Lado B
19 maneras de reivindicar la menstruación
Estoy dedicando varias columnas al tema de la menstruación por lo que expliqué en esta, mi columna sobre mis XV años menstruando. Esta es mi forma de celebrarlo: visibilizando este hecho natural revestido de mitos, estereotipos, tabúes, secretos, exageraciones y otras peculiaridades. Esta vez quiero hacer uso de estas letras para hacer presentes las historias que mis amigas me compartieron sobre su propia experiencia de la menstruación. Quiero celebrarlo con ellas porque difícilmente vemos la menstruación como algo que celebrar, como algo que compartir con alegría o como un hecho que requiere solidaridad. No se dice, no se goza, no se festeja; se sufre en silencio y se disimula.
Por Lado B @ladobemx
17 de abril, 2015
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menstruación

Para todas las mujeres que participaron en esta celebración. Gracias, mil gracias.

Liz Ruiz

[dropcap]E[/dropcap]stoy dedicando varias columnas al tema de la menstruación por lo que expliqué en esta, mi columna sobre mis XV años menstruando. Esta es mi forma de celebrarlo: visibilizando este hecho natural revestido de mitos, estereotipos, tabúes, secretos, exageraciones y otras peculiaridades. Esta vez quiero hacer uso de estas letras para hacer presentes las historias que mis amigas me compartieron sobre su propia experiencia de la menstruación. Quiero celebrarlo con ellas porque difícilmente vemos la menstruación como algo que celebrar, como algo que compartir con alegría o como un hecho que requiere solidaridad. No se dice, no se goza, no se festeja; se sufre en silencio y se disimula.

Y por esto, partiendo de sus escritos e historias, pensé 19 maneras para reivindicar la menstruación, seamos hombres o mujeres, (la verdad, el texto original es infinitamente más largo. Me quedó como de 20 páginas y nadie lo iba a leer). Aquí les dejo la versión para revista digital.

  1. Hablar de ella. Hablamos de todo lo normal. La menstruación también lo es, por lo tanto, hablar de menstruación debe ser lo más normal. (¿Checaron mi silogismo?)
  2. Despatologizarla. Es decir, quitarle la idea de que es una enfermedad o un padecimiento físico. No lo es. Es un proceso biológico, más similar a la digestión que al cáncer. ¿Sí se nota la diferencia?
  3. Reconocer y exigir respeto por los dolores o molestias físicos que sentimos. La menstruación a veces duele, y a algunas mujeres les duele terriblemente. Ese dolor debe ser respetado y solo la que lo padece debe decidir qué hacer con él.
  4. Respetar nuestras opiniones y dejar de minimizarlas por “estar en tus días”. Esta es clásica y es, a todas luces, una falta de respeto. Y no salgan con que “ay, nomás es un chiste” porque para ser chiste debe ser gracioso. Y no lo es.
  5. Dejar de considerar a la menstruación como motivo de burla o regaño (¡!). ¡Así es! Mujeres del mundo cuentan cómo han sido regañadas por profesores, madres y padres por estar menstruando. Este horror incluso ha salido en películas como la mexicana “Perfume de Violetas”. Ya mero que me regañen por salivar.
  6. Dejar de tratarla (¡o de tratarnos!) con asco. Qué casualidad que el semen no da asco, pero la menstruación sí. ¿Tendrá algo que ver la superioridad masculina en esto?
  7. Explicarla a las niñas antes de tenerla. Esto incluye decir que la primera vez son solo unas manchitas café, no un río de sangre. Es el derecho a la educación y a la salud.
  8. Respetar la necesidad de llanto, silencio, soledad, compañía, afecto o cualquier otra necesidad emocional. Cosa que, en un mundo justo y medianamente habitable, esto sería obvio.
  9. Respetar que no nos sintamos con la capacidad de realizar ciertas actividades físicas, en lugar de aludir a que la menstruación “no es ningún impedimento” o “esas son ideas arcaicas”. Pensemos principalmente en trabajo, sexo o deporte.
  10. Respetar que queramos realizar ciertas actividades, en lugar de aludir a que son malas para nosotras, como el trabajo, el sexo o el deporte. ¡Ah, caray! ¿Pero no contradice el punto anterior? Para nada, esto solo muestra que cada mujer experimenta la menstruación de forma diferente y es una obligación respetarla, (como lo que decía el Benemérito de las Américas; el buen Benito de Guelatao nos enseñó a respetar para preservar la paz, ¿no?).
  11. Reconocer y usar la menstruación como un excelente pretexto para fomentar la solidaridad femenina. ¡Hasta nos sincronizamos! Jamás debemos burlarnos o asquearnos entre nosotras por estar menstruando.
  12. Reconocer la menstruación como un punto clave de nuestra relación con nuestra madre. Rastreando y analizando este vínculo menstruación-madre, podemos comprender mucho de nuestra relación con ella, de ella misma en su vivencia como mujer y de cómo me enseñó a mí a serlo, de cómo ella también vivió su opresión o su reivindicación y de qué tanto la represión sexual afecta y atraviesa la relación madre e hija y perpetúa la opresión también. Yo digo…
  13. Darnos cuenta que la menstruación es un fenómeno que nos sirve para conocer mejor a nuestro cuerpo y a nosotras mismas, para saber si estamos sanas. Aprovechemos para vernos la vulva con un espejo, para entender cómo usar un tampón o una copa menstrual, cómo se ve nuestra vulva con y sin menstruación y de paso, para entender las relaciones sexuales y el orgasmo.
  14. Elegir la masturbación como primera opción analgésica ante los dolores menstruales. ¡El orgasmo es excelente contra el dolor!
  15. Dejar de tratar a la menstruación como un gasto fastidioso. Si de por sí tiene estigmas y tú todavía te agarras el codo…
  16. Reconocer que cada mujer experimenta física, emocional, social y personalmente la menstruación de forma diferente y debe ser respetada al máximo, así como nosotras debemos aprender a exigir máximo respeto. Algunas la odian, otras la aman. Otras la odian y la aman. Otras, ni una ni otra. Unas consideran que odiar la menstruación sería odiar ser mujer, y a otras esa idea les parece injusta y odian menstruar aunque amen ser mujeres. Cada mujer tiene derecho a vivirla según su criterio y su experiencia, y no tiene la obligación de reivindicarla y andarla embarrando física o verbalmente en la cara de cuanto macho se le atraviese. O puede que sí lo haga.
  17. Dejar de obligar u obligarnos a usar ciertas prendas cuando nos incomodan durante la menstruación, (como los uniformes). Por cierto, las escuelas tienen en todo momento la obligación de apoyar a todas las mujeres en su proceso de menstruación.
  18. Usar cosas incómodas (en la menstruación y en general). Las mujeres nos quejamos de que las toallas sanitarias son incómodas. Entonces ¿por qué las seguimos usando? Si oímos a una compañera decir que la copa menstrual es más cómoda y saludable, ¿por qué nos da miedo usar una? ¿Será que el capitalismo hace su parte para que consumamos, pero también que el patriarcado nos quiere quietas?  ¿Cuidadositas? ¿Preveniditas? ¿Siempre alertas, siempre tensas, nunca relajadas? Como decimos en nuestros videos (que pueden encontrar https://www.youtube.com/watch?v=-eHl4jdbk4g). Si estás incómoda, ¡No lo uses! Si te sientes incómoda usando brasier, ¡No lo uses! Si estás incómoda usando tacones ¡No los uses! Si no te sientes a gusto depilándote ¡No lo hagas! Y si las toallas femeninas no te gustan ¡No- las- uses! ¿Cómo es posible que las mujeres estemos resignadas a vivir incómodas? ¿Y cómo es posible que no nos demos cuenta que es parte de la opresión que sufrimos por la imposición de ser mujeres? ¿Cuándo oyes a un hombre incómodo?
  19. Dejar de ver la menstruación como el “aguas porque ahora ya te puedes embarazar”. ¿La menstruación solo es para eso? ¿El cuerpo de las mujeres es solo para eso? ¿A los hombres en su primera eyaculación se les advierte eso? Qué raro… ¿por qué será?

menstruaciónUna reflexión final: Si los hombres menstruaran, la menstruación sería privilegio sagrado. Finalmente, denostar la menstruación es otra más de las sucias maniobras del sistema patriarcal para que sintamos que la inferioridad viene desde la biología y por lo tanto la opresión está justificada.

Gracias a todas las que me ayudaron a crear esto y a aprender de ustedes y maravillarme con sus ideas y vivencias. Nos leemos en 15.

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