Lado B
Un metrobus que sirva
 
Por Armando Ishikawa @dobbyloca
25 de febrero, 2015
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Armando Pliego Ishikawa

@dobbyloca

[dropcap]L[/dropcap]os sistemas BRT (Bus Rapid Transit) son sistemas de transporte público que en términos elementales consisten en darle a las unidades de transporte de pasajeros un carril exclusivo, permitiendo así sacar al transporte del tráfico, reduciendo tiempos de traslado para los usuarios, pues los embotellamientos de los automóviles particulares dejan de suponer retrasos para el transporte.

Introducir un sistema BRT es democratizar el uso de una calle, y dicha democratización es justificada bajo la siguiente lógica: si todas las personas tenemos el mismo derecho de paso en una calle, un autobús con sesenta personas a bordo tiene una prioridad de paso sesenta veces mayor a la de un automóvil particular con sólo un pasajero a bordo, entonces lo propio es retirarlo del tráfico, brindándole un uso prioritario del arroyo vehicular.

En este entendido, las metas deseables más importantes para un sistema BRT orientado a la movilidad sustentable pueden englobarse en las siguientes: reducir tiempos de traslado para los usuarios de transporte público y desincentivar el uso del automóvil particular como medio principal de transporte. Si el reordenamiento vehicular tras la inserción de un sistema BRT logra estos objetivos, puede decirse que su operación es exitosa.

Estando próximos a la inauguración de la segunda línea de nuestro sistema BRT, la Red Urbana de Transporte Articulado – RUTA, vale la pena reflexionar si se están cumpliendo estas metas deseables con la primera troncal, inaugurada en enero del 2013. Asimismo, sería de esperarse que el gobierno del estado haya tomado en cuenta los errores de la línea 1 para no repetirlos con la nueva operación.

Foto: rutapuebla.mx

Foto: rutapuebla.mx

Una de las quejas más frecuentes de los usuarios de la actual línea de RUTA es la baja frecuencia con que pasan las unidades, por lo que los tiempos de espera se alargan. Si bien al sacar al autobús del tráfico este puede llegar de un punto A a un punto B en menos tiempo, dicho autobús tarda más en pasar que las rutas que antes circulaban por la vialidad troncal, en muchos casos aumentando el tiempo total de traslado. La causa es que RUTA inició operaciones con menos unidades que las que el proyecto original estipulaba. Así, una de las ventajas de un BRT se ve mermada.

Además, si a dos años de operación los usuarios habituales de las vialidades que recorre la línea 1 no han encontrado incentivos para dejar de utilizar el automóvil particular y utilizar el metrobús, significa que esta obra no está contribuyendo a una movilidad sustentable, sino que es un reordenamiento del transporte público que se inserta en un esquema de movilidad no sustentable donde se sigue incentivando el uso del automóvil por encima del transporte público.

[pull_quote_right]Si a dos años de operación los usuarios habituales de las vialidades que recorre la línea 1 no han encontrado incentivos para dejar de utilizar el automóvil particular y utilizar el metrobús, significa que esta obra no está contribuyendo a una movilidad sustentable[/pull_quote_right]

Si en la nueva línea de RUTA que recorre la ciudad de norte a sur no toma las medidas adecuadas para alcanzar estas metas, este sistema no podrá combatir al tráfico ni será capaz de satisfacer la demanda de movilidad que la población tiene.

Por otra parte –esto lo digo a manera de reclamo personal– si nosotras como ciudadanía no cuidamos las instalaciones, tanto quienes las usamos como las que no, tampoco podremos tener el mejor servicio posible; las balizas y bordillos que aíslan el carril de la nueva línea en la 11 ya están dañadas, cuando el metrobús aún no inicia operaciones, esto por que los automovilistas, en un acto de abuso y egoísmo deciden treparse a mitad de calle para evitar filas en las intersecciones.

Foto: Armando Pliego Ishikawa

Foto: Armando Pliego Ishikawa

La ciudad que necesitamos se construye entre las personas que la habitamos, y es responsabilidad de todas exigir siempre mejores servicios y poner de nuestra parte para cuidarlos. Cuando entendemos que peatones, automovilistas y usuarios de transporte público coexistimos en el espacio público, debemos de reconocer que es responsabilidad de todas las personas cuidarnos entre nosotras, y colaborar el mantenimiento de dicho espacio.

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Autor Lado B
Armando Ishikawa
Estudiante de las licenciaturas en comunicación por la BUAP y Ciencias Políticas y Administración Pública por la UNAM. Entusiasta del espacio público, la movilidad y la participación ciudadana.
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