga que “mantenga su temperamento”, la forma curva de la sonrisa del gato, el bebé que se transforma en un cerdo, todo esto tiene un fuerte simbolismo matemático y una estrecha relación con los estudios de la época de cuando Charles Dodgson paseaba con Alice Liddell -la niña en la que se basó la novela- y los hermanos de ésta por el río Támesis, en Londres, o de cuando el matemático visitaba a la familia Liddell en su casa.

Por esto y por muchas razones más, les recomendamos leer “Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas”, un gran ejemplo de cómo la narrativa puede llevarnos de estar jugando croquet con un flamingo bajo nuestro brazo hasta ver a una tortuga llorando, todo como símbolos matemáticos. Más adelante les hablaremos sobre la obra continua a esta, la de “Alicia a través del espejo”.

En este artículo de Historias Cienciacionales se habla sobre la concepción del tiempo en esta obra literaria.

Artículo de The New York Times donde se discuten muchas de las matemáticas del libro.

En este artículo del Smithsoniano se discute la posible atracción de Charles Dodgson por los niños, más aún, por Alice Liddell.

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